El capit¨¢n imponente
Admirado por sus compa?eros y tachado de arrogante por los rivales, Cesc lidera hoy al Arsenal en Old Trafford
A punto de cumplir 22 a?os, Cesc F¨¤bregas parece que lleve un siglo como capit¨¢n del Arsenal a pesar de que s¨®lo conquist¨® el brazalete en octubre, en sustituci¨®n del veterano Gallas. Desde entonces, y aun estando tres meses lesionado en una rodilla, ha sido un hurac¨¢n en los gunners en contraste con la timidez con la que se desenvolvi¨® en la Eurocopa, en la que fue campe¨®n con Espa?a.
Al estilo de los capitanes cl¨¢sicos, que nunca dejaron indiferente a nadie, Cesc imparte ¨®rdenes a sus compa?eros con tanta autoridad como aversi¨®n despierta en algunos de los rivales, que le tachan de arrogante. Fue el caso de los jugadores del Villarreal, que cayeron en los cuartos de final de la Champions despu¨¦s de sufrir la expulsi¨®n de Eguren, a quien Cesc acus¨® de molerle a patadas. Por su parte, el medio uruguayo se hab¨ªa sentido menospreciado. Arrogante o imponente, Cesc dirige hoy (20.45, Canal +) al Arsenal frente al Manchester United, un duelo in¨¦dito en Europa entre dos adversarios ancestrales.
Ferguson y Wenger se odian amistosamente. Ninguno olvida lo que sucedi¨® en 2004
En realidad, se trata de un ganador obsesivo. A los nueve a?os, cuando perd¨ªa alg¨²n partido con los infantiles del Bar?a, resultaba inaguantable para sus padres. A los 16 fich¨® por el Arsenal y pronto se cans¨® de que dijeran de su nuevo club que estaba a punto de ser un gran equipo. Quer¨ªa que lo fuese ya. De ah¨ª que, en el verano pasado, se planteara abandonar el Arsenal despu¨¦s de que se deshiciera de dos de sus mejores amigos, Hleb y Flamini. Ahora ya no piensa lo mismo, puesto que es muy consciente de lo mucho que el Arsenal depende del bombeo de su coraz¨®n.
El entrenador del Manchester, Alex Ferguson, viaj¨® 300 kil¨®metros el domingo para confimar lo que ya sab¨ªa. Estuvo en el estadio Emirates, en Londres, y se llev¨® malas noticias: Cesc ha vuelto a su mejor versi¨®n. Con una sinfon¨ªa de pases, el Arsenal, que suma 20 partidos invicto en la Premier League, barri¨® al Middlesbrough mientras su capit¨¢n expresaba todo lo que admira un buen aficionado ingl¨¦s: pases, tacklings (entradas a ras de suelo) y goles (dos).
"A cada partido que pasa est¨¢ m¨¢s afilado", dijo el t¨¦cnico de los gunners, Ars¨¨ne Wenger. Era el cuarto encuentro de Cesc despu¨¦s de superar la lesi¨®n. "Todos los jugadores creativos como ¨¦l necesitan marcar goles", a?adi¨® Wenger. Al ser sustituido en el minuto 68, Cesc recibi¨® una ovaci¨®n impresionante.
Con actuaciones tan convincentes, Cesc presenta alegaciones a su favor respecto al proceso que encarar¨¢ al final de la temporada ante el comit¨¦ disciplinario de la federaci¨®n inglesa. ?sta le acusa de "conducta impropia" por haber escupido al segundo entrenador del Hull, Brian Horton, y por haber invadido el terreno de juego sin estar convocado, en un partido de la Copa disputado el 17 de marzo, cuando estaba lesionado.
Ferguson y Wenger se odian amistosamente. Firmaron una tregua en la que encontraron un tema de inter¨¦s com¨²n: los vinos franceses. Pero ninguno de los dos olvida lo que sucedi¨® en octubre de 2004. El Arsenal llegaba a Old Trafford sinti¨¦ndose invencible tras 49 partidos sin perder. Los hermanos Neville, Gary y Phil, defensas del Manchester, cosieron a golpes a Reyes, que ya no volver¨ªa a ser el mismo en la Premier, y el United gan¨® por 2-0 en medio de lo que se supuso una batalla campal en el t¨²nel de vestuarios. Ferguson recibi¨® el impacto de un pedazo de pizza en la cara y algunos periodistas, que bautizaron el caso como pizzagate, se?alaron a Cesc como el atinado lanzador del trozo de pasta, lo que aument¨® su popularidad entre la hinchada gunner.
"S¨®lo los ¨¢rbitros pueden hacer respetar las reglas", sentenci¨® un indignado Wenger. Y s¨®lo alguien como Cesc puede hacer claudicar al Manchester, l¨ªder de la Premier y doble campe¨®n de Europa, equipo competitivo por naturaleza que, al estilo del Madrid, tiende a la ¨¦pica y la remontada. Sobre todo, desde que, en 1999, volteara en Barcelona una final de la Copa de Europa que el Bayern cre¨ªa cerrada. Un esp¨ªritu tan competitivo como el de Cesc.
![Cesc, en primer plano, durante el entrenamiento de ayer del Arsenal.](https://imagenes.elpais.com/resizer/v2/CLC25SC7NEUC4XMN3MCYMMWOSU.jpg?auth=24908ddf59fac1b8eb3aec1537df0f4d2676cfaefaf13f27acce75df2cd88676&width=414)
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