La piqueta s¨®lo llega a 96 de las 1.500 viviendas de Vigo en riesgo
El derribo pendiente viviendas podr¨ªa agotarse en la Colina de Castrelos
La demolici¨®n "total o parcial" de la urbanizaci¨®n Colina de Castrelos (96 viviendas), tambi¨¦n conocida como O Piricoto, ser¨¢ probablemente la ¨²nica que llegue a ejecutarse en el conjunto de las ocho urbanizaciones de Vigo (unas 1.500 viviendas) sobre las que pesa orden judicial de derribo desde hace varios a?os. Las dem¨¢s a¨²n cuentan con opciones, complejas pero realizables, de sobrevivir ajust¨¢ndose al actual plan general de urbanismo. En O Piricoto, sin embargo, el uso de la piqueta se ha hecho inexorable y s¨®lo cabe determinar el alcance de la demolici¨®n.
La Colina de Castrelos, un complejo de tres m¨®dulos, fue construida con una licencia otorgada en 1991 y anulada con sentencia firme en 1994 por el impacto visual de su arquitectura sobre el entorno del parque y, singularmente, desde el hist¨®rico pazo. La denuncia fue presentada por un grupo de vecinos de la parroquia. Desde entonces se han tramitado innumerables recursos para evitar su demolici¨®n, pero ninguno ha alterado el criterio judicial del principio.
El alcalde de Vigo, Abel Caballero, ha requerido al Colexio de Arquitectos de Galicia y a la Escuela de Arquitectura de A Coru?a para que designen sendos t¨¦cnicos a fin de elaborar un informe en el que se indique el alcance de la demolici¨®n ordenada, de modo que el edificio se adapte al entorno como propone la sentencia judicial. Fuentes municipales aseguran que no se persigue una dilaci¨®n m¨¢s y que se ejecutar¨¢, previa aprobaci¨®n judicial, lo que los t¨¦cnicos propongan demoler, "sean unas chimeneas o todo lo construido".
El Ayuntamiento ya ha asumido que tendr¨¢ que indemnizar a los propietarios de las viviendas que desaparezcan. Si fueran todas, el gasto podr¨ªa elevarse a 50 millones de euros, aunque eso, obviamente, no aporta mayor alegr¨ªa al vecindario afectado. Tampoco a los propietarios de 180 viviendas de otro complejo residencial, en Jacinto Benavente, que ser¨ªa el siguiente en demoler de acuerdo con el calendario judicial y sus topes. Tuvo licencia en 1996 y fue anulado en 1999. Ahora la comunidad acelera las gestiones para legalizar el inmueble al amparo del nuevo plan general.
En situaci¨®n an¨¢loga se encuentran 56 viviendas de A Pastora, 194 en las Torres Ifer, 220 en Finca do Conde, 130 en Sensat, 600 en Rosal¨ªa de Castro, cinco bloques de apartamentos en Samil, m¨¢s el hotel de m¨¢s categor¨ªa de Vigo y dos centros comerciales. Para todas estas actuaciones a¨²n caben soluciones, si los tribunales las aceptan.
La m¨¢s compleja, probablemente, sea la urbanizaci¨®n de Rosal¨ªa de Castro, anulada en 1997 por incluir un aparcamiento privado bajo v¨ªa p¨²blica, construir viviendas sobre una gasolinera, a?adir una planta de m¨¢s a los edificios (se aislaron las entreplantas, que deb¨ªan ir unidas a la planta baja) y permutar derechos municipales por viviendas construidas sin informes de valoraci¨®n. Tambi¨¦n existe un importante desbarajuste en Finca do Conde. En los dem¨¢s casos, los fundamentos para la demolici¨®n se cifran en cuestiones formales, como la no publicaci¨®n de las fichas del plan de 1993, e incluso en errores judiciales en la medici¨®n de la edificabilidad, que surtieron efecto por la inhibici¨®n del Ayuntamiento a personarse en las fases iniciales de los procedimientos judiciales.
El grueso de esta desfeita germin¨® en el plan general de 1993, que senso estricto no fue tal, sino una "subsanaci¨®n de deficiencias" del plan de 1988, realizada precipitadamente en dos meses con consenso pol¨ªtico y aprobada por unanimidad del pleno municipal. En el mandato siguiente, del alcalde Manuel P¨¦rez (PP, 1995-99), afloraron sus desafueros, cuya bola se dej¨® crecer en los tribunales por acci¨®n u omisi¨®n para descr¨¦dito de los rivales pol¨ªticos.
La espada de Canabal
Los litigios y subsiguientes ¨®rdenes de demolici¨®n de lo construido en cuatro ¨¢mbitos, que suman 560 viviendas, el hotel Los Escudos y el centro comercial de Toys 'R' Us, fueron promovidos por Eduardo Canabal, un delineante sin inter¨¦s directo en ninguna de esas actuaciones urban¨ªsticas y que ha comparecido en los procedimientos judiciales como un palad¨ªn de la legalidad. Sobre su labor justiciera, sin embargo, se ciernen negras sombras.
Por una parte, resulta asombroso, hasta lo inveros¨ªmil, que una sola persona pueda desarrollar altru¨ªstamente la ingente tarea de tramitar los procedimientos que se indican, por lo que se le atribuyen otros recursos, adem¨¢s de los judiciales, para poder llevar ¨¦stos a cabo. Algunos promotores pudieron constatar que disfrutaba de informaci¨®n privilegiada -con datos que ellos mismos ignoraban, pese a ser los afectados- que s¨®lo pod¨ªa proceder de la Xerencia Municipal de Urbanismo de Vigo. Empez¨® a considerarse entonces la existencia de una trama. Tambi¨¦n le fue grabada una conversaci¨®n en la que reclamaba dinero para retirar uno de los procedimientos judiciales que hab¨ªa emprendido, pero el juez al que se present¨® la grabaci¨®n la desestim¨®, junto con los otros indicios, y no orden¨® ninguna investigaci¨®n.
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