Narcotraficantes y chulos, pasen por caja
Tr¨¢fico de drogas o prostituci¨®n mueven dinero pero escapan de la contabilidad - La UE lo quiere contar desde 2011 y eso cambiar¨¢ el peso de la econom¨ªa de todos los pa¨ªses - ?Pero c¨®mo hacerlo?
Los empresarios del crimen no pasan por ventanilla para presentar las cuentas de su negocio, pero de alguna forma habr¨¢ que averiguar sus ganancias porque la Uni¨®n Europea quiere conocerlas a partir de 2011. El narcotr¨¢fico, la prostituci¨®n o el contrabando, ilegales o alegales, tambi¨¦n suman a la riqueza de un pa¨ªs y mantener la ficci¨®n estad¨ªstica de que su actividad productiva es igual a cero euros distorsiona el resto de indicadores econ¨®micos -producto interior bruto (PIB) o tasa de paro- que est¨¢n en la base de las decisiones pol¨ªticas. As¨ª lo ha planteado la UE dentro de la revisi¨®n de sus sistemas de contabilidad.
Algunos pa¨ªses han medido de forma experimental el tama?o de su econom¨ªa ilegal. Las cifras oscilan entre el 2,2% de Ucrania y el 0,17% de Suecia. Son datos alejados de algunas econom¨ªas del Tercer Mundo dominadas por los malhechores: en Afganist¨¢n el tr¨¢fico de hero¨ªna supone el 53% de su PIB y en Guinea-Bissau el narcotr¨¢fico aporta m¨¢s al pa¨ªs que todo su PIB legal, seg¨²n la ONU.
Hasta ahora muchos Gobiernos se han resistido a sacar sus trapos sucios
En Croacia se averigu¨® la cifra de prostitutas gracias a los taxistas
Revelar que tu pa¨ªs es la meca de los delincuentes puede ser un tanto embarazoso. ?Nos podemos fiar de los c¨¢lculos que han hecho los Gobiernos europeos? "Es dif¨ªcil juzgar si los datos que han publicado se ajustan a la realidad", reconoce Nadim Ahmad, directivo del departamento de estad¨ªstica de la OCDE. "Lo m¨¢s que podemos hacer cuando nos env¨ªan estos informes es comprobar que el resultado final coincide con la metodolog¨ªa indicada en el mismo. En todo caso, las oficinas de estad¨ªstica de los pa¨ªses de la UE son bastante independientes".
Hasta ahora muchos Gobiernos se han resistido a contar los trapos sucios. Es el caso de Espa?a, donde no se ha hecho p¨²blica a¨²n ninguna estimaci¨®n oficial. De rondar la media europea del 1%, la participaci¨®n del sector ilegal en el PIB ser¨ªa similar a la del ramo de la consultor¨ªa, que engloba a empresas del tama?o de Deloitte, PricewaterhouseCoopers o Ernst and Young. Aun as¨ª, muchos creen que Espa?a es candidata a figurar en los primeros puestos del ranking por su relevancia en el sector m¨¢s lucrativo de la econom¨ªa ilegal, el narcotr¨¢fico. Es puerta de entrada de la coca¨ªna y el hach¨ªs a Europa y su consumo es uno de los m¨¢s elevados del mundo. Las fuentes del Instituto Nacional de Estad¨ªstica (INE) consultadas dudan de la fiabilidad de las mediciones hechas hasta ahora en otros pa¨ªses y de que sea posible calibrar con exactitud la econom¨ªa ilegal nacional: "Nunca hemos hecho una estimaci¨®n porque es demasiado dif¨ªcil dar una cifra precisa".
Para facilitar la tarea, la OCDE y Eurostat, la oficina europea con competencia para imponer una f¨®rmula de c¨¢lculo com¨²n, han elaborado unos manuales con pautas. "Es cierto que es imposible dar un dato con el 100% de fiabilidad", concede Ahmad, quien reconoce que calcular el dinero que gana el crimen organizado es, sin duda, engorroso pero imprescindible para cuadrar las cuentas nacionales: "La cifra final tendr¨¢ que ser forzosamente valorada con precauci¨®n".
Como narcos, chulos o manteros no se inscriben en el Registro Mercantil, hay que ingeni¨¢rselas para encontrar otras v¨ªas que permitan ponerle cifras a su trabajo. Por ejemplo, preguntar a los taxistas cu¨¢ntas prostitutas ejercen en la calle. Lo hizo en 2008 el Gobierno croata con la colaboraci¨®n de la OCDE en las cuatro ciudades con m¨¢s de 100.000 habitantes (Zagreb, Split, Rijeka y Osijek), lo que sirvi¨® para corregir la estimaci¨®n de 800 meretrices para todo el pa¨ªs, que ascendi¨® a 3.000.
El trabajo no acaba ah¨ª: es necesario estimar el promedio de clientes por prostituta y los precios por cada servicio. Un rastreo de las tarifas por Internet o en los anuncios clasificados puede ser de gran ayuda. Tambi¨¦n una encuesta de consumo, pero estos sondeos con preguntas comprometedoras tienen una fiabilidad relativa y en pa¨ªses como Suecia, que castiga hasta con seis meses de c¨¢rcel a los clientes, ninguno confesar¨ªa su delito. En Holanda, que regula la prostituci¨®n como una actividad mercantil m¨¢s, los estadistas lo tienen mucho m¨¢s sencillo: su valor a?adido es el 0,07% del PIB.
Ciertos negocios registrados como clubes de carretera, salones de masaje o empresas de alquiler de habitaciones tambi¨¦n ofrecen servicios de prostituci¨®n y en muchos casos son la tapadera de los proxenetas. Los manuales internacionales avisan de que sus ingresos ya han sido contabilizados de forma directa y piden precauci¨®n para no registrarlos por partida doble.
Para medir el negocio del narcotr¨¢fico, la cifra clave es un gran enigma: ?qu¨¦ cantidad de droga circula y se consume por el pa¨ªs? Se incauta el 10% o el 50% del total, seg¨²n el mayor o menor optimismo de las fuentes consultadas, que no se ponen de acuerdo sobre el grado de eficacia de la polic¨ªa.
Va a salir caro. Mucha informaci¨®n est¨¢ ya disponible, pero otra habr¨¢ que recopilarla en muestreos, encuestas y trabajo de campo. Por eso, algunos expertos dudan de si el esfuerzo merecer¨¢ la pena. "Cabe preguntarse si tiene m¨¢s sentido invertir esos recursos en la mejora de la medici¨®n del PIB cl¨¢sico", opina Antoni Espasa, director del Instituto Flores de Lemus, especializado en predicci¨®n macroecon¨®mica.
En los ¨²ltimos a?os el empe?o se ha puesto, en el ¨¢mbito europeo, en calcular la econom¨ªa sumergida, un concepto mucho m¨¢s amplio que el de econom¨ªa ilegal, y que incluye toda la producci¨®n oculta. En Espa?a las distintas estimaciones la sit¨²an en torno al 20%, menos que Italia o Grecia, pero m¨¢s que el 9% de Estados Unidos, y abarca desde los tomates que cultiva el abuelo en su peque?a huerta para consumo propio, hasta el trabajo del alba?il o el camarero que no se declara al fisco, adem¨¢s, claro est¨¢, de la econom¨ªa del crimen.
En teor¨ªa deber¨ªamos conocer a cu¨¢nto asciende la econom¨ªa criminal desde 1999, cuando entr¨® en vigor el Sistema Europeo de Cuentas (SEC-95), pero Eurostat ha retrasado la obligaci¨®n durante a?os, presionada por las grandes econom¨ªas (Alemania, Francia, Italia y Espa?a). Y es que las consecuencias de incluir al sector criminal en el PIB no se limitar¨¢n a una mera revisi¨®n al alza de las cifras que miden la riqueza nacional. Tendr¨¢ trascendencia en el erario porque, cuanto mayor sea la riqueza de un pa¨ªs, m¨¢s elevada debe ser su contribuci¨®n al presupuesto de la UE. Por eso la liberal Holanda se ha negado a agregar los coffee shops de venta de marihuana o la prostituci¨®n en las cuentas de su econom¨ªa. Ambos sectores, sumados al conjunto de su econom¨ªa ilegal suponen el 1% del PIB holand¨¦s.
Airear una cifra tan inc¨®moda como las finanzas del crimen podr¨ªa conducir a cambios a¨²n m¨¢s trascendentes. Dar¨ªan alas a quienes, con argumentos estrictamente econ¨®micos, piden la legalizaci¨®n de la venta de drogas para aumentar la recaudaci¨®n del Estado, opina Javier D¨ªaz-Gim¨¦nez, profesor de Econom¨ªa del IESE, la escuela de negocios m¨¢s reconocida de Espa?a.
Tambi¨¦n podr¨ªa influir en la voluntad pol¨ªtica para combatir actividades que, aun siendo ilegales, aportan sustanciosos ingresos. "Por supuesto que hay cierta connivencia", asevera D¨ªaz-Gim¨¦nez, quien se?ala a la prosperidad de Suiza y otros para¨ªsos fiscales, pero tambi¨¦n a la econom¨ªa nacional. "?D¨®nde prefieres tener a los malos, en Marbella o en Marsella? El sector criminal crea actividad legal. Gastan su dinero en hosteler¨ªa, coches o casas y contribuyen, por tanto, a la buena salud econ¨®mica de muchas regiones".
El boom de la construcci¨®n espa?ola en la ¨²ltima d¨¦cada favoreci¨® la llegada de capitales de dudosa procedencia, seg¨²n Salvador L¨®pez Arnal, catedr¨¢tico de Econom¨ªa Aplicada en la Universidad de M¨¢laga: "Estos sectores de veloz crecimiento facilitan oportunidades a quienes intentan blanquear dinero sucio, proveniente del narcotr¨¢fico o de cualquier otra actividad delictiva grave". Dentro de los 10 principales pa¨ªses inversores en Andaluc¨ªa en 2006 se encuentran tres para¨ªsos fiscales: Luxemburgo, Gibraltar y Antillas Holandesas. El 76% del dinero se invirti¨® en construcci¨®n.
La ilegalidad tambi¨¦n da de comer a ciertos abogados sin escr¨²pulos: doce millones de euros de las mafias fueron blanqueados, seg¨²n la Fiscal¨ªa Anticorrupci¨®n, a trav¨¦s del despacho marbell¨ª del chileno Fernando del Valle, imputado en el caso Ballena Blanca. Por si fuera poco, algunos banqueros reciben con alfombra roja a los criminales. La crisis financiera est¨¢ ofreciendo una gran oportunidad a los narcos para lavar su dinero, seg¨²n la Oficina contra las Drogas y el Delito de la ONU. Lo ha avisado en reiteradas ocasiones su director ejecutivo, Antonio Mar¨ªa Costa, y en enero declar¨® al semanario austriaco Profil: "Cuento con indicios, despu¨¦s de consultar con fiscales y responsables de fuerzas de seguridad estatales por todo el mundo, de que algunos bancos han recurrido al dinero del narcotr¨¢fico para evitar la quiebra". Pero Costa se neg¨® a dar nombres pretextando que eso era el deber de las autoridades nacionales.
La narcodependencia aqueja a muchas regiones y obstaculiza la normalizaci¨®n de su econom¨ªa. En Sanl¨²car de Barrameda (C¨¢diz), uno de los principales puntos de desembarco del hach¨ªs marroqu¨ª, el Partido Popular, en la oposici¨®n, rompi¨® a finales de 2008 el tab¨² sobre las ra¨ªces de la prosperidad local. No le faltaban pruebas: Sanl¨²car ha sido se?alado en el anuario econ¨®mico de La Caixa como el municipio de m¨¢s de 50.000 habitantes con menor renta per c¨¢pita de Espa?a; sin embargo, su parque automovil¨ªstico se duplic¨® entre 2002 y 2007 -de 26.192 a 50.434 veh¨ªculos-.
El atlas de la econom¨ªa ilegal
Cada regi¨®n del mundo se especializa en un determinado sector de la econom¨ªa criminal seg¨²n las oportunidades de negocio. La primera econom¨ªa delictiva en los pa¨ªses desarrollados es el tr¨¢fico de drogas, seguido a distancia de la prostituci¨®n, seg¨²n la OCDE. En otras regiones, son negocios muy rentables otro tipo de actividades ilegales: en Europa del Este, el contrabando de productos falsificados o el pirateo audiovisual; en Rusia, la producci¨®n de alcohol adulterado o la caza furtiva de especies protegidas, y en algunos pa¨ªses de mayor¨ªa musulmana que proh¨ªben la pornograf¨ªa, su distribuci¨®n es un negocio millonario. Otros delitos como la falsificaci¨®n de moneda, el espionaje o los asesinatos por encargo, son todav¨ªa m¨¢s da?inos pero menos relevantes para las cuentas nacionales.
La industria del narcotr¨¢fico reporta a las mafias unos beneficios de 285.000 millones de euros, seg¨²n la estimaci¨®n que hizo la ONU en 2005, una cifra mayor que el PIB del 90% de los miembros de la organizaci¨®n. Es una cifra cuestionada, pero el conocimiento de este negocio clandestino es todo un reto.
Al contrario de lo que se ha pensado durante muchos a?os, en el mercado de la droga no abundan los grandes monopolios, seg¨²n el estudio de la Comisi¨®n Europea, El mercado global de la droga 1998-2007. Son excepcionales las organizaciones con m¨¢s de 100 integrantes. A los grandes traficantes no les interesa la distribuci¨®n callejera y se limitan a vender a los narcos locales para evitar riesgos: los vendedores al por menor est¨¢n m¨¢s expuestos a ser arrestados y son de menor confianza. Integrarlos en la organizaci¨®n pondr¨ªa en riesgo a toda la banda.
S¨®lo unos pocos amasan fortunas. La revista Forbes incluye al mexicano Chapo Guzm¨¢n, el capo del cartel de Sinaloa, en el puesto 701 de su lista de los mayores millonarios del mundo en 2009. Su riqueza asciende, seg¨²n la publicaci¨®n estadounidense, a 1.000 millones de d¨®lares. La mayor¨ªa de los vendedores callejeros en los pa¨ªses ricos no ganan m¨¢s de unos miles de euros anuales.
El cultivo de coca (concentrada en Per¨², Bolivia y Colombia) y opio (Afganist¨¢n), a pesar de ser significativo para su econom¨ªa, apenas deja entre el 1% y el 2% del precio final de venta en las calles europeas y estadounidenses. Es en los pa¨ªses consumidores donde se queda la mayor parte del beneficio.
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