C¨¦lulas madre. Se abre la veda
En febrero de 2005, un matrimonio israel¨ª acudi¨® con su hijo al centro m¨¦dico Sheba, dependiente de la Universidad de Tel Aviv en Israel. El chico, de 13 a?os, en silla de ruedas, sufr¨ªa recurrentes dolores de cabeza y padec¨ªa una rara enfermedad cong¨¦nita neurodegenerativa, la ataxia telangiectasia, que desgasta el cerebelo y produce una descoordinaci¨®n de los movimientos. Los m¨¦dicos le diagnosticaron un tumor benigno en el cerebro y la m¨¦dula espinal. Un a?o despu¨¦s extrajeron la masa tumoral de la m¨¦dula. Estupefactos, comprobaron que el c¨¢ncer se hab¨ªa originado a partir de las c¨¦lulas fetales de al menos dos abortos, uno de ellos una ni?a. La ataxia suele matar antes de los 20 a?os, y los padres, desesperados, hab¨ªan viajado incluso a Mosc¨² en mayo de 2001 para someter al peque?o, que por entonces contaba nueve a?os, a un tratamiento experimental con c¨¦lulas fetales. Albergaban la esperanza de que, una vez inyectadas en su cerebro, las c¨¦lulas regenerasen algunas de las funciones cerebrales perdidas. Tras dos sesiones de inyecciones m¨¢s, en 2002 y 2004, el resultado fue bien triste. Los doctores describieron el caso en la revista PLoS Medicine el pasado febrero: las c¨¦lulas fetales se hab¨ªan diseminado por el cerebro, creando m¨¢s tumores. Se constat¨® cl¨ªnicamente que las c¨¦lulas madre extra?as producen c¨¢ncer en humanos.
A un hombre con esclerosis lateral le prometieron mejor¨ªas en ocho semanas. Pero muri¨® a los ocho meses
Las terapias celulares han alimentado un mercado de fetos humanos de Ucrania con destino a cl¨ªnicas del Caribe
Ya hay tratamientos que funcionan frente a ciertos tipos de leucemias, anemias y des¨®rdenes inmunol¨®gicos
Estos tratamientos experimentales se caracterizan precisamente por su falta absoluta de control. En los ¨²ltimos a?os han proliferado cl¨ªnicas que ofrecen, mediante vigorosas campa?as de marketing, el milagro de la medicina regenerativa. Este "turismo de c¨¦lulas madre" viene atrayendo a enfermos desesperados a pa¨ªses como Rusia, China, Tailandia y otros lugares de Asia, pero ya alcanza al mundo m¨¢s desarrollado: en Jap¨®n hay compa?¨ªas que promocionan terapias celulares contra el mal de Alzheimer, la diabetes o las lesiones de m¨¦dula espinal. En Colonia (Alemania), el centro XCell ofrece c¨¦lulas curativas para males como la esclerosis lateral amiotr¨®fica (la enfermedad paralizante que padece el popular f¨ªsico Stephen Hawking) o la disfunci¨®n er¨¦ctil. Las ofertas abarcan incluso a des¨®rdenes cromos¨®micos como el s¨ªndrome de Down. Muchas de estas compa?¨ªas tratan a sus pacientes fuera de sus fronteras, en lugares cuya regulaci¨®n es escasa o nula, despu¨¦s de haber transferido cantidades que en muchos casos comienzan a partir de 20.000 d¨®lares.
Las t¨¦cnicas de venta son muy h¨¢biles. Bajo una apariencia respetable y m¨¦dicos con un curr¨ªculo de prestigio, las cl¨ªnicas cuelgan en Internet los testimonios de los pacientes: las c¨¦lulas funcionan. Cualquier mejor¨ªa es exagerada autom¨¢ticamente. Y las terapias est¨¢n a la ¨²ltima, pues son objeto activo de investigaci¨®n. En ning¨²n lado se habla de aprobaci¨®n por parte de las autoridades sanitarias. Douglas Sipp, director de comunicaci¨®n cient¨ªfica del Centro RIKEN para el Desarrollo Biol¨®gico en Jap¨®n, se ha hecho eco de este "turismo celular" en la revista Science. "Es un fen¨®meno reciente, aunque hay muchas cl¨ªnicas rusas que han estado realizando estos tratamientos durante alg¨²n tiempo, de acuerdo con lo que explican sus p¨¢ginas web", comenta Sipp a El Pa¨ªs Semanal en conversaci¨®n telef¨®nica desde Jap¨®n. "La excitaci¨®n que produjo el descubrimiento de las c¨¦lulas embrionarias humanas en 1998 ha derivado en que la gente hable de las potencialidades de estos tratamientos. Y algunas empresas no han esperado a que se realicen los ensayos cl¨ªnicos para comercializar las c¨¦lulas madre para tratar enfermedades en las que no hay evidencias de que funcionen".
"La mayor¨ªa de las terapias basadas en c¨¦lulas madre son procedimientos m¨¦dicos experimentales, y los riesgos y beneficios resultan inciertos", insiste por su parte el profesor Martin Pera, fundador del centro Eli y Edythe Broad para la Medicina Regenerativa e Investigaci¨®n de C¨¦lulas Madre de la Universidad de Southern California (EE UU). Sin extensos estudios precl¨ªnicos de seguridad y eficacia detr¨¢s, cualquier terapia celular es una quimera. "Los pacientes deber¨ªan evitar las cl¨ªnicas que no siguen estos criterios", advierte este experto.
Pero el mensaje que escuchan estos enfermos es otro. Las bondades de las c¨¦lulas madre, embrionarias o fetales, la promesa a la vuelta de la esquina para atajar enfermedades incurables, han tronado en las noticias de la televisi¨®n, art¨ªculos y noticias no bien contextualizados. Muchas veces se confunde presente con un futuro a¨²n lejano. Douglas Sipp admite que parte de esta distorsi¨®n se ha amplificado por los medios, pero son ¨¦stos los que descubren el fraude. Las terapias de c¨¦lulas fetales han alimentado un mercado de fetos humanos procedentes de Ucrania y vendidos para su comercializaci¨®n en cl¨ªnicas del Caribe como el Instituto de Medicina Regenerativa de Barbados, algo que fue desvelado por una investigaci¨®n de la BBC, lo que desemboc¨® en el cierre de esa cl¨ªnica. El diario Los Angeles Times public¨® en 2005 un reportaje de investigaci¨®n de un hombre llamado Tom Hill que sufr¨ªa de esclerosis lateral amiotr¨®fica y que recurri¨® a una de estas empresas, Biomark International, para recibir un tratamiento de c¨¦lulas fetales, atra¨ªdo por la propaganda de la empresa. Hill acudi¨® a Toronto en julio de 2003 para recibir una inyecci¨®n de 1,5 millones de c¨¦lulas, por las que envi¨® previamente una transferencia de 10.000 d¨®lares a un banco de Atlanta, esperando mejor¨ªas en unas ocho semanas. Muri¨® ocho meses despu¨¦s. La Agencia Federal de Alimentaci¨®n y F¨¢rmacos (FDA o Federal Drug Administration) intervino las cuentas bancarias de Biomark y la cerr¨®. M¨¢s de 220 pacientes hab¨ªan recibido inyecciones. "No dispongo de estad¨ªsticas, pero muchos de los sitios web de estas cl¨ªnicas ahora aseguran que han tratado a varios centenares de pacientes al a?o, y en el caso de una web china, a varios miles", indica Sipp. En su opini¨®n, no resulta exagerado afirmar que cada a?o miles de pacientes se someten a estas terapias.
La venta de falsas promesas cient¨ªficas ensombrece un campo de investigaci¨®n cuya potencialidad m¨¦dica es innegable. "Cuando piensas en las enfermedades por las que gente mayor enferma y muere, como las del coraz¨®n, las dolencias neurodegenerativas y varios tipos de c¨¢ncer, se trata de enfermedades en las que las c¨¦lulas se est¨¢n deteriorando", ha indicado Jonathan Slack, director del Instituto de C¨¦lulas Madre de la Universidad de Minnesota, a la web de la Asociaci¨®n Americana para el Avance de la Ciencia (AAAC). "En el caso del c¨¢ncer, se trata de una destrucci¨®n mec¨¢nica de los tejidos por los tumores. As¨ª que, te¨®ricamente, podr¨ªas curarlas si retiras las c¨¦lulas da?adas y las reemplazas por las sanas".
Es un largo camino que debe recorrer a¨²n la ciencia m¨¦dica. Dos acontecimientos recientes van a revitalizarlo. El presidente de EE UU, Barack Obama, firm¨® a principios de marzo una orden ejecutiva por la que levantaba las restricciones que pesaban sobre la investigaci¨®n de c¨¦lulas embrionarias humanas con fondos federales en EE UU. Y la FDA aprobaba a finales de enero el primer ensayo cl¨ªnico con c¨¦lulas embrionarias humanas mediante su inyecci¨®n en la espina dorsal de diez personas con lesiones medulares no m¨¢s antiguas de dos semanas. La empresa que lleva el tratamiento, Geron, hab¨ªa solicitado permiso a la FDA un a?o antes, pero le fue denegado por informaci¨®n insuficiente, a pesar de los miles de folios remitidos -cerca de 21.000-, las decenas de millones de d¨®lares invertidos y los ensayos cl¨ªnicos en los que ratas paralizadas volv¨ªan malamente a andar. Los vientos pol¨ªticos en la primera superpotencia cient¨ªfica son favorables. "La prohibici¨®n ha sido levantada, pero no habr¨¢ fondos federales hasta que los institutos nacionales de la salud desarrollen asesoramiento ¨¦tico para la investigaci¨®n", indica por correo electr¨®nico a El Pa¨ªs Semanal Mark Frankel, director del programa Scientific Freedom, Responsability & Law Program (Programa de Ley, Responsabilidad y Libertad Cient¨ªfica) de la AAAC. "En general, el p¨²blico americano apoya la iniciativa de Obama".
A pesar de ello, los cient¨ªficos contienen ahora el aliento por si algo sale mal con este primer ensayo cl¨ªnico en los lesionados medulares: c¨¦lulas fuera de control, tumores indeseados? "Ser¨ªa un desastre, una pesadilla, si nos encontramos con problemas as¨ª en este primer ensayo", ha declarado el doctor John A. Kessler, director del Centro de C¨¦lulas Madre de la Universidad Northwestern, a The New York Times.
Las precauciones no son pocas. "Este ensayo empezar¨¢ a finales de a?o, y en su primera fase se determinar¨¢ la seguridad", indica Martin Pera. Nadie cree seriamente que los pacientes paralizados salten de sus sillas de ruedas tras el tratamiento. Aunque, por si acaso, los m¨¢s optimistas esperan con el rabillo del ojo algunas mejor¨ªas; las c¨¦lulas inyectadas son las precursoras de los oligodendrocitos, que act¨²an como c¨¦lulas de apoyo a las neuronas y que fabrican la mielina, una sustancia aislante que recubre las fibras nerviosas, esencial para que la se?al se transmita de una neurona a otra. En los enfermos medulares, las se?ales se han interrumpido. Una ganancia leve en la movilidad, ayudada por la rehabilitaci¨®n, ser¨ªa un ¨¦xito. Si los datos ayudan, la compa?¨ªa pedir¨¢ la aprobaci¨®n para extender el ensayo a m¨¢s enfermos con lesiones m¨¢s severas y dosis m¨¢s altas.
Quiz¨¢ no ocurra nada. ?Estar¨ªamos frente a un fracaso? S¨ª y no. "Las c¨¦lulas embrionarias humanas fueron identificadas hace unos diez a?os, y ahora se acaba de aprobar el primer ensayo cl¨ªnico", nos matiza James M. Wells, director del departamento de c¨¦lulas pluripotentes de la Fundaci¨®n para Investigaci¨®n del Hospital para Ni?os de Cincinnati (EE UU) y uno de los m¨¢s reputados investigadores en este campo. "Todav¨ªa no se ha determinado su seguridad en los humanos. Se han empleado de forma segura en animales usados como modelos de enfermedades, mientras que otros estudios han mostrado la formaci¨®n de tumores benignos llamados teratomas". Martin Pera admite: "Hay preocupaciones sobre la seguridad de los productos derivados de las c¨¦lulas madre. Pero hay varias estrategias ya disponibles para prevenir la formaci¨®n de tumores".
En otras palabras, es a¨²n muy pronto. La b¨²squeda de la c¨¦lula perfecta, aquella capaz de transformarse en m¨²sculo, nervio, hueso, piel o en una f¨¢brica de insulina, el Santo Grial de la Biolog¨ªa, termin¨® a finales del siglo pasado, cuando dos investigadores estadounidenses, John Gearhart y James Thompson, aislaron respectivamente c¨¦lulas madre del tejido reproductivo de fetos humanos y aquellas procedentes de los propios embriones. Pero es una historia de apenas diez a?os. El fin del principio.
Hay un segundo ensayo cl¨ªnico que espera tambi¨¦n autorizaci¨®n, esta vez en el Reino Unido, para tratar una enfermedad del ojo llamada degeneraci¨®n de la m¨¢cula, una dolencia que desemboca en la p¨¦rdida de visi¨®n en la parte central de la retina. Investigadores brit¨¢nicos esperan conseguir la aprobaci¨®n de su Gobierno para ensayar entre 2010 y 2011 en enfermos un tratamiento a base de c¨¦lulas del epitelio de la retina derivadas de c¨¦lulas embrionarias.
Tambi¨¦n hay cierta confusi¨®n que conviene aclarar. Las c¨¦lulas embrionarias exhiben la plasticidad necesaria para convertirse en cualquier tipo de tejido, requisito indispensable para que el embri¨®n pueda crecer y desarrollarse. En contraposici¨®n, las c¨¦lulas madre adultas, presentes, aunque en n¨²mero escaso, en muchos tejidos humanos, s¨®lo se especializan en formar el tejido al que pertenecen. El rechazo inmunol¨®gico ocurre si se trasplantan c¨¦lulas madre adultas de un individuo a otro, y eso no excluye a las embrionarias o las que deriven de ellas. Es uno de los grandes escollos. Sin embargo, las c¨¦lulas adultas s¨ª curan. Actualmente se usan contra ciertos tipos de leucemia -trasplantes de m¨¦dula ¨®sea o inyecciones de c¨¦lulas hematopoy¨¦ticas para reponer la sangre- y algunos tipos de anemias y des¨®rdenes del sistema inmunol¨®gico. El pasado marzo, m¨¦dicos espa?oles en el hospital Virgen del Roc¨ªo de Sevilla anunciaron el ¨¦xito de un tratamiento llevado a cabo en Andr¨¦s, un ni?o de siete a?os que sufr¨ªa una forma de anemia cong¨¦nita. El muchacho recibi¨® un trasplante de c¨¦lulas madre adultas del cord¨®n umbilical de su hermano -el cual hab¨ªa nacido libre de la enfermedad gracias a un diagn¨®stico gen¨¦tico previo- y vio restablecidos sus niveles de hemoglobina.
Pero el ¨¦xito de estas terapias hay que enmarcarlo en el tiempo desde que se produjo el hallazgo, recuerda James Wells. "Las c¨¦lulas madre adultas de la sangre fueron identificadas hace 60 a?os, y es en las dos ¨²ltimas d¨¦cadas cuando los investigadores han averiguado la forma de usarlas para el tratamiento de las enfermedades de la sangre". ?Podemos esperar un milagro parecido con las c¨¦lulas embrionarias? En su opini¨®n, hay una lista corta de enfermedades que son candidatas a someterse a terapias con este tipo de c¨¦lulas en el futuro, pero la espera puede ser larga: el p¨¢rkinson, la diabetes, las dolencias cardiovasculares y la enfermedad cr¨®nica del h¨ªgado. "Para la mayor¨ªa de las enfermedades, las terapias basadas en c¨¦lulas embrionarias humanas est¨¢n a¨²n en desarrollo anterior a la fase cl¨ªnica, en la fase de laboratorio", afirma Martin Pera.
Por otra parte, la orden ejecutiva de Obama levanta las restricciones del uso de fondos federales impuesta por el anterior presidente, George W. Bush, para la investigaci¨®n de c¨¦lulas madre embrionarias. En realidad, el asunto es un poco m¨¢s complejo. En 2001, Bush s¨ª permiti¨® fondos limitados para investigar algunas l¨ªneas celulares que hab¨ªan sido derivadas de embriones humanos, algo que fue prohibido por una ley de 1996, llamada Dickey-Wicker, que imped¨ªa usar los impuestos de los estadounidenses para crear y destruir embriones en busca de sus c¨¦lulas madre. Sin embargo, la experimentaci¨®n con embriones es legal en EE?UU siempre que se haga con fondos privados (en Espa?a, la creaci¨®n de embriones humanos exclusivamente con fines de investigaci¨®n est¨¢ prohibida por la ley de investigaci¨®n biom¨¦dica de 2007, pero se permite la obtenci¨®n de sus c¨¦lulas para investigaci¨®n siempre que los embriones no se hayan creado para este fin). Obama ha levantado el pie del freno, aunque el poder para anular la ley Dickey-Wicker no depende de ¨¦l, sino del Congreso.
Hasta que eso no ocurra, si es que sucede, los investigadores no podr¨¢n crear sus propias l¨ªneas celulares embrionarias, aunque s¨ª podr¨¢n acceder a centenares de estirpes celulares embrionarias que ya existen. Habr¨¢ m¨¢s fondos p¨²blicos disponibles, en cualquier caso. "Creo que acelerar¨¢ algunos proyectos y quitar¨¢ un mont¨®n de burocracia para otros", opina Jonathan Slack por correo electr¨®nico. "Y va a mejorar la imagen internacional de la ciencia norteamericana m¨¢s all¨¢ de sus fronteras".
Durante este a?o, es probable que la controversia pol¨ªtica acerca de los propios embriones y la posibilidad de ser usados como fuentes de c¨¦lulas -previo consentimiento de los donantes- se acent¨²e por la iniciativa de Obama. Pero los ¨²ltimos avances en ingenier¨ªa celular est¨¢n dejando perplejos incluso a los m¨¢s esc¨¦pticos. Los investigadores han dado con un arma formidable, las llamadas c¨¦lulas pluripotentes inducidas (en ingl¨¦s, pluripotent stem cells o iPS): la t¨¦cnica consiste en tomar c¨¦lulas diferenciadas de una persona (la piel, por ejemplo) para reprogramarlas, mediante virus y otros procedimientos, y convertirlas en c¨¦lulas con caracter¨ªsticas de embrionarias. Ambas estirpes celulares "son id¨¦nticas en sus propiedades", asegura Jonathan Slack. En lo que llevamos de 2009, los investigadores han logrado cultivar estirpes celulares embrionarias a partir de enfermos, y, en su opini¨®n, este tipo de c¨¦lulas constituyen el candidato ideal para estudiar las enfermedades y llevar a cabo las futuras terapias celulares. La t¨¦cnica se est¨¢ refinando hasta el punto de fabricar c¨¦lulas embrionarias libres de los virus introducidos en ellas para reprogramarlas. Las c¨¦lulas iPS ofrecen " una t¨¦cnica muy prometedora, ya que puede usarse para generar c¨¦lulas madre espec¨ªficas e id¨¦nticas del propio enfermo para una terapia", asegura James Wells. "En el futuro, un paciente que padece la enfermedad de Parkinson acudir¨¢ a la cl¨ªnica y se le practicar¨¢ una biopsia de la piel. La cl¨ªnica crear¨¢ entonces c¨¦lulas madre para transformarlas en nuevas neuronas para el enfermo". En teor¨ªa.
Las c¨¦lulas inducidas o iPS, al fabricarse del propio individuo, podr¨ªan salvar posturas irreconciliables, la de los partidarios y la de los detractores que niegan toda experimentaci¨®n con c¨¦lulas embrionarias humanas. Si el progreso no se detiene, es muy posible que estas c¨¦lulas acaben con las trifulcas pol¨ªticas entre grupos religiosos y conservadores y la izquierda. En el mejor de los casos, podr¨ªan convertirse en la fuente inagotable de c¨¦lulas flexibles y maleables con la que sue?a la medicina regenerativa, desplazando a las c¨¦lulas genuinas procedentes de los embriones. "No est¨¢ a¨²n claro si estas c¨¦lulas inducidas son equivalentes a las embrionarias a la hora de generar cualquier tipo de tejido o si pueden permanecer estables durante el cultivo in vitro", indica Pera, "pero son una gran promesa, quiz¨¢ la mejor manera de generar grandes bancos de c¨¦lulas madre para minimizar el problema del rechazo despu¨¦s del trasplante".
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