Enciclop¨¦dico Fundi

El que quiera aprender de toros que vaya a ver a El Fundi. Es un torero para aficionados; su sentido de la lidia es enciclop¨¦dico, y su magisterio est¨¢ macerado por esos casi 22 a?os de alternativa en los que ha ido super¨¢ndose a s¨ª mismo. Es emocionante verlo en la cara del toro, c¨®mo lo estudia y escudri?a con deslumbrante seguridad y naturalidad; es interesant¨ªsimo comprobar sus conocimientos de los terrenos, de las distancias, de las reacciones de sus oponentes, y c¨®mo administra los tiempos. Y, encima, torea, y torea muy bien con poder¨ªo y con gusto.

Recibi¨® a su primero con cuatro ver¨®nicas jugando los brazos con exquisita armon¨ªa, y, muleta en mano, aguant¨® las miradas desconcertantes de un complicado animal que estaba loco por cogerlo. Se cruz¨® entre los pitones como si tal cosa y le rob¨® muletazos imposibles. Mont¨® el estoque, se perfil¨® al volapi¨¦ y dej¨® media estocada en todo alto de efectos fulminantes. Ah¨ª queda eso, toda una lecci¨®n magistral de c¨®mo hay que andarle a los toros. Protagoniz¨®, despu¨¦s, dos quites por ajustadas chicuelinas y recibi¨® al cuarto con otra tanda de ver¨®nicas hondas y templadas para quitarse el sombrero. Con cuatro muletazos se lo llev¨® de las tablas al centro del anillo, y, cuando se esperaba faena grande, el maestro ech¨® un borr¨®n. Era un oponente soso y sin clase, pero la labor del torero fue premiosa, sin cogerle el aire, y todo se esfum¨®. Pero a lo hecho, pecho...

El mejor toro de la tarde, el tercero, le toc¨® a Cort¨¦s, y le cort¨® una oreja. El problema es que el toro le ofreci¨® las dos. Err¨® el torero al insistir con la muleta en la izquierda cuando el pit¨®n bueno era el derecho. Y la suave embestida del noble animal merec¨ªa mucho m¨¢s que la afanosa voluntad del torero, que se gan¨® el trofeo con un estoconazo de bandera; lo intent¨®, al final, sin ¨¦xito ante el soso sexto.

Y Sergio Aguilar sali¨® ileso de dos volteretas espeluznantes. Tiene mucho valor el torero; tanto, como frialdad desprende su toreo. Se queda derecho como una vela, pero su tauromaquia es impersonal. No obstante, sali¨® andando, que no es poco...