"Mi padre tuvo que cumplir 70 para decir te quiero"

La elecci¨®n del restaurante le ha valido a Mario S¨¢bato para tomarse una peque?a revancha: comer boquerones al lim¨®n. Dos d¨ªas antes intent¨® probarlos y no pudo. Hoy s¨ª tienen. "?Y qu¨¦ m¨¢s quiere?", pregunta el camarero. Despu¨¦s de varias propuestas, acepta la sugerencia de compartir una porra antequerana, una variante de salmorejo, no sin antes preguntar: "?Es esa cosa naranja?".

Periodista, cineasta, profesor, diplom¨¢tico, pol¨ªtico -"Le ruego que me crea", suplica casi al contar sus peripecias profesionales-. Mario S¨¢bato, de 63 a?os, present¨® la semana pasada en M¨¢laga su ¨²ltimo y m¨¢s ¨ªntimo trabajo. Con material f¨ªlmico in¨¦dito y deliciosos fragmentos de pel¨ªculas familiares, el documental Ernesto S¨¢bato, mi padre, el hijo del escritor intenta descubrir "qu¨¦ pasaba detr¨¢s de esos anteojos negros, qu¨¦ persona hab¨ªa detr¨¢s de ese personaje, de esa estatua". Lo empez¨® como hijo y lo ha terminado como cineasta. "Desde el a?o 1962 he venido grabando y rodando a mi padre, ten¨ªa mucho material y pens¨¦ en hacer el documental como una especie de legado para mis nietos y biznietos, un legado sobre la persona y no sobre la celebridad". Fueron unos amigos productores quienes le animaron a hacer p¨²blicas estas im¨¢genes y confesiones sobrecogedoras sobre el autor de El t¨²nel y Sobre h¨¦roes y tumbas. "Mi padre jam¨¢s se hubiera desnudado de esa manera ante nadie que no fuera su hijo", reconoce Mario S¨¢bato, quien estrenar¨¢ el filme en Argentina antes del verano.

El hijo de Ernesto S¨¢bato descubre al escritor m¨¢s ¨ªntimo en un documental

Dice de su padre que ha sido poco hablador, tremendamente pudoroso -"Tuvo que cumplir 70 a?os para decir 'te quiero"-, "maravillosamente mujeriego". Un hombre que se ha escondido de la gente por temor a descubrir sus debilidades y, sobre todo, que ha tenido miedo a las cr¨ªticas. Un hombre exigente pero sin palabras. "Sus exigencias nunca eran expl¨ªcitas, jam¨¢s relacionadas con los estudios, esas pavadas que preocupan a muchos padres. Eran morales. Cuando con 15 a?os decid¨ª dejar el colegio para empezar a hacer cine, lo ¨²nico que me dijo fue que hiciera lo que yo quisiese, pero que hiciera algo".

Ernesto S¨¢bato, mi padre es un viaje al interior de un hombre y su familia. A esa casona de Santos Lugares, el pueblo en el que vive desde 1968, a esas celebraciones divertidas y numerosas. A sus propios recuerdos -"Yo ten¨ªa miedo de mi padre, ten¨ªa pesadillas con ¨¦l"-; a las confesiones de sus nietos -"No aguanta las bromas", dice Isabel-. El documental descubre tambi¨¦n su adoraci¨®n por su mujer Matilde, con la que se cas¨® por la Iglesia en 1990 despu¨¦s de a?os de convivencia y la tragedia de la muerte en accidente de su otro hijo Jos¨¦ Francisco. Tambi¨¦n "ese descenso al infierno" para denunciar y llevar ante la justicia a los responsables de m¨¢s de 30.000 desaparecidos durante la dictadura militar, con el Informe S¨¢bato.

No ha hecho fantas¨ªas el realizador. Tampoco el hijo. "S¨®lo he echado una mirada piadosa sobre los defectos y las virtudes. No he juzgado ni remotamente", asegura S¨¢bato, que no se ha atrevido a ense?ar el documental a su padre, de 97 a?os. "Mi padre vive en una situaci¨®n muy melanc¨®lica".

De la cosa naranja que ha aceptado compartir ha probado un par de cucharadas y ha dejado boquerones en el plato. Susurra que ha desayunado tarde y bien.