Cobarde

Como tantos otros j¨®venes compatriotas idealistas, tambi¨¦n el poeta brit¨¢nico Stephen Spender (1909-1995) se implic¨® en la Guerra Civil espa?ola. Reci¨¦n ingresado en el Partido Comunista Brit¨¢nico, el entonces secretario de dicha formaci¨®n, Harry Pollit, pens¨® que el todav¨ªa muy joven, pero ya prestigioso escritor, Spender podr¨ªa ser, entre otras cosas, un apasionado cronista de los tr¨¢gicos sucesos espa?oles, adem¨¢s, por supuesto, de refrendar con su testimonio la implicaci¨®n pol¨ªtica izquierdista de una nueva generaci¨®n de intelectuales de su pa¨ªs. En cierta medida, Spender cumpli¨® con esta misi¨®n, ya que no s¨®lo public¨® los art¨ªculos requeridos, sino una serie de poemas, a partir de los cuales se ha editado ahora un libro biling¨¹e con el t¨ªtulo Poemas de Espa?a (Pre-Textos), cuya recopilaci¨®n, traducci¨®n castellana y amplio estudio preliminar ha corrido a cargo del tambi¨¦n poeta Gabriel Insausti. No ha sido, de todas formas, ni mucho menos f¨¢cil la tarea de este ¨²ltimo, en primer lugar, porque, como es sabido, Spender se sinti¨® progresivamente desenga?ado de su primer fervor revolucionario, y, en consecuencia, fue depurando y reescribiendo muchos de sus versos espa?oles, pero, sobre todo, en segundo lugar, porque hay mucha tela que cortar para explicar el trasfondo biogr¨¢fico e hist¨®rico de su experiencia en nuestro pa¨ªs, con lo que Insausti ha tenido que abordar muy diversos menesteres para llevar a cabo esta admirable edici¨®n.

Sea como sea, y al margen de la ulterior evoluci¨®n ideol¨®gica de Spender, lo que nos sorprende todav¨ªa hoy acerca de sus versos sobre la Guerra Civil espa?ola es su total ausencia, no digo ya del menor sentido propagand¨ªstico, sino hasta del esp¨ªritu ¨¦pico que se supone a un vate en posici¨®n beligerante. Tanto fue as¨ª que Spender crey¨® necesario justificarse, alegando al respecto que "un poeta s¨®lo puede escribir sobre lo que es verdad desde su propia experiencia, no sobre lo que le gustar¨ªa que fuese verdad desde su experiencia". Y lo que Spender experiment¨® fue terror y violencia a manos llenas, adem¨¢s de la dureza de los fan¨¢ticos que se ensa?an con los m¨¢s d¨¦biles incluso de su propio bando. Para Spender, sin embargo, haciendo suya la grandeza moral del implacable Goya de Los desastres de la guerra, donde todos por igual son v¨ªctimas, o la muy semejante del Guernica, de Picasso, el ¨²nico h¨¦roe que le merece atenci¨®n es el cobarde, al que le dedica un poema, en cuyos ¨²ltimos versos afirma: "Para poblar su soledad / y dar alivio a su fantasma / la piedad y el amor no cesar¨¢n, / al menos durante el tiempo de una vida".

Ahora que, en nuestro pa¨ªs, se multiplican los paladines de la "memoria hist¨®rica", no s¨®lo resulta emocionante y aleccionador volver sobre los poemas espa?oles de Spender, un poeta que tom¨® partido sin por ello perder la cabeza, sino, aprovechando la ocasi¨®n de que se acaba de editar tambi¨¦n la edici¨®n castellana de uno de los libros del fil¨®sofo dan¨¦s S?ren Kierkegaard (1813-1855), el titulado In vino veritas (Alianza), leer en ¨¦l lo que all¨ª escribe este pensador sobre la diferencia entre memoria y recuerdo, y c¨®mo la primera, si no est¨¢ acompa?ada de una cierta "idealidad", se embota y logra exactamente lo contrario de lo que pretende, porque el arrepentimiento es inseparable del perd¨®n.