Apote¨®sico
Los dos grandes no se parecen en nada, y bien que se apreci¨® anoche en el Bernab¨¦u. Al Madrid le avala la contundencia y su capacidad de sorpresa, sobre todo porque sus mejores futbolistas son indetectables. Juega de forma directa, sencilla y concreta. As¨ª cant¨® sus goles, de cabeza, despu¨¦s de dos centros laterales. Nada que ver con el f¨²tbol de elaboraci¨®n del Bar?a Los movimientos de los jugadores azulgrana son limpios y elegantes, de claqu¨¦, respetuosos con la pelota, solidarios en los distintos sectores de la cancha. Marca tan bien los tiempos de la jugada que funciona como un reloj por preciso, exacto y puntual. Nadie ha interpretado mejor el rondo de Cruyff que Guardiola. Viaja el bal¨®n a la velocidad de la luz, de manera que las ocasiones se suceden como consecuencia de un f¨²tbol de combinaci¨®n: los centrales y medios tocan, los volantes profundizan y los delanteros tiran el desmarque y apuntan al portero. Piqu¨¦-Xavi-Iniesta-Messi fueron el hilo conductor de una noche memorable para el barcelonismo.
Benignos por naturaleza, a los azulgrana s¨®lo les falta a veces malicia para expresar en el marcador su abrumadora superioridad en el campo. Ayer, sin embargo, no era el caso, a pesar de que Casillas se empe?¨® en disimularlo con sus intervenciones. Ha sido el Madrid quien ha discutido la jerarqu¨ªa del Bar?a y es el equipo blanco quien ha sufrido el mayor castigo cuando se impon¨ªa marcar las diferencias.
El Madrid fue un mero espectador de la funci¨®n del Bar?a. Nunca lleg¨® a tiempo de atacar el bal¨®n, de trampear el partido o de revolcar al adversario. No es f¨¢cil repetir el partido que ya plante¨® en el Camp Nou ni tampoco jugar como el Chelsea. El Madrid no pudo vivir ayer como acostumbra de las concesiones del contrario porque los azulgrana apenas cometieron errores despu¨¦s que Abidal se corrigiera de un inicio horroroso .
El Bar?a es al fin y al cabo un libro abierto. No ha lugar para la polivalencia ni para el camuflaje sino que se imponen los especialistas: cada jugador queda retratado en la jugada, y al lateral zurdo le cost¨® una tarjeta dar fe de vida como zaguero. Recompuestas las l¨ªneas, los azulgrana remontaron el encuentro con la misma grandeza que Guardiola cant¨® la alineaci¨®n. Fiel a su ideario, el entrenador recogi¨® la afrenta del Madrid con la autoridad y confianza del m¨¢s experto de los t¨¦cnicos, y se dijo: "?Aqu¨ª quieren que se decida el campe¨®n? Aqu¨ª ser¨¢, en el Bernab¨¦u, mano a mano, el 2 de mayo".
Triunf¨® el Bar?a el d¨ªa se?alado, en el momento preciso, contra el rival expreso, en el escenario preferido. como demandaba su excelente trayectoria en la Liga. Nada mejor que el gol 100 para celebrar un ¨¦xito apote¨®sico.
Valiente Bar?a.
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