Los minutos de la basura
David Trueba, premio de la Cr¨ªtica con 'Saber perder'

Cuando un partido est¨¢ decidido pero no se ha agotado el tiempo reglamentario, los minutos que quedan son los de la basura. No tienen mucho sentido pero hay que jugarlos. ?sa es la sensaci¨®n que tienen con su vida algunos de los personajes de Saber perder (Anagrama), la novela con la que David Trueba (Madrid, 1969) obtuvo ayer el premio de la Cr¨ªtica.
"?Un libro triste? No lo creo", responde el escritor y cineasta recurriendo a la protagonista del libro, una chica de 16 a?os que "mira a la vida como un tesoro". La muchacha, Sylvia, forma parte de un fresco integrado tambi¨¦n por su padre, desnortado tras su separaci¨®n, un joven futbolista argentino que ficha por un equipo espa?ol y un anciano al borde de todas las ruinas. Dice Trueba que si sus anteriores novelas, Abierto hasta el amanecer y Cuatro amigos, ten¨ªan "un tono ligero y un final melanc¨®lico", ¨¦sta es lo contrario: se cierra con cierto optimismo. "Aunque es dif¨ªcil reflexionar sobre la realidad y ser optimista", matiza.
Dicen los cronistas deportivos que Guardiola, en un gui?o contra la euforia, regal¨® Saber perder a Messi y que Cuatro amigos es el libro favorito de Fernando Torres, el delantero del Liverpool. Para Trueba, declarado futbolero, son s¨®lo an¨¦cdotas para subrayar que el lenguaje deportivo lo ha contaminado todo: "Nos tomamos la vida como si fueran los 100 metros lisos. El deporte parece un valor objetivo —nadie discute una medalla de oro, s¨ª un Oscar—, pero nos ha impuesto las prisas, la precocidad y el retiro anticipado".
El director de pel¨ªculas como La buena vida y Soldados de Salamina ha tardado nueve a?os en publicar esta novela, cumple 40 y la cr¨ªtica ha hablado de salto cualitativo en su obra literaria, pero ¨¦l se quita de encima la palabra fetiche: madurez. "Somos el producto tecnificado de nuestra adolescencia", dice.
Con todo, defiende el valor de la cr¨ªtica en un tiempo en que vive "acomplejada" por el mercado: "El criterio no puede reducirse a valorarlo todo con estrellitas, pero los medios no dan a la cr¨ªtica ni tiempo ni espacio. En lugar de hacer buenos peri¨®dicos han preferido hacer dinero para comprar radios y parques de atracciones. Justo lo que los va a arruinar. Justicia po¨¦tica".
David Trueba espera que el premio sirva para desterrar los prejuicios del mundo de la literatura respecto a alguien que siempre ha tenido un pie en el cine. Cuando se le recuerdan unas recientes declaraciones de Juan Mars¨¦ en las que afirmaba que el problema del cine espa?ol no era la pirater¨ªa sino la falta de talento, responde con otra pregunta: "?Y d¨®nde est¨¢n el Verdugo y Pl¨¢cido de la literatura espa?ola? Los escritores siempre han mirado por encima del hombro a los del cine. Claro, las pel¨ªculas las ve cualquiera y todo el mundo tiene una opini¨®n".
El hecho de que la nueva ministra de Cultura sea, como ¨¦l, guionista y directora, no es en su opini¨®n una muestra del poder del gremio: "Los enemigos siempre te engrandecen. Si el cine tuviera el poder que le suponen no tendr¨ªa la industria destrozada que tiene. Adem¨¢s, la cultura de un pa¨ªs no la arregla un ministerio sino los ciudadanos: consumi¨¦ndola y disfrutando de ella".
Por otro lado, el Premio de la Cr¨ªtica en euskera recay¨® en la novela de Kirmen Uribe Bilbao-New York-Bilbao y en el poemario de Xabier Lete Egunsentiaren esku izoztuak (Las heladas manos del amanecer). En catal¨¢n fue, en narrativa, para Joan Francesc Mira por El professor d'historia, y, en poes¨ªa, para Teresa Pascual por Rebel¡¤li¨® de la sal. En gallego lo obtuvieron el narrador Marcos Calveiro por Festina lente y la poeta Chus Pato por Horda de escritura.

Poemas que piensan
La vida nueva (Visor) es el libro por el que Eduardo Garc¨ªa obtuvo ayer el premio de la Cr¨ªtica en la modalidad de poes¨ªa. Nacido en Brasil en 1965, recriado en Madrid y asentado desde hace a?os en C¨®rdoba, el anuncio pill¨® al escritor camino de un recital de Cosmopo¨¦tica, el festival internacional de poes¨ªa que se cierra hoy en la ciudad andaluza.
Garc¨ªa es profesor de filosof¨ªa y autor de ensayos como Una po¨¦tica del l¨ªmite (Pre-Textos). No extra?a pues su defensa del valor reflexivo de la poes¨ªa. "Conocer la tradici¨®n filos¨®fica es importante, pero a la hora de escribir un poema tienes que olvidarte de lo que sabes. Todo debe quedar como un poso en la voz", dice. "No hay peor cosa que teorizar en un poema". Seg¨²n su autor, La vida nueva es la cr¨®nica de una resurrecci¨®n: "En el libro se pasa por una quiebra del sujeto y se desemboca en un canto a la utop¨ªa. As¨ª es la vida. Si quieres avanzar tienes que pasar por el t¨²nel".
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