Las obsesiones de El Pipa
Sus 16 goles y sus siete asistencias no aseguran a Higua¨ªn la titularidad en el Madrid ni la llamada de Maradona
El debate se ha instalado en Argentina y comienza a aturdir al ya de por s¨ª aturdido cerebro de Diego Maradona. "?Por qu¨¦ no convoca a Higua¨ªn?", preguntaba hace unos d¨ªas un empleado de la federaci¨®n (AFA) a otro. "Porque Diego tiene malas referencias del Madrid", era la respuesta. La selecci¨®n se concentraba en el complejo deportivo de Ezeiza preparando su viaje a La Paz para jugar contra Bolivia. Nadie lo sab¨ªa, pero se encaminaba hacia el desastre. Un pu?ado de partidos amistosos y uno oficial, contra Venezuela, hab¨ªan generado un estado de confusi¨®n muy propio del entorno viciado del equipo. Reinaba la euforia en detrimento del realismo. Predominaba la convicci¨®n de que Argentina ten¨ªa un conjunto poderos¨ªsimo. Y nadie consegu¨ªa explicar con argumentos deportivos por qu¨¦ Gonzalo Higua¨ªn, El Pipa, no contaba para Maradona; por qu¨¦ el seleccionador, en cambio, apostaba firmemente por jugadores como Jon¨¢s Guti¨¦rrez.
El ¨²nico entrenador que crey¨® en ¨¦l desde un principio fue Fabio Capello
Si hubiera seguido al Madrid en las ¨²ltimas dos jornadas de la Liga espa?ola, Maradona habr¨ªa comprobado que la victoria fue en ambos partidos una fabricaci¨®n exclusiva de Higua¨ªn. Contra el M¨¢laga, en La Rosaleda, y contra el Valladolid, en el Bernab¨¦u, rompi¨® los duelos. Lo hizo solo. Sin ayudas. Sin poder tirar una pared con un compa?ero. Sin el apoyo de un pasador que le hiciera la entrega para atacar con ventaja. En M¨¢laga, y en vista de que nadie se ofrec¨ªa, decidi¨® ganar el encuentro por su cuenta. Arranc¨® desde su campo y no par¨® hasta que vio el bal¨®n en la red. En el Bernab¨¦u, cuando el Madrid languidec¨ªa y el p¨²blico pitaba por el mal juego, encar¨® a Marcos y Escudero, los dribl¨® meti¨¦ndose entre ambos y, despu¨¦s de alcanzar la l¨ªnea de fondo, sirvi¨® un centro perfecto a Ra¨²l, que s¨®lo empuj¨® la pelota. Fue la s¨¦ptima asistencia de Higua¨ªn en la Liga, en la que lleva un pase de gol cada 296 minutos. Un dato que le convierte en el mejor asistente de los m¨¢ximos goleadores del torneo, entre los que apenas el barcelonista Henry se le aproxima (un pase de gol cada 325). Una estad¨ªstica que le emparenta con Kempes, otro paisano suyo que ofrec¨ªa mucho m¨¢s que goles. Higua¨ªn no lleva pocos. Ha conseguido 16. Uno m¨¢s que Ra¨²l a pesar de haber jugado 300 minutos menos que el capit¨¢n blanco.
Hasta hace dos semanas, en v¨ªsperas de que Argentina sufriera una de las derrotas m¨¢s humillantes de su historia (6-1 ante Bolivia en la fase clasificatoria para el Mundial de Sur¨¢frica 2010), Higua¨ªn tampoco era el delantero m¨¢s apreciado por Juande Ramos, el t¨¦cnico del Madrid. Hay jugadores que tardan en convencer a los entrenadores. Higua¨ªn pertenece a esa especie. El ¨²nico preparador que lo vio claro desde el principio fue Fabio Capello, que le aprovech¨® con 18 a?os para levantar partidos decisivos camino del t¨ªtulo hace dos cursos. Bernd Schuster, al principio, le mir¨® con desconfianza. Lo mismo que Juande, que considera que le falta maduraci¨®n. Le ve precipitado ante el gol. Tan obsesionado con marcar como con alejarse de las bandas a pesar de tener cualidades para ejercer de extremo. Demasiado quisquilloso, tal vez. Demasiado joven para darle la rienda que le da a Ra¨²l.
Tras dejarle en el banquillo contra el Betis, el Atl¨¦tico, el Athletic y el Almer¨ªa, Juande resolvi¨® darle la titularidad en La Rosaleda. Lo hizo un poco obligado por las bajas de Marcelo y Robben. El delantero no le defraud¨®. Al salir del campo, Higua¨ªn lanz¨® una s¨²plica con su sonrisa de adolescente: "Ojal¨¢ Maradona haya visto el partido".
La s¨²plica de Higua¨ªn no servir¨¢ de nada si no sigue siendo el jugador m¨¢s resolutivo del Madrid. Eso es lo que ha hecho a lo largo de esta temporada. Lo revelan sus promedios de goles decisivos y de pases de gol. De momento, no le ha bastado. Maradona ha preferido a Jon¨¢s.
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