Tres relatos sobre la dignidad

Tres historias de cooperaci¨®n vasca, tres retratos de sendas muestras de dignidad humana, que aparecen ahora en im¨¢genes gracias al objetivo del fot¨®grafo Mikel Arrazola (O?ati, 1960). Su libro Rostros, vida y esprranza recupera el paisaje y el paisanaje del pueblo saharaui en los campamentos del Tinduf (Argelia), de Cuba y de Bolivia, en donde el Gobierno vasco cuenta con programas de ayuda. Son unas 130 fotograf¨ªas que recogen la vida en las jaimas del desierto, el mundo agr¨ªcola del Caribe o las duras condiciones de vida de los ind¨ªgenas en el Altiplano boliviano, instant¨¢neas tomadas desde la empat¨ªa.

"Todas las im¨¢genes est¨¢n tomadas con gran angular, es decir, a una distancia corta, sin artima?as ni trampas, con el consentimiento de los protagonistas", explica Arrazola, que trabaja habitualmente en las publicaciones del Gobierno vasco. Este fot¨®grafo guipuzcoano recibi¨® el encargo de la Direcci¨®n de Cooperaci¨®n al Desarrollo hace unos dos a?os. Se trataba de recoger, en definitiva, la vida de los tres principales pueblos favorecidos por las ayudas del Gobierno vasco.

Queda retratada la vida en lugares como Tinduf, Bolivia o Cuba

"En Tinduf se vive en la nada m¨¢s absoluta; 15 d¨ªas sin la cooperaci¨®n internacional y se quedan sin posibilidades de supervivencia", recuerda. Pero la dignidad con la que los saharauis viven en el desierto es inaudita. Han conseguido mantener una sociedad cohesionada durante 33 a?os, con una educaci¨®n y una sanidad estimables. La cooperaci¨®n vasca se centra en el apoyo de iniciativas econ¨®micas y en las tecnolog¨ªas de la informaci¨®n. Pero Arrazola acudi¨® hasta este enclave en el desierto argelino para reflejar la vida cotidiana, los rostros de las gentes que all¨ª residen y que le abrieron sus puertas. "En todos los lugares que visit¨¦, al igual que en Cuba y Bolivia, me trataron de una manera exquisita", aclara.

Anfitriones que realizan verdaderos esfuerzos para ofrecerle, por ejemplo, una coca cola, cuando no tienen ni agua para ellos, los saharauis aparecen como gotas de color entre las dunas, rodeados de sus camellos, s¨ª, pero tambi¨¦n viendo el mundial de f¨²tbol en la televisi¨®n. Hasta en el lugar m¨¢s duro para sobrevivir, han sido capaces de crear un peque?o foco de esperanza.

La misma esperanza que lleva a los cubanos a mantenerse independientes, a pesar de la ca¨ªda del muro de Berl¨ªn y el bloqueo a¨²n existente de Estados Unidos. "Cuba es el pa¨ªs de la necesidad, donde la gente se ve obligada a buscarse la vida desde que se levanta", comenta el autor de un recorrido por la faceta agr¨ªcola de la isla.

Se recoge el cultivo de la ca?a y las nuevas pr¨¢cticas, que han surgido gracias a la ayuda vasca, lo que ha supuesto la sustituci¨®n del monocultivo del az¨²car por una agricultura variada que permite la soberan¨ªa alimentaria. La vida rural de Guant¨¢namo o Cueto, con el cultivo de hortalizas, el arado de la tierra con pareja de bueyes o la cr¨ªa de b¨²falos dejan paso al orgullo de la isla, su sistema educativo, en un paseo que se cierra con la mirada noble del cortador de ca?a Pedro Ulyse Silven.

La Bolivia que retrata Mikel Arrazola es la que est¨¢ naciendo tras la llegada de Evo Morales al poder. "Es un pa¨ªs con una ingente cantidad de recursos naturales, pero donde m¨¢s he sentido la esclavitud; aunque esto est¨¢ cambiando, con la revoluci¨®n ind¨ªgena", resume el artista. La cooperaci¨®n vasca en el pa¨ªs andino est¨¢ orientada a reforzar sus estructuras sindicales y locales y en programas de impulso a la agricultura de las comunidades quechua, guaran¨ª o itanaguaca; en Cochambanba o en Chimor¨¦. Pero el fot¨®grafo o?atiarra tambi¨¦n recoge en su obra la actividad reivindicativa de La Paz o Santa Cruz, muestra de la nueva Bolivia.