Reino Unido arr¨ªa bandera en Irak
El Ej¨¦rcito brit¨¢nico se retira del pa¨ªs ¨¢rabe tras seis a?os y con 179 bajas - La guerra acab¨® con la carrera de Blair y ha dejado malherido el laborismo
El Ej¨¦rcito brit¨¢nico traspas¨® ayer a tropas de Estados Unidos la ¨²ltima base bajo mando de Reino Unido en Basora, al sur de Irak. Londres dio as¨ª por concluida oficialmente la misi¨®n militar que comenz¨® con la invasi¨®n liderada por Washington en marzo de 2003. A lo largo de los pr¨®ximos d¨ªas y semanas volver¨¢n a casa las tropas brit¨¢nicas, que s¨®lo mantendr¨¢n estacionados en Irak un total de 400 soldados. Termina as¨ª una de las intervenciones militares m¨¢s pol¨¦micas de la historia de Gran Breta?a, una guerra que acab¨® con el carisma y en ¨²ltima instancia la carrera pol¨ªtica de Tony Blair y que puso la semilla para la probable derrota del laborismo en las pr¨®ximas elecciones.
La retirada se ha adelantado bastantes semanas sobre la fecha prevista, el 31 de julio. El primer ministro, Gordon Brown, ofreci¨® en Londres una rueda de prensa con su hom¨®logo iraqu¨ª, Nuri al Maliki, para fomentar la captaci¨®n de inversiones en el pa¨ªs y celebrar "una asociaci¨®n entre iguales a largo plazo".
Londres abrir¨¢ una investigaci¨®n sobre los motivos para entrar en el conflicto
Como no pod¨ªa ser de otra manera, rindi¨® homenaje a las tropas brit¨¢nicas y en especial a los 179 militares que han dejado la vida en Irak. Dos de cada tres han muerto en enfrentamientos con el enemigo. El resto, en accidentes o v¨ªctimas de fuego amigo. Apenas se habl¨® ayer de los miles, cientos de miles quiz¨¢s, de iraqu¨ªes que tambi¨¦n han perdido la vida. Algunos, como Abu Musa, murieron v¨ªctimas de los abusos de soldados brit¨¢nicos. La suya fue una entre las muchas historias que hicieron imposible que la guerra de Irak se ganara el apoyo de la opini¨®n p¨²blica brit¨¢nica.
Cuando las tropas de Reino Unido hayan completado la retirada se abrir¨¢ la ¨²ltima batalla pol¨ªtica: Brown no tendr¨¢ m¨¢s remedio que dar paso a la prometida investigaci¨®n sobre los motivos de la guerra. El primer ministro har¨¢ todo lo posible para que las conclusiones de esa investigaci¨®n no se hagan p¨²blicas hasta pasadas las elecciones que se esperan para mayo de 2010.
Irak ha marcado la pol¨ªtica brit¨¢nica contempor¨¢nea. El apoyo de Tony Blair a la invasi¨®n marc¨® el comienzo del fin de su reinado pol¨ªtico. Blair se ali¨® con George W. Bush en contra de lo que quer¨ªa la opini¨®n p¨²blica brit¨¢nica. Desoy¨® a los cientos de miles de manifestantes que desfilaron por Londres para intentar evitar la guerra. Provoc¨® la divisi¨®n de la Uni¨®n Europea. Apoy¨® la invasi¨®n con el argumento de que Sadam Husein era una amenaza para el planeta y, al no encontrar armas de destrucci¨®n masiva, justific¨® la guerra porque era la forma de llevar la democracia a Irak.
Los brit¨¢nicos han debatido hasta la saciedad todos esos argumentos. Muy pocos han cambiado de opini¨®n sobre la legitimidad de la guerra o su utilidad, estuvieran en el bando que estuvieran. Entre otras cosas porque nunca se sabr¨¢ si Sadam podr¨ªa haber sido derrocado sin necesidad de una invasi¨®n.
Lo que s¨ª cambiaron los brit¨¢nicos es la visi¨®n que ten¨ªan de Tony Blair y del Nuevo Laborismo. Blair no cay¨® s¨®lo por Irak pero, desde la invasi¨®n, los votantes empezaron a verle todos los defectos. La izquierda acab¨® de desencantarse. El centro, a darse cuenta de que, a pesar de lo que entonces se consideraba un milagro econ¨®mico, los impuestos sub¨ªan y los servicios p¨²blicos no mejoraban. Y, la derecha, a recuperar la moral de combate.
Blair empez¨® a vivir un calvario pol¨ªtico marcado por las investigaciones sobre la muerte del doctor Kelly, un colaborador del Ministerio de Defensa que qued¨® atrapado en medio de las querellas entre la BBC y el Gobierno sobre si ¨¦ste exager¨® o no las pruebas sobre la amenaza que supon¨ªa Sadam Husein, para justificar as¨ª la invasi¨®n de Irak.
El forjador del Nuevo Laborismo gan¨® las elecciones de 2005, pero antes tuvo que comprometerse a renunciar a un cuarto mandato y en plena campa?a tuvo que acabar echando mano de su gran rival, Gordon Brown, para asegurarse la victoria. Su mayor¨ªa qued¨® sensiblemente recortada y el primer ministro qued¨® tan debilitado que en septiembre de 2006 acab¨® anunciando un calendario para dejar el poder a media legislatura.
El legado de Irak va mucho m¨¢s all¨¢ de la carrera pol¨ªtica de Tony Blair o las tribulaciones del Partido Laborista. La guerra dividi¨® a los europeos y contribuy¨® a enfrentar a Francia y Reino Unido, empujando al europe¨ªsta Blair a posiciones cada vez m¨¢s esc¨¦pticas sobre la construcci¨®n europea. Ha distanciado al Gobierno y al Ej¨¦rcito, que se ha sentido a menudo manipulado pol¨ªticamente. Y ha ayudado a aumentar tambi¨¦n la desconfianza de la poblaci¨®n hacia el poder. Las intervenciones por razones humanitarias, tan populares durante el conflicto de Kosovo, son desde entonces mucho m¨¢s dif¨ªciles de justificar.
Abril negro
El mes de abril ha sido uno de los m¨¢s sangrientos en Irak en mucho tiempo. A lo largo de 3o d¨ªas han muerto en torno a 300 iraqu¨ªes en diferentes atentados, lo que ha disparado el temor a un rebrote de la violencia sectaria ahora que brit¨¢nicos y estadounidenses abandonan el pa¨ªs. El primer ministro Nuri al Maliki ha achacado los ataques a la insurgencia sun¨ª, puesto que la mayor¨ªa de los bombazos han sido perpetrados en ¨¢reas de poblaci¨®n chi¨ª.
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