De paseo por el Allianz Arena
El Bar?a firma tablas con un gol de Keita y no sufre para eliminar a un desbravado Bayern
Nada m¨¢s llegar el lunes al aeropuerto Franz Josef Strauss, a un futbolista del Barcelona se le escap¨®: "M¨¢s que en M¨²nich, parece que hemos aterrizado en Marbella". El viaje fue c¨®modo, ayer luci¨® un sol primaveral hasta media tarde y por la noche el partido result¨® estupendo. Todav¨ªa aturdido por la tunda de la ida, el Bayern jug¨® la vuelta con una cautela extrema y la m¨¢xima atenci¨®n posible hacia los azulgrana, como corresponde a un buen anfitri¨®n. Firmaba el empate o, a ser posible, la victoria m¨ªnima y, como el Bar?a no lo discuti¨® en ning¨²n momento, el encuentro fue un paseo nocturno por el Allianz Arena. Una delicia. Aqu¨ª, un amigo; all¨ª, otro; un gol por bando, que os vaya bien a todos y hasta la pr¨®xima si Dios quiere.
BAYERN M?NICH 1 - BARCELONA 1
Bayern M¨²nich: Butt; Lell, Lucio, Demichelis, Lahm; Van Bommel, Ottl; Sosa (Altintop, m. 78), Rib¨¦ry, Z¨¦ Roberto (Borowski, m. 78); y Tony. No utilizados: Rensing; Van Buyten, Breno y Badstuber.
Barcelona: Vald¨¦s; Alves, Piqu¨¦, Puyol, Abidal; Xavi, Tour¨¦, Keita; Messi, Eto'o e Iniesta (Hleb, m. 78). No utilizados: Pinto; C¨¢ceres, Gudjohnsen, Henry, Busquets y Sylvinho.
Goles: 1-0. M. 47. Rib¨¦ry recibe de Z¨¦ Roberto, recorta sobre Vald¨¦s y tira cruzado. 1-1. M. 73. Xavi retrasa a Keita y ¨¦ste empalma un duro disparo desde fuera del ¨¢rea.
?rbitro: Roberto Rosetti (Italia). Mostr¨® la tarjeta amarilla a Alves, Puyol, Lucio, Demichelis, Borowski y Lell.
Allianz Arena, de M¨²nich: 66.000 espectadores.
Al no ser asaltado, el azulgrana fue un equipo inofensivo, como si hubiera un armisticio
A falta de trama, hubo que reparar en detalles, negativos para el Bar?a, como que Vald¨¦s perdi¨® la imbatibilidad despu¨¦s de cinco partidos y que el equipo cedi¨® un empate tras siete victorias consecutivas. Aunque no es nada grave, la manifiesta inferioridad del Bayern exig¨ªa quiz¨¢s un punto m¨¢s de competitividad en el Bar?a, que dio por finiquitada la ronda en la primera media parte apote¨®sica del Camp Nou. All¨ª, tras el descanso, debi¨® acabar el contencioso por respeto al juego y porque el partido y medio a?adido ha sido tiempo perdido. A los azulgrana les pudo ayer la tranquilidad del d¨ªa y la parsimonia del Bayern, un equipo desbravado, repleto de jugadores liliputienses m¨¢s que alemanes. Hoy no tiene ni rastro de la Maanschaft.
Los azulgrana s¨®lo atacaron el partido desde la alineaci¨®n, la mejor manera de respetar al contrario y tambi¨¦n de disputar el choque sin reparar en la eliminatoria. Jug¨® Iniesta de extremo, como tantas veces en cancha ajena, mientras Keita se alineaba de volante y reaparec¨ªa Abidal. El equipo ganaba consistencia defensiva sin perder capacidad ofensiva por la ausencia del resfriado Henry. El Bayern se corrigi¨® mucho respecto al Camp Nou: a falta de Schweinsteiger, apareci¨® con una formaci¨®n reforzada en las ¨¢reas con el ir y venir del central Lucio y m¨¢s din¨¢mica en ataque por la presencia de Lahm en el lateral izquierdo y de Sosa y Rib¨¦ry en las bandas. Aparentemente, se daban las mejores condiciones para ver un gran partido, pero result¨® un intercambio de banderines.
Ocurri¨® que el Bayern no se quit¨® el cintur¨®n ni se asom¨® en el campo azulgrana al tiempo que el Bar?a jugaba despacio y al pie, tocando m¨¢s que atacando la pelota. El encuentro comenz¨® siendo un disparate, falto de ritmo y continuidad, atrapado en la calma chicha. S¨®lo cuando Abidal meti¨® la pata para habilitar un centro de Sosa y Rib¨¦ry profundiz¨® despu¨¦s por el carril izquierdo hubo un momento de emoci¨®n. Al Bar?a le alcanz¨® con encimar a Toni, adelantar la l¨ªnea defensiva un metro para tirar el fuera de juego y buscar a Messi e Iniesta. Los alemanes se paralizaban cuando la pelota ca¨ªa en la zona de Messi. La Pulga, sin embargo, peloteaba m¨¢s que jugaba, destensado como estaba el partido.
Al no ser asaltado, el Bar?a se torn¨® inofensivo, como si el choque se hubiera convertido en un armisticio, un pacto de caballeros, una concesi¨®n excesiva por parte azulgrana si se tiene en cuenta el dominio futbol¨ªstico y psicol¨®gico que ten¨ªa en la cancha. A la que abr¨ªa un poco el campo, los alemanes se descuajeringaban, expuestos al tiro. Los barcelonistas no sintieron la necesidad de marcar para resolver el litigio de cuartos y dedicarse al partido sin mayores preocupaciones. Al descanso no hab¨ªa ni goles ni remates. Pero, en la reanudaci¨®n, Rib¨¦ry encontr¨® la porter¨ªa de Vald¨¦s con una facilidad espantosa tanto por la pasividad azulgrana como por la calidad del franc¨¦s, inteligente en el desmarque para recibir el pase profundo de Z¨¦ Roberto y perfecto t¨¦cnicamente en el quiebro al meta.
Rib¨¦ry es un regalo para un equipo tan quieto como el Bayern, falto de juego y de jerarqu¨ªa, necesitado del caudillo que tuvo toda la vida hasta la llegada de Klinsmann, irreconocible como alem¨¢n. No tiene orgullo ni colmillo y nunca le disput¨® la eliminatoria al Bar?a. Los azulgrana dejaron pasar el tiempo, sin apenas dejar marca, administrando esfuerzos, simplemente apuntando que pod¨ªan meter un gol en cuanto se lo propusieran. Lo anotaron en una jugada deliciosa: acamparon en el ¨¢rea con un rondo que remat¨® Keita con un disparo desde fuera del ¨¢rea, una suerte m¨¢s germana que azulgrana. Apenas hubo m¨¢s noticias. No apareci¨® la aviaci¨®n alemana y qued¨® a buen resguardo la infanter¨ªa barcelonista, que ahora acude contenta al encuentro del Chelsea despu¨¦s de eliminar por vez primera al Bayern.
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