P¨¢nico a las multas
La crisis econ¨®mica ha golpeado de manera brutal a la industria del autom¨®vil. Lo que se sab¨ªa menos es que tambi¨¦n ha afectado a los conductores, que est¨¢n cambiando r¨¢pidamente de h¨¢bitos. Una encuesta, que se dio a conocer ayer, muestra que la mitad de los conductores consultados tiene m¨¢s miedo a ser sancionado. Si de este temor a las multas se derivara un mayor cuidado a la hora de coger el volante y una inclinaci¨®n m¨¢s escrupulosa a cumplir las recomendaciones de tr¨¢fico, el dato ser¨ªa positivo. Uno de los pocos del estudio.
Porque hay muchos de ellos que apuntan tendencias poco elogiables. El 21% de los encuestados reconoce haber reducido gastos en mantenimiento (menos cambios de neum¨¢ticos o de frenos: m¨¢s posibilidad de fallos mec¨¢nicos); el 24% echa menos combustible (m¨¢s posibilidades de quedarse tirado en circunstancias poco propicias); el 17,2% ha cambiado el seguro de su coche (compa?¨ªas m¨¢s baratas, y cambio de modalidades -p¨®liza a terceros frente a todo riesgo- o rebaja de coberturas: mayor indefensi¨®n si ocurre algo). Otros datos se refieren a la reducci¨®n de expectativas de comprarse un veh¨ªculo (el 30% va a esperar) y a la notable ca¨ªda de las matriculaciones en las autoescuelas (un 56%, con un 39% que reconocen abandonar en el camino).
El autom¨®vil ha sido el gran icono del capitalismo boyante, y referente indiscutible de estatus social y econ¨®mico. La crisis est¨¢ empezando, sin embargo, a cambiar lentamente los valores de la gente. Los modelos peque?os, ecol¨®gicos y asequibles se est¨¢n convirtiendo en el principal objeto de deseo de los consumidores, y son los ¨²nicos que aguantan el chaparr¨®n, cuando no lo superan con garbo (las matriculaciones en el segmento m¨¢s bajo crecieron, en relaci¨®n a 2008, un 30% en el Pa¨ªs Vasco en marzo).
A esa llamativa transformaci¨®n de gustos habr¨¢ que sumarle el desconocido p¨¢nico a las multas. Pero no conviene enga?arse. No es que la gente est¨¦ tomando conciencia de la necesidad de ser m¨¢s prudente al volante. Es que, para llenar las arcas p¨²blicas que la crisis vac¨ªa, las autoridades han salido de caza. Y los radares disparan con m¨¢s punter¨ªa ante las m¨¢s m¨ªnimas infracciones.
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