La vida no es realista
Los directores Fernando Trueba y Michael Radford charlan con el escritor Antonio Sk¨¢rmeta sobre la autor¨ªa, el cine y la literatura
Parec¨ªan ayer dos alumnos aventajados ante un maestro permisivo, enrollado y generoso. Eso, que ellos tambi¨¦n lo son. Cada uno de lo suyo. Antonio Sk¨¢rmeta de la literatura y Fernando Trueba y Michael Radford del cine. Los dos han rodado pel¨ªculas basadas en novelas del escritor chileno y los dos han querido unirse al homenaje que esta semana le dedica la Casa de Am¨¦rica en Madrid.
Sentados en un sal¨®n con solera del palacio de Linares, entre los claroscuros que dejaba colarse la tarde por la madera noble, los tres conversaban ayer animados antes del acto en que participaban Sk¨¢rmeta y Trueba, que est¨¢ terminando los retoques a El baile de la victoria. Hoy le toca a Radford, que descubri¨® internacionalmente el poder evocativo y humanista del escritor con la pel¨ªcula El cartero (y Pablo Neruda).
"El director es el due?o absoluto de su pel¨ªcula", dice Sk¨¢rmeta
Lo natural, as¨ª, de esa guisa, aparte de parlar sobre el tiempo y la violenta aparici¨®n de la primavera ayer en Madrid, es hablar de la autor¨ªa. A Sk¨¢rmeta le gusta que le adapten. M¨¢s si son pesos pesados, como Radford y Trueba. "El director de cine es el due?o absoluto de su pel¨ªcula, el responsable del ama?o. Dicho esto, agrego, donde yo no me puedo equivocar es en la elecci¨®n del cineasta. Hay miles de directores con los que jam¨¢s trabajar¨ªa", comenta el escritor.
Trueba le ha dado anteayer una alegr¨ªa. Le mostr¨® su pel¨ªcula y Sk¨¢rmeta la ha bendecido. "Es la primera persona que quer¨ªa que le gustara", dice el cineasta, que la estrenar¨¢ en septiembre. "Es una pel¨ªcula eminente, divertid¨ªsima. Una pel¨ªcula en la que te entran ganas de bailar", suelta el escritor.
Con raz¨®n entonces, Trueba equipara la relaci¨®n del cine y la literatura a la m¨²sica. "Una novela es como una partitura para nosotros, o como una obra de teatro. Se puede tocar de muchas formas", afirma el autor de Belle epoque. No es cierto para ¨¦l que en una adaptaci¨®n literaria se note menos la huella de una autor¨ªa que en guiones propios. "Hay que apartarse y reinventar. Puedes sentirla como algo mucho m¨¢s personal que una historia creada por ti".
Para Radford, no es cuesti¨®n de firmas. "Lo m¨¢s importante es la historia. Aunque tambi¨¦n hay que buscar una manera original de aproximarse a ella", asegura el director de 1984, la obra de George Orwell que ¨¦l llev¨® al cine. Ahora, el director brit¨¢nico nacido en India anda a vueltas con otro libro. Su pr¨®xima pel¨ªcula ser¨¢ una historia espa?ola. "Voy a hacer La mula, una obra de Juan Eslava Gal¨¢n sobre la Guerra Civil en Andaluc¨ªa", anuncia Radford.
Los tres coinciden en que las buenas historias est¨¢n construidas con personajes m¨¢s que con peripecias. Son arquitectos del alma, buscadores de sentimiento. Reivindican a la v¨ªctima, empatizan con el padecimiento. Se?alan y realzan el factor humano. Huyen tambi¨¦n de manique¨ªsmos. "En los ¨²ltimos tiempos se ha realzado ese discurso bobo y simple del bien contra el mal", afirma Trueba. Sk¨¢rmeta, por su parte, lo ha aislado en su obra. "F¨ªjense si en mis novelas estoy tan a favor de la buena gente que acabo de publicar un libro de relatos con personajes mal¨ªsimos. Se titula Borges y otras historias de amor y he querido separarlos del resto porque les considero t¨®xicos".
Sobre esa man¨ªa de escarbar en los lados oscuros y realzar la santidad, Trueba se muestra defensor de Jean Renoir. "El cine debe ser como la vida. Y en la vida hay drama, tragedia, humor, ternura, odio y amor a la vez. Los g¨¦neros se mezclan. O m¨¢s bien, no hay g¨¦neros ni corrientes. La vida no es ni siquiera realista, ¨¦sa es una categor¨ªa que han buscado los expertos".
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