El corcho. C¨®mo sacarlo a flote
a industria del vino no tendr¨¢ un gran futuro si vamos por este camino", pronostica el empresario portugu¨¦s Ant¨®nio Amorim, 41 a?os, presidente de Amorim y Hermanos y sobrino del carism¨¢tico Am¨¦rico Ferreira de Amorim (1934), gran timonel del grupo y el hombre m¨¢s rico de Portugal, a quien la revista Forbes bautiz¨® como el rey del corcho. Primer fabricante de corcho del mundo, la gigantesca corchera Amorim produce m¨¢s de 3.000 millones de tapones al a?o, que suponen el 65% de todos los productos que salen de sus f¨¢bricas.
"Nuestra industria ir¨¢ bien si la del vino va bien. Pero ?qu¨¦ imagen quieren dar los productores de vino? Mire lo qu¨¦ est¨¢ pasando con los australianos, cuyos vinos tienen en su inmensa mayor¨ªa tap¨®n de rosca", avisa Amorim. "Su producto se ha depreciado y hoy tienen serios problemas para su venta en el mundo. En el negocio del vino hay que apostar por la diferenciaci¨®n, el valor a?adido y el trabajo humano por encima del dinero. La botella de cerveza m¨¢s cara del mundo tiene tap¨®n de corcho, pero no hay ning¨²n vino de alta calidad con tap¨®n alternativo". Nadie puede imaginar una botella de Ch?teau P¨¦trus, de Vega Sicilia, de Brunello di Montalcino, de Penfolds Grange o de champa?a Bill¨¦cart-Salmon con un tap¨®n que no sea de corcho natural.
En Australia y Nueva Zelanda, la inmensa mayor¨ªa de vinos de menos de 25 d¨®lares usa ya tapones de rosca de aluminio
Los ¨²nicos pa¨ªses donde realmente importa esta industria son Espa?a y Portugal, con el 80% de la producci¨®n
Am¨¦rico Amorim, 'el rey del corcho', ocupa el puesto 132? en la lista 'Forbes' de millonarios del mundo
El corcho ha conquistado muchos mundos. Desde la Nasa y Airbus hasta marcas de moda como Dior y prada
La causa del surgimiento de competidores del tap¨®n de corcho se llama 2, 4, 6-tricloroanisol, m¨¢s conocido por las siglas TCA, producido por un hongo que crece naturalmente en el alcornoque. Durante siglos, el corcho fue el material indiscutible empleado como cierre de las botellas de vino. Nadie se atrevi¨® a cuestionar su supremac¨ªa. Hasta que en los a?os ochenta el investigador suizo Hans Tanner, del W?denswil Institute, descubri¨® un agente da?ino en el corcho que, detectado en nariz y boca con un aroma y sabor a moho, arruina el vino. A veces la contaminaci¨®n es evidente, pero en otras s¨®lo olfatos muy sensibles son capaces de detectar el agente intruso. En cualquier caso, es un problema irreversible y m¨¢s de una bodega se ha ido a pique por su culpa. La industria corchera tembl¨®, y los fabricantes de tapones sint¨¦ticos, de aluminio, vidrio y otros materiales alternativos, creyeron llegada su hora.
El periodista y especialista en vinos George Taber, autor del libro To cork or not to cork, sostiene que el problema lleg¨® muy lejos porque la industria portuguesa, que ten¨ªa pr¨¢cticamente el monopolio del corcho, pas¨® ol¨ªmpicamente de aquella denuncia, que en su d¨ªa calific¨® de difamaci¨®n. Los productores se sent¨ªan fuertes y no vislumbraban competidores en el horizonte. El primer tap¨®n sint¨¦tico irrumpi¨® en el mercado en 1989 y poco a poco fue ganando terreno.
En pa¨ªses como Australia y Nueva Zelanda, la inmensa mayor¨ªa de vinos de menos de 25 d¨®lares ha sustituido el tap¨®n de corcho por el de rosca de aluminio. El 2 de octubre de 2002, Randall Grahm, propietario de los vi?edos Bonny Doon, en Santa Cruz (California), declar¨® la muerte del corcho y escenific¨® con gran fanfarria diversos actos f¨²nebres en EE UU. La representaci¨®n lleg¨® hasta Manhattan. Un Buick 1937 de color gris se detuvo en la estaci¨®n Grand Central neoyorquina. A los acordes melanc¨®licos de una trompeta, cinco hombres descargaron un f¨¦retro donde yac¨ªa una silueta humana construida con tapones de corcho.
Pero el corcho no muri¨®. Sus defensores iniciaron una batalla para combatir el temible TCA, desautorizar a los detractores y enterradores improvisados y recuperar el?cr¨¦dito de un producto centenario, cien por cien natural y reciclable. Portugal, el?primer productor del mundo, asumi¨® el liderazgo de la contraofensiva. El control de la producci¨®n forestal, la industria y la distribuci¨®n estaba ya en manos esencialmente portuguesas. El gigantesco grupo Amorim invirti¨® fortunas en investigaci¨®n y desarrollo y puso a sus laboratorios a trabajar a toda m¨¢quina para mejorar la calidad de los tapones. "El futuro depende de nosotros, y para ello hay que empezar a innovar", dice Ant¨®nio Amorim, que en marzo de 2001, con 34 a?os, tom¨® las riendas del mayor negocio de corcho del mundo que le entreg¨® su t¨ªo Am¨¦rico.
Manuel Cabral, profesor en la Facultad de Farmacia de la Universidad de Oporto, y con un doctorado por la Universidad de Glasgow, est¨¢ al frente de un equipo de 10 personas en el departamento de I+D del grupo Amorim, un qu¨ªmico sueco, un en¨®logo, una farmac¨¦utica, una ingeniero agr¨®nomo y varios analistas en industria alimenticia, con el objetivo de luchar contra el TCA. En el laboratorio, cada mes analizan unas 14.000 muestras de corcho. Aqu¨ª se recetan las medidas curativas contra el enemigo n¨²mero uno del corcho. La m¨¢s reciente, el sistema Rosa, es la vaporizaci¨®n de las planchas de corcho en una c¨¢mara durante cuatro horas para liberar el TCA.
"Hemos conseguido reducir significativamente el TCA. El corcho es muy heterog¨¦neo, y as¨ª es la contaminaci¨®n de este material", explica Cabral, que tiene en marcha un plan para atacar "el problema de fondo, que est¨¢ en el bosque". La idea es detectar el TCA en el suelo. Otra l¨ªnea de investigaci¨®n en el laboratorio que dirige Manuel Cabral es analizar uno a uno todos los tapones para detectar individualmente la presencia de TCA. "Empezaremos por los destinados a grandes vinos y luego seguiremos hacia abajo". Hoy, los investigadores del l¨ªder mundial del corcho saben ya qu¨¦ ocurre en t¨¦rminos de permeabilidad del ox¨ªgeno en los distintos tapones.
La exposici¨®n del vino al aire es un quebradero de cabeza para todo productor. "Antes no necesit¨¢bamos conocer este dato, porque el tap¨®n de corcho no ten¨ªa competidores. Hoy el mercado ha cambiado, con la irrupci¨®n del tap¨®n de pl¨¢stico y de rosca", explica Cabral. "Sabemos que con un tap¨®n de corcho t¨¦cnico entra ox¨ªgeno en la botella el primer mes y ya no entra m¨¢s. Un tap¨®n natural permite el ingreso de ox¨ªgeno durante un a?o. Un tap¨®n sint¨¦tico permite el ingreso de exceso de ox¨ªgeno dentro de la botella y se produce la oxidaci¨®n. La c¨¢psula de aluminio no permite que entre nada de ox¨ªgeno, lo que puede producir el efecto contrario, conocido como reducci¨®n. Ninguno de los dos es bueno para el vino. El corcho tiene una estructura celular que permite una permeabilidad gradual al ox¨ªgeno, de forma que el vino evoluciona en la botella".
"Estamos satisfechos con los resultados obtenidos hasta ahora, pero no estamos parados", dice Manuel Cabral, que viaja constantemente para divulgar los proyectos de investigaci¨®n del grupo Amorim. China, Reino Unido, Italia... Seg¨²n Cabral, el TCA est¨¢ resuelto pero no erradicado.
El 'Quercus suber', o alcornoque, es un tesoro nacional en Portugal que hay que cuidar como tal. El corcho es 100% natural, 100% reciclable y portugu¨¦s en un 53% (m¨¢s de 600 empresas operan en este mercado). Todo un s¨ªmbolo del orgullo de un pa¨ªs que no es l¨ªder mundial en muchos ¨¢mbitos. Es una industria que emplea a 12.000 personas, cuyas exportaciones en 2007 supusieron unos ingresos de 853,8 millones de euros, 2,3% del total del pa¨ªs y 0,7% del producto interior bruto (PIB). Con estos datos no debe sorprender que la ciencia haya sido puesta al servicio de la investigaci¨®n de los secretos que rodean a este ¨¢rbol fascinante.
La secuenciaci¨®n del genoma del alcornoque es el proyecto m¨¢s ambicioso del grupo Amorim. El objetivo es descubrir algunas enfermedades del ¨¢rbol y sus causas, por qu¨¦ hay corcho de mejor calidad que otro, y, lo que hoy es un sue?o, acelerar el crecimiento del alcornoque para mejorar el rendimiento. Un proyecto que costar¨¢ mucho tiempo y dinero.
Pero no s¨®lo de tapones vive la industria del corcho. De las 28 f¨¢bricas que Corticeira Amorim tiene repartidas por tres continentes (Europa, ?frica y Am¨¦rica) salen todo tipo de productos de corcho, compuesto, granulado, aglomerado, caucho, revestimientos para suelo y pared, aislantes... El destino y las aplicaciones de este material no tienen l¨ªmite. Pueden llegar muy lejos. La NASA (cliente de Amorim desde hace 15 a?os) y la Agencia Espacial Europea (ESA) utilizan en sus misiones corcho como escudo t¨¦rmico y aislante de las vibraciones. Boeing y Airbus tambi¨¦n lo usan.
En los Juegos Ol¨ªmpicos de Pek¨ªn 2008, las embarcaciones Nelo, de reconocido prestigio y fabricadas en Portugal, obtuvieron 20 de las 36 medallas en juego a las que aspiraban en las pruebas de pirag¨¹ismo. Estas canoas que se deslizan sobre el agua est¨¢n revestidas en su interior de corcho, material que se combina con la fibra de vidrio y carbono, y resinas como el kevlar.
Otros muchos mundos han sido cautivados por el corcho, que est¨¢ presente, por ejemplo, en los acabados interiores del prototipo F700 de Mercedes, en zapatos de lujo de Dior, y en marcas como Prada y Louis Vuitton. "Estamos buscando aplicaciones para la industria farmac¨¦utica. Hay un potencial enorme", revela Ant¨®nio Amorim.
De la misma manera que detr¨¢s de una botella de vino hay un proceso de elaboraci¨®n m¨¢s o menos delicado, cada tap¨®n tiene una larga historia que empieza en el alcornoque, el ¨²nico ¨¢rbol revestido de corcho. En todo el planeta hay unos 2,3 millones de hect¨¢reas de alcornoques, distribuidos por la regi¨®n mediterr¨¢nea con influencia atl¨¢ntica del sur de Europa y norte de ?frica. La pen¨ªnsula Ib¨¦rica acapara el 55% del ¨¢rea total. Portugal (736.000 hect¨¢reas) y Espa?a (500.000) son los l¨ªderes, seguidos a gran distancia de tres pa¨ªses del Magreb (Marruecos, Argelia y T¨²nez), y de Francia e Italia.
El alcornoque se integra en la que puede considerarse ¨²ltima gran reserva natural de Europa, con un h¨¢bitat muy rico, con especies protegidas como el lince y el ¨¢guila imperial, y un equilibrio entre una actividad socioecon¨®mica lucrativa y la preservaci¨®n del medio ambiente. Un estudio reciente de PricewaterhouseCoopers sobre el impacto ambiental de los distintos tipos de tapones concluye que el corcho es mucho m¨¢s beneficioso que los otros materiales alternativos, sea el aluminio o los derivados del petr¨®leo. La investigaci¨®n de un a?o descubri¨® que las emisiones de di¨®xido de carbono -factor determinante del calentamiento global- durante el ciclo de vida de un tap¨®n de aluminio son 24 veces superiores a las de uno de corcho natural. En el caso del tap¨®n de pl¨¢stico, la diferencia se reduce a 10.
De los bosques de alcornoques de S?o Br¨¢s de Alportel, en el Algarve, se extrae el que est¨¢ considerado mejor corcho del mundo, denso y poco poroso. La ley establece que no se puede tocar un alcornoque hasta 25 a?os despu¨¦s de su plantaci¨®n. La?extracci¨®n o tiradia se realiza como hace 100 a?os, manualmente, durante el verano y cada nueve a?os. El sacador, maestro en el manejo de hachas de corte curvo, es el trabajador agr¨ªcola mejor pagado, 90 euros diarios.
La primera plancha de corcho que se obtiene no tiene la calidad suficiente para un tap¨®n. El segundo descorche tampoco sirve para producir un tap¨®n de calidad. Hay que esperar hasta la tercera extracci¨®n, del llamado corcho reproducci¨®n. Es decir, desde que nace un alcornoque transcurre casi medio siglo (25 a?os iniciales, m¨¢s dos periodos de nueve a?os) para tener un tap¨®n. "Es un producto natural que tarda casi 50 a?os en llegar al consumidor, y todo ha sido procesado manualmente. No hay una joya igual", dice Carlos de Jes¨²s, director de comunicaci¨®n de Corticeira Amorim. Las planchas extra¨ªdas pasan a unidades de tratamiento, donde el corcho es cortado (rabaneado), cocido, seleccionado y almacenado. Posteriormente se lleva a las f¨¢bricas de transformaci¨®n, donde gran parte se destina a tapones y revestimientos. Los?residuos son aprovechados en granulados de distinto tipo. Incluso el polvo, quemado, es utilizado en la cogeneraci¨®n de energ¨ªa.
Los ¨²nicos dos pa¨ªses donde realmente importa el corcho son Portugal y Espa?a. Ambos suman el 80% de la producci¨®n mundial y el 98% de la transformaci¨®n, y sin embargo apenas trabajan conjuntamente. "Portugal ha asumido tal liderazgo que act¨²a demasiado solo", reconoce el presidente de la primera empresa del mundo. Ant¨®nio Amorim admite algo m¨¢s chocante viniendo de su boca: "Portugal no ha sido siempre el mayor productor y transformador de corcho del mundo. Hasta los a?os cincuenta y sesenta era exportador de materia prima, porque Catalu?a lideraba en aquellos tiempos la transformaci¨®n del corcho. Hay m¨¢s tradici¨®n de corcho en Catalu?a que en Portugal". Pero en 1936 estall¨® la Guerra Civil y Espa?a perdi¨® el tren que, con toda seguridad, le habr¨ªa llevado a consolidar el liderazgo en el mundo del corcho.
Hoy esta posici¨®n la ocupa c¨®modamente el imperio Amorim, apellido indisociable de la producci¨®n del corcho, que ha extendido sus tent¨¢culos a otros sectores: energ¨ªa (controla el 33,3% de la petrolera Galp), banca (25% del Banco Internacional de Cr¨¦dito y 7,8% del Banco Popular, de Espa?a), construcci¨®n (49% de Cimangola), telecomunicaciones m¨®viles (Telecel, hoy Vodafone), Inversiones e Iniciativas (Amorim Imobili¨¢ria, vendida despu¨¦s a Inmobiliaria Chamart¨ªn), hosteler¨ªa y turismo, vinicultura (en 1999 compran una de las ancestrales bodegas de vino de Oporto, la germano-brit¨¢nica Burmester, establecida en Portugal desde 1730, y 85 hect¨¢reas de la Quinta Nova de Nossa Senhora do Carmo, en pleno valle del Duero), y la reciente creaci¨®n de un fondo de inversi¨®n para comprar empresas en crisis a precio de saldo. Am¨¦rico Amorim ocupa el lugar 132 en la lista de millonarios de Forbes, que eval¨²a su fortuna en 7.000 millones de d¨®lares (5.375 millones de euros).
Ant¨®nio Amorim, sobrino y brazo derecho del patriarca don Am¨¦rico, explica que la evoluci¨®n del grupo y la salida a Bolsa en 1988 no han alterado el cariz original de la empresa. La familia controla el holding en un 70%. "Preservamos la identidad familiar. De filosof¨ªa, nada; aqu¨ª estamos para gestionar un negocio", dice.
La familia Amorim inici¨® su actividad en la fabricaci¨®n de corcho en el siglo XIX. Ant¨®nio Alves Amorim abri¨® la primera f¨¢brica de tapones en 1870 junto al muelle de Gaia, en Oporto. Sus socios lo traicionaron, y en 1922, de la mano de la esposa, Ana Pinto Alves, y sus hijos, naci¨® en Santa Mar¨ªa de Lamas una nueva empresa -Amorim & Irmaos-, con nueve socios, todos de la familia. La empresa fue viento en popa, y en los a?os treinta se presentaba en sus tarjetas de visita como "la mayor f¨¢brica de tapones del norte de Portugal".
En 1963 naci¨® Corticeira Amorim, para la producci¨®n de triturados y aglomerados, que se uni¨® a Amorim & Irmaos, para tapones y discos. En menos de 10 a?os, la corteza transformada alcanz¨® un valor monetario del 74,7% del total de las exportaciones de corcho de Portugal. En abril de 1974, la revoluci¨®n de los claveles acab¨® con una larga dictadura. Fue una ¨¦poca turbulenta, y muchos empresarios fueron expropiados y se marcharon.
Am¨¦rico Ferreira de Amorim (quinto de ocho hermanos) y su familia se quedaron en Portugal y en 1978 abrieron nueva f¨¢brica -Ipocork-, de revestimientos de corcho, y en 1982 fundaron Champcork, de tapones de champ¨¢n. Amorim fue pionero de la banca comercial privada en el Portugal posrevolucionario, con la fundaci¨®n del BCP y m¨¢s tarde del BNC, integrado hoy en el Banco Popular Espa?ol, del cual es el mayor accionista individual. El joven Am¨¦rico ya hab¨ªa mostrado gran habilidad para los negocios, sin temor a cruzar fronteras y a establecer alianzas a contracorriente. En 1958 solicit¨® un pasaporte para viajar a la antigua URSS, poco menos que el infierno en tiempos de la dictadura salazarista. Qu¨¦ solicitud m¨¢s extra?a, pensaron en la Junta de Fregues¨ªa de Lamas, en el Ayuntamiento de Feira, en el Gobierno Civil de Aveiro y en el Ministerio del Interior. Amorim consigui¨® el visado y pas¨® dos a?os viajando por la URSS y los pa¨ªses del tel¨®n de acero. Un mercado inmenso por explorar. A base de paciencia, se gan¨® la confianza de sus interlocutores sovi¨¦ticos, y poco a poco empezaron a llegar los pedidos de corcho.
Cr¨ªtico con el llamado "condicionamiento industrial", que regul¨® la pol¨ªtica econ¨®mica portuguesa durante 40 a?os de salazarismo, Am¨¦rico Amorim se quejaba del choque "entre el deseo de hacer industrias y la posibilidad real de poder invertir en mi pa¨ªs, en un producto eminentemente portugu¨¦s". En plena guerra fr¨ªa, cargamentos de corcho de Amorim, siempre sin el sello Made in Portugal, circularon, a trav¨¦s de la Austria neutral, hacia la Uni¨®n Sovi¨¦tica, la Rep¨²blica Popular China y la mayor¨ªa de naciones comunistas. Siempre de forma segura y rentable. Grupo Amorim se convirti¨® en el primer exportador portugu¨¦s a los pa¨ªses del Este.
M¨¢s de medio siglo despu¨¦s, por su capacidad de renovarse y adaptarse a nuevas exigencias tecnol¨®gicas, el corcho seguir¨¢ siendo el oro portugu¨¦s. P
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