Sin oficio no hay final
Siskauskas y los errores en los detalles decisivos sentencian al Bar?a ante el CSKA
El Regal Bar?a sucumbi¨® con la ingenuidad de los equipos emergentes pero todav¨ªa sin afilar y, en su d¨¦cima Final a Cuatro (und¨¦cima en total) se convirti¨® en la presa de un CSKA de Mosc¨² que manej¨® con una sencillez demoledora los minutos decisivos. El Bar?a irrumpi¨® al galope (21-12), resisti¨® hasta el ¨²ltimo cuarto y, a partir de ah¨ª, se fue resquebrajando lenta pero inexorablemente.
Devorado por Siskauskas y el oficio del CSKA, el Bar?a fue perdiendo fuelle a base de acumular peque?os errores pero vitales en la medida en que el reloj se acercaba a cero. Dos p¨¦rdidas de bal¨®n de Lakovic, dos rebotes defensivos cedidos a un escolta como Langdon, los problemas de faltas que eliminaron a V¨¢zquez y redujeron sensiblemente la posibilidad de que Navarro dejara huella profunda en el partido o lo poco que pudieron decir Ilyasova, Sada y Barton fueron minando la respuesta del Bar?a a la precisi¨®n creciente del juego del CSKA.
Al conjunto azulgrana lo sostuvo Andersen y Navarro no dej¨® una gran huella
El equipo de Messina se pas¨® el primer tiempo haciendo labor de zapa, jugando a contrapelo, v¨ªctima del aceler¨®n inicial del Bar?a. Primero tuvo que ajustar su defensa para mitigar la lluvia de triples desatada por Lakovic, Andersen y Navarro. Al mismo tiempo tuvo que desanudar un traj¨ªn ofensivo en el que gast¨® mucha p¨®lvora para apenas poner en marcha su contador, con 12 paup¨¦rrimos puntos en el primer cuarto y jugadores importantes como Smodis, Holden y Siskauskas sumidos en la miseria.
Messina le dio vueltas al asunto. Puso en cancha al joven Kaun para cerrar el candado en la zona y fajarse con Santiago. Situ¨® en pista a un quinteto con cuatro jugadores altos para obligar al Bar?a a cambiar la t¨¢ctica y los papeles encomendados de inicio. Le dio el tim¨®n a Zisis y minutos a Khryapa para intentar alg¨²n robo de bal¨®n y conseguir un par de canastas f¨¢ciles que aliviaron sus penurias. Le buscaron las cosquillas a Navarro y se las encontraron.
Al Bar?a lo sostuvo durante muchos minutos el mismo hombre al que fich¨® del CSKA el pasado verano, David Andersen. El australiano con pasaporte dan¨¦s brind¨® una exhibici¨®n de saber estar en un partido tan decisivo. Incluso pareci¨® estar bendecido por una varita m¨¢gica en su palmeo sobre la bocina al final del primer tiempo, en el triple nada m¨¢s dar inicio el segundo (39-30), o en una de sus ¨²ltimas canastas sobre el tiempo de posesi¨®n que le llev¨® hasta los 24 puntos, ya cuando el Bar?a sent¨ªa el acoso y la presi¨®n del CSKA.
Xavi Pascual le dio un peque?o receso a Andersen con 61-56. Dos minutos despu¨¦s, cuando regres¨®, su equipo ya hab¨ªa perdido por primera vez la delantera en el marcador (61-64). No encontr¨® el Bar?a la manera de meter en cintura a Siskauskas, una pesadilla, pese al marcaje que tanto desgast¨® a Basile, absolutamente dominador de los acontecimientos finales. Sus 29 puntos, 18 en el ¨²ltimo cuarto, resultaron definitivos. El Bar?a no logr¨® echarle el lazo y entre ¨¦l y Langdon, otro agobio para los aleros del Bar?a, y la m¨¢quina sincronizada en que Messina convierte a sus equipos en este tipo de partidos, la suerte qued¨® echada. El t¨¦cnico italiano lo hab¨ªa vaticinado. Era cuesti¨®n de peque?os detalles. Casi todos los domin¨® el CSKA, de la mano de un t¨¦cnico que no ha perdido ninguna de las ocho semifinales que ha dirigido desde un banquillo y que ma?ana optar¨¢ a su quinto t¨ªtulo.
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