Corrupciones y vida pol¨ªtica
?ltimamente se han destapado supuestas tramas de corrupci¨®n en el PP, la mayor¨ªa teniendo que ver con la financiaci¨®n irregular del partido, partido que gobierna en gran parte de las autonom¨ªas. Ante ello, este partido ha decidido negar categ¨®ricamente cualquiera de las acusaciones, echar cortinas de humo con el fin de distraer la atenci¨®n y no tener que dar cuentas ni a la oposici¨®n ni, lo que me parece mucho m¨¢s grave, a la ciudadan¨ªa. Aunque muy recientemente, sin embargo, Rajoy hab¨ªa anunciado que estaba dispuesto a llegar a la verdad, con lo que abrir¨ªa la puerta para seguir con las investigaciones, a?adiendo que actuar¨ªa contra "los que hayan hecho algo", las ¨²ltimas noticias anuncian que los populares se vuelven atr¨¢s e impiden que las investigaciones emprendidas para saber la verdad sigan su curso, aun sabiendo que varias personas del propio partido junto con una mayor¨ªa de la poblaci¨®n desea su continuaci¨®n.
Sin embargo, por mucho que se quiera ocultar los hechos delictivos, la realidad no se destruye, no se volatiliza, no desaparece, y mucho menos sin dejar huella. Muy al contrario, permanecen ah¨ª y se terminar¨¢n conociendo al tiempo que van formando la historia y sacuden la conciencia colectiva.
Es muy grave lo que est¨¢ pasando y deber¨ªa de haber medios, controles, multas, castigos, expulsiones para que la corrupci¨®n no sea una especie de compa?era de la democracia. Deber¨ªa de haber obligaci¨®n de transparencia. Ante un problema de corrupci¨®n pol¨ªtica no deber¨ªa de haber nada, absolutamente nada, ning¨²n tipo de privilegio que directa o indirectamente permita a un partido ocultar sus corruptelas, enga?os y hurtos -que tanto da?o hacen al pa¨ªs- ni tampoco se deber¨ªa de poder detener una investigaci¨®n que est¨¢ en marcha para saber la realidad de lo ocurrido y conocer sus responsables. Precisamente porque son pol¨ªticos y representan a una parte de la poblaci¨®n ?con qu¨¦ derecho, sean aforados o no (lo cual me parece un privilegio a eliminar), pueden ocultar la realidad, re¨ªrse de la justicia de la naci¨®n y mentir, mentir y mentir ya sea por medio de enredos y embustes, hablando de otra cosa, culpando a otras personas o, como hace Camps, actuando con el silencio o con ese pat¨¦tico "aqu¨ª no pasa nada" al tiempo que pone mordazas a los medios de difusi¨®n? El caso de la TVV es flagrante.
A pesar de la imagen bochornosa que est¨¢ dando en este momento el PP con tanto cinismo (a la cabeza del cual descollan Francisco Camps y Esperanza Aguirre), y a pesar de que en nuestro pa¨ªs un importante n¨²mero de personas (pol¨ªticos y ciudadanos) est¨¢ lejos de haber comprendido y asimilado qu¨¦ es la pol¨ªtica democr¨¢tica y cu¨¢les son sus fundamentos, debemos de creer en ella no solo como un hecho necesario sino tambi¨¦n digno, de forma que podamos aplicarla a nuestra vida social, ¨¦tica y ciudadana. Es decir, es necesario que lleguemos a comprender la democracia y a aplicarla en nuestros esquemas de vida social, en todas y en cada una de sus facetas. Es as¨ª como iremos construy¨¦ndola, pues la democracia no est¨¢ realizada sino que cada comunidad la va construyendo. En otras palabras, la democracia se hace vivi¨¦ndola.
"Sin poder ni independencia las ciudades pueden tener buenos s¨²bditos, pero no pueden albergar ciudadanos activos". Esto dec¨ªa un gran defensor decimon¨®nico de la democracia, Alexis de Tocqueville. Yo le a?adir¨ªa que adem¨¢s de poder y de independencia este ciudadano -activo, politizado en el sentido positivo del t¨¦rmino, dem¨®crata al fin- necesita tambi¨¦n informaci¨®n, transparencia y acceso a las cuentas de la gesti¨®n y tener una m¨ªnima confianza en la honradez de los pol¨ªticos (pol¨ªticos que, no nos olvidemos, han llegado a donde est¨¢n por el voto ciudadano de la misma manera que tambi¨¦n es el dinero de todos lo que ellos est¨¢n gestionando, mal o bien, honrada o deshonradamente, con dignidad o sin ella).
Es por ello que este esc¨¢ndalo de corrupci¨®n que en estos d¨ªas se est¨¢ destapando, debe de salir a la luz p¨²blica hasta el final. No se puede, por el bien de la democracia, continuar enga?ando a la gente tan descaradamente.
Una peque?a posdata : cualquier desv¨ªo del dinero p¨²blico es reprochable, pero a cuanto m¨¢s ascienda la cuant¨ªa es peor y deber¨ªa ser juzgado con mayor severidad. Pero, de ser cierto lo que se escribe y lo que se dice ?qu¨¦ pensar de todo un presidente de una Comunidad que llega a desviar cuatro miserables euros (es un decir) para comprarse unos trajes de fiesta o eventos, parece ser que uno para visitar al Papa y el otro para acudir a una recepci¨®n en Nueva York? Esto ya no est¨¢ tanto en la esfera del hurto como en la del rid¨ªculo. Las palabras no acuden para juzgarlo ni clasificarlo. Es demasiado cutre y miserable.
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