Xenofobia tras un modelo fracasado
La alarma social suscitada en Guip¨²zcoa estigmatiza a los menores inmigrantes
Las cosas no van bien. La respuesta de la Diputaci¨®n de Guip¨²zcoa al conflicto de los menores extranjeros no acompa?ados no satisface ni a vecinos ni a ayuntamientos ni a las asociaciones que trabajan con este colectivo, probablemente uno de los m¨¢s fr¨¢giles y m¨¢s propensos a caer en la marginalidad y en la delincuencia por su carencia de redes sociales que les sustenten. Fuentes municipales reconocen que "esperan poco" de la reuni¨®n interinstitucional del pr¨®ximo mi¨¦rcoles con el ente foral, que se ve desbordado por un problema al que ninguna instituci¨®n en Espa?a ha encontrado soluciones, si se tiene en cuenta la trayectoria hasta ahora. En paralelo, el estigma de la xenofobia, propiciada por la sucesi¨®n de titulares que asocian a estos j¨®venes con la delincuencia, ha destrozado meses, a?os incluso, de trabajo para reducir la brecha entre estos j¨®venes y la sociedad de acogida. Todo esto, a pesar de que el grado de delitos cometidos por algunos de ellos, al menos en San Sebasti¨¢n, no ha aumentado de forma significativa, seg¨²n fuentes judiciales.
"Tratarles bien no da votos. A nosotros nos piden mano dura con ellos"
Los delitos no han aumentado de forma signiticativa en San Sebasti¨¢n
Una sospecha permanente parece haberse instalado sobre el comportamiento de los menores extranjeros no acompa?ados en Guip¨²zcoa. Lo que relatan tanto los tutelados como los que viven en la calle desde que cumplieron la mayor¨ªa de edad desconcierta por su dureza. La Ertzaintza, por ejemplo, no dud¨® en acabar por la fuerza con uno de los refugios, con colchones y mantas, que ten¨ªan estos chavales debajo de un puente, seg¨²n relatan varios de ellos de forma independiente. Si no tienen billete, algo que los vigilantes de seguridad se encargan sistem¨¢ticamente de pedirles, no tienen derecho a estar en cualquier estaci¨®n de tren. Si llevan un m¨®vil encima demasiado bonito, es probable que les insten a presentar la factura, porque algunos agentes dan por sentado que lo han robado. Basta con echar un vistazo a los comentarios an¨®nimos dejados bajo las noticias de los medios digitales sobre los menores que se fugaron del centro de Deba despu¨¦s de denunciar malos tratos ante la justicia para ver que la soluci¨®n evocada suele estar m¨¢s cerca del "que se vayan a su pa¨ªs", que de cuestionar la eficacia del proyecto de acogida para los casos m¨¢s complejos.
"Tratarles bien no da votos, pero s¨ª puede quit¨¢rtelos cuando empiezan a molestar y los vecinos no ven que act¨²as en consecuencia. A nosotros nos piden mano dura con ellos ?qu¨¦ vamos a hacer?", reconoce el concejal de un ayuntamiento guipuzcoano. Los principales cauces por los que los municipios recaban informaci¨®n sobre el comportamiento de estos menores suelen ser la Polic¨ªa y los vecinos -en Igeldo, el pasado a?o, varios indicios apuntaron a que algunos vecinos prendieron fuego a un futuro centro de acogida para impedir que los menores fuesen trasladados all¨ª-.
"El polic¨ªa suele estar en contacto con las situaciones m¨¢s conflictivas, con la anormalidad. Y los vecinos suelen tener sus angustias, a veces justificadas, pero no convirtamos lo anormal en la norma", reclama Gorka Moreno, investigador del Observatorio Vasco de la Inmigraci¨®n y profesor de Trabajo Social en la UPV. "Los datos afirman que la abrumadora mayor¨ªa de estos j¨®venes no dan problemas", a?ade."Cuando empec¨¦ a leer del tema de los delitos cometidos por los menores fugados del centro de Deba me puse a preguntar. Y resulta que no, que est¨¢ pasando lo mismo que antes, s¨®lo que ahora sale en los peri¨®dicos", se?ala una abogada que suele defender a estos chavales. Fuentes judiciales lo confirman: "Una cosa son los menores que Diputaci¨®n considera que son conflictivos y otra los que comenten delitos. La alarma no est¨¢ justificada judicialmente hablando. No ha habido en San Sebasti¨¢n un aumento significativo, adem¨¢s del habitual por el aumento de la poblaci¨®n. La alarma se ha generado porque se ha querido, a ra¨ªz de la creaci¨®n de centros como el de Deba".
Es probable, destaca Moreno, que a medida que aumente la proporci¨®n de poblaci¨®n inmigrante en Euskadi tambi¨¦n aumenten los roces y una percepci¨®n menos favorable hacia ellos. "La valoraci¨®n de responsabilidad moral que se tiene con respecto a un colectivo es la que marca el concepto de ciudadan¨ªa estipulado en las leyes, que diferencian entre quienes tienen derecho a votar y quienes no. Es la legislaci¨®n de extranjer¨ªa la que marca qui¨¦n se termina considerando nuestro", explica. Moreno tambi¨¦n hace una reflexi¨®n sobre el papel de los medios de comunicaci¨®n, recordando que, al trasladar a la opini¨®n p¨²blica s¨®lo las situaciones negativas, se termina reforzando el estigma con el que estos chavales tienen que vivir.
"Cuando leo las noticias estas sobre menores que abren coches, me r¨ªo. Me r¨ªo porque yo hacia lo mismo cuando estaba en un piso tutelado. Todas las cosas que hac¨ªan estos ya las hac¨ªamos nosotros. Bueno, yo no llegu¨¦ a tener que robar para comer. Si Diputaci¨®n me hubiese dejado en la calle, har¨ªa probablemente lo mismo que ellos", explica Leire, que vivi¨® durante muchos a?os en un centro de menores tutelada por la Diputaci¨®n y se siente reflejada en la rabia que destilan varios de los j¨®venes extranjeros. "?Que en los centros hay varios chavales que son unos hijos de puta? Seguro. Pero a muchos los convierten en hijos de puta", concluye.
La sensaci¨®n de abandono que acompa?a a algunos de los casos considerados irrecuperables por la Diputaci¨®n hace mella. Los que terminan en la calle, bien porque son trasladados a Deba y terminan fug¨¢ndose, o porque cumplen los 18 a?os y terminan en la calle, sienten que no le deben nada a nadie.
"?T¨² sabes lo duro que es verlos en la calle? Ser¨¢n unos cabrones, pero en el fondo les admiro, por c¨®mo aguantan. Cuando llega el momento de despedirse, sabes que t¨² te vas a dormir calentito a tu cama y que ellos se van a quedar all¨ª... Hasta quita el sue?o a veces", explica un educador marroqu¨ª que ha sabido ganarse su confianza. La Diputaci¨®n asegura que dos tercios de los chavales terminan siendo acompa?ados hacia la mayor¨ªa de edad con recursos de emancipaci¨®n. Varios educadores cuestionan esta cifra: "Es mentira: tendr¨¢n poco m¨¢s de 40 plazas. Las guardan s¨®lo para los que mejor se portan; los dem¨¢s tienen que buscarse la vida cuando cumplen 18".
No todo el mundo ha tirado la toalla con los que est¨¢n en la calle. Un grupo de voluntarios de SOS Racismo realiza regularmente actividades con estos j¨®venes magreb¨ªes, para escuchar sus angustias, compartir un t¨¦ y para dejarles claro que hay gente a quienes les importa su situaci¨®n. Para muchos es el ¨²nico v¨ªnculo que les sigue uniendo a esta sociedad. Un poco de t¨¦ caliente, unas galletas, una baraja espa?ola y mucho tabaco son el pretexto utilizado para hacerles olvidar sus demonios. Gran parte de los voluntarios tienen alguna vinculaci¨®n con el mundo del trabajo social.
"?Sabes lo importante que es para nosotros que alguien nos escuche? Los problemas nos desbordan, no s¨¦ ni donde empezar. Vine a ver si pod¨ªa ahorrar para hacerme una casita en Marruecos, conocer a una novia... y aqu¨ª estoy", resume Jaouad, que vive en la calle, indocumentado y sin vislumbrar una salida a su situaci¨®n. A pesar de todo ello, volver a Marruecos no es una posibilidad contemplable para ¨¦l. Para todos, evocar el retorno es ponerle nombre al fracaso. All¨ª ha calado la imagen de que triunfar en Europa es f¨¢cil, que lo dif¨ªcil es cruzar la frontera. "Y los que vuelven de vacaciones nunca dicen la verdad. Algunos estamos aqu¨ª viviendo como perros, pero despu¨¦s no nos atrevemos a decirle la verdad a la familia. Si la gente supiera lo duro que es esto, no vendr¨ªa".
Algunos llevan m¨¢s de un a?o viviendo en la calle. Uno de los que le acompa?a explica que lleva en Europa desde los nueve a?os: "Estuve tutelado por la Diputaci¨®n, cumpl¨ª los 18 a?os, ten¨ªa el permiso en regla y todo, pero no encontr¨¦ trabajo y me caduc¨®".
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