Pepe comunic¨® al Madrid que iba a seguir una terapia para controlarse
El portugu¨¦s inform¨® de ello hace tiempo al asumir que le cuesta frenar sus impulsos
"Nunca lo hab¨ªa visto as¨ª". Marcelo resumi¨® con esas palabras el estado de ¨¢nimo de Pepe, que ayer, tras 24 horas de aislamiento, volvi¨® a asomarse al c¨¦sped de Valdebebas. Lo hizo sin su habitual sonrisa. No hubo bromas, por mucho que sus compa?eros intentaran animarle. "A nosotros no nos ha pedido disculpas. Supongo que no le apetece hablar del tema, ahora hay que dejarlo tranquilo, poco a poco volver¨¢ a ser el chico alegre que todos conocemos", confes¨® Metzelder. El chico jovial, efectivamente, es la frase m¨¢s repetida por la plantilla y la gente del club cuando se habla de Pepe. "Es un chaval muy majo, pero joven y eso le impide controlarse. No lo hace para hacer da?o, simplemente es tan seguro de s¨ª mismo que va acelerado y acaba arrollando a todo el que se encuentre por delante. El problema es que no sabe controlar la fuerza y la potencia que tiene", comenta uno de los t¨¦cnicos que le entren¨®. "Puedes ser una persona fant¨¢stica, pero si vas a 5.000 revoluciones saltas y acabas petando como un coche. Puedes bajar de 5.000, si quieres, hay terapias con t¨¦cnicas de relajaci¨®n para eso. Y si no, pues asumes el riesgo de hacer lo que hizo Pepe el otro d¨ªa", explica Imanol Barrondo, ex central del Rayo y especialista en tutor¨ªas deportivas.
"El cuerpo le pidi¨® dar rienda suelta a su frustraci¨®n", dice Del R¨ªo, psic¨®logo del CSD
Marcelo asegura que Ra¨²l le rega?¨® por su actitud al final del partido ante el Getafe
El portugu¨¦s, con 26 a?os, parece que ha decidido no asumir el riesgo, o por lo menos intentarlo, y bajar de las 5.000 revoluciones. Hace meses, seg¨²n confirmaron fuentes del club, comunic¨® al Madrid su decisi¨®n de seguir una terapia privada individual para controlar y reprimir los impulsos. Antes de su enajenaci¨®n ante el Getafe, quienes sab¨ªan en el club que ten¨ªa asistencia, estaban bastante sorprendidos por los satisfactorios resultados de la terapia, al comprobar que Pepe no hab¨ªa vuelto a tener calentones. La ¨²ltima vez que hab¨ªa sido expulsado fue en marzo del a?o pasado, en el partido de Champions contra el Roma en el Bernab¨¦u. Esta temporada le hab¨ªan sacado seis tarjetas amarillas (por cinco de la anterior). "Las terapias no son otra cosa que un entrenamiento psicologico. Igual que los deportistas trabajan la elasticidad y la fuerza, tambi¨¦n pueden trabajar para controlar los impulsos a trav¨¦s de t¨¦cnicas de relajaci¨®n, respiraci¨®n y pensamiento positivo", explica Pablo Del R¨ªo, psicologo del CSD.
"Lo de Pepe no es ninguna enfermedad. Ha reaccionado de una forma inadecuada a un sentimiento de frustraci¨®n. Es normal en situaciones de presi¨®n acumuladas", matiza Del R¨ªo. Pepe es un jugador muy querido entre los empleados del club, que subrayan de ¨¦l su enorme disposici¨®n, su car¨¢cter extravertido y, especialmente, su deseo por echar ra¨ªces en el Madrid y en Espa?a. En verano de 2007, nada m¨¢s aterrizar en Madrid, pidi¨® conocer a Fernando Hierro y quiso empaparse de la historia del club blanco -se qued¨® sorprendido por los puros que se fumaba Santiago Bernab¨¦u-. La semana pasada, rumbo a Huelva para jugar ante el Recreativo, preguntaba porqu¨¦ al Recre se le conoce como el decano del f¨²tbol espa?ol. Pepe, que convive con una estudiante de Medicina, ha tenido la misma transformaci¨®n que Doctor Jekyll y Mister Hyde. Despu¨¦s de empujar a Casquero y escuchar al pitido del ¨¢rbitro que se?alaba penalti -quedaban tres minutos para el final y Guti acababa de empatar- se transform¨® en Mister Hyde.
"En ese momento se dio cuenta de que el Madrid iba a perder la Liga. Podr¨ªa haberse comido al ¨¢rbitro. Se comi¨® a Casquero y a Alb¨ªn. Es lo que le pidi¨® el cuerpo: dar rienda suelta a su frustraci¨®n", analiza Del R¨ªo, quien pone como ejemplo a Roger Federer. "Es la tranquilidad hecha persona. Nadie se habr¨ªa imaginado hace un a?o verle llorar como llor¨® en Melbourne ["Dios, esto me est¨¢ matando", dijo a Rafa Nadal], tampoco nadie se habr¨ªa imaginado verle romper una raqueta como hizo en Miami. Esas cosas pasan cuando se produce un desgaste importante en el organismo".
Es la tesis, tambi¨¦n y entre otros, de Marcelo, el ahijado de Pepe, que curiosamente explot¨® el mismo d¨ªa que su gran protector. "Ah¨ª dentro del campo no sab¨¦is lo que pasa, lo que es estar jug¨¢ndote una Liga, no sab¨¦is la presi¨®n que supone eso. Pepe siempre est¨¢ ayudando a todo el grupo, a m¨ª en especial, ahora ha cometido un error y somos nosotros los que tenemos que ayudarle", coment¨® el lateral quien ayer sali¨® en la sala de prensa, con un discurso preparado, para pedir disculpas por los gestos irrespetuosos hacia el Cata. "Fue un partido muy duro, sobre todo con el Cata, de esos encuentros que quieres ganar como sea", solt¨® el brasile?o, de 19 a?os, sin reparar en que ridiculiz¨® a un adversario, una vez concluido y ganado el partido, sac¨¢ndole la lengua y toc¨¢ndose los genitales.
?Pero c¨®mo se pueden hacer esos gestos? "S¨®lo lo puede entender la gente que juega al f¨²tbol...", contest¨®, como si jugar al f¨²tbol le concediera el derecho a desairar a los adversarios. "Hubo piques durante los 90 minutos... que si yo iba a perder o ¨¦l a ganar, fue un partido que nunca hab¨ªa vivido y reaccion¨¦ as¨ª. Me he equivocado y pido perd¨®n por lo que he hecho", explic¨® confesando que Ra¨²l le rega?¨®: "Me dijo que tengo una carrera por delante y que tengo que aprender a comportarme". Luego, como ten¨ªa el discurso tan bien aprendido, se uni¨® a la teor¨ªa del club del efecto ¨®ptico. "No me toqu¨¦ los huevos, puse la mano ah¨ª y justo me sacaron una foto". Las fotograf¨ªas demuestran todo lo contrario.
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