Marcelino Morcillo, decano del golf espa?ol
Fue el maestro de una de las mejores generaciones
Alrededor de Marcelino Morcillo, de su sabidur¨ªa de grand¨ªsimo jugador, de su entra?able car¨¢cter, creci¨® en el antiguo Club de Campo Villa de Madrid una de las mejores generaciones de jugadores de golf espa?oles. Manuel Pi?ero, Antonio Garrido, Jos¨¦ Mar¨ªa Ca?izares... comenzaron en los a?os sesenta como caddies y desde entonces veneraban la figura enjuta y fibrosa de Morcillo, el decano de los profesionales espa?oles, que falleci¨® ayer en Madrid a los 97 a?os.
Ya mayores, ya figuras mundiales, Pi?ero, Ca?izares, Garrido y alguno m¨¢s continuaron tratando a Morcillo y organizando a su alrededor una comida anual, un rito que terminaba inevitablemente con el viejo maestro recontando una y otra vez sus historias a los m¨¢s j¨®venes, ¨¢vidos de aventuras, sedientos de conocimientos. "Y un d¨ªa, hace tres o cuatro a?os", recuerda Manolo Pi?ero, uno de sus mejores alumnos, "llev¨¦ una grabadora y aprovech¨¦ para hacerle una entrevista, para que no se perdiera su historia".
Tras pasar su infancia como 'caddie', se hizo profesional en 1933
Posee el r¨¦cord de victorias en el Open de Espa?a, cuatro consecutivas
All¨ª, en esa cinta, Morcillo, que a¨²n posee el r¨¦cord de victorias en el Open de Espa?a de golf, cuatro, conseguidas de una tacada entre 1946 y 1949, dej¨® grabadas algunas de sus mejores an¨¦cdotas, que reflejan la dureza de los a?os que le toc¨® vivir. "Los a?os en los que hizo grande a este deporte cuando ¨¦ste a¨²n no exist¨ªa", dice Pi?ero. "A este deporte lo vemos grande los profesionales por pura necesidad, porque era nuestro medio de vida, no nuestra afici¨®n de fin de semana. Y Marcelino fue el primero de aquellos profesionales".
Nacido en enero de 1912 en Miraflores de la Sierra (Segovia), Morcillo se hizo profesional en 1933, despu¨¦s de pasar su infancia como caddie en el antiguo Puerta de Hierro, conocido como las 40 fanegas, y en unos hoyos que hab¨ªa junto al antiguo hip¨®dromo de Madrid, en el paseo de la Castellana, a la altura de Nuevos Ministerios. "En aquellos a?os, me contaba", dice Pi?ero, que sigui¨® los pasos de Morcillo y tambi¨¦n de ni?o caddie pas¨® a profesional del golf, "que aprovechaba unos pinares que hab¨ªa donde est¨¢ ahora el hotel Mirasierra para arrancar unas retamas fuertes y usarlas como mangos de los primeros palos que se hac¨ªa. Con ellos, a falta de buen material, desarroll¨® la imaginaci¨®n para crear su propio juego, original, ¨²nico. Y yo creo que el mismo gen que a ¨¦l le influy¨® lo heredamos nosotros, todos los golfistas que hemos hecho tan grande al golf espa?ol".
La Guerra Civil interrumpi¨® la carrera de Morcillo, quien no la reanud¨® hasta los a?os cuarenta. En aquella d¨¦cada, acompa?ado de Gabriel Gonz¨¢lez, conocido como Caraguardia, empez¨® a viajar al Open Brit¨¢nico, el torneo m¨¢s importante. "No ten¨ªan ni una peseta, pero consiguieron que algunos socios del club les pagaran el viaje un a?o", dice Pi?ero. "No ten¨ªan para comer, as¨ª que se llevaron una hogaza de pan desde Madrid. Y el ¨²ltimo d¨ªa del torneo, en la carretera de detr¨¢s del 17 de Saint Andrews, la catedral del golf, all¨ª estaban los dos, golpeando con el putter y el blaster la hogaza, que se hab¨ªa quedado tan dura que no pod¨ªan partirla. Y a su alrededor se segu¨ªa jugando".
Gan¨® Morcillo, ya en la d¨¦cada de los cincuenta, el Campeonato de Espa?a de Profesionales (1950) y el Campeonato de Castilla de Profesionales (1954), pero quiz¨¢s su gran orgullo fueron sus victorias repetidas en un torneo en Zarautz. Lleg¨® un a?o a la ciudad guipuzcoana en tren con sus palos en una bolsa y uno al que pregunt¨® d¨®nde hab¨ªa una pensi¨®n le tom¨® por m¨²sico. Al aclararle Morcillo que no, que era golfista y que iba a jugar un torneo, el paisano le desanim¨® de inmediato. "No tiene sentido que vaya", le dijo. "All¨ª siempre gana Marcelino Morcillo".
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