El campe¨®n de la d¨¦cada

Con la energ¨ªa de Obradovic, su entrenador; con la fluidez y sabidur¨ªa en el juego de Jasikevicius, su base; con el poder¨ªo de una plantilla que rebosa calidad y efectivos de primer nivel, pero sufriendo hasta la ¨²ltima mil¨¦sima, el Panathinaikos se llev¨® la Euroliga. Su descomunal aceler¨®n inicial fue tan relevante como su capacidad para sufrir y mantenerse bajo m¨ªnimos despu¨¦s. Imposible soslayar el factor suerte en una final que pudo cambiar de due?o en un ultim¨ªsimo triple de Siskauskas. El aro escupi¨® el bal¨®n y el CSKA de Mosc¨² vio cruelmente frustrada la que habr¨ªa sido una remontada hist¨®rica.

La enorme ventaja del Panathinaikos se fragu¨® precisamente con una implacable labor defensiva sobre Siskauskas, el hombre que destroz¨® al Regal Barcelona en la semifinal. Tambi¨¦n con un festival de triples que descosi¨® a la defensa moscovita. Abri¨® as¨ª un abismo ya mediado el partido (51-28) que pon¨ªa un precio que parec¨ªa prohibitivo a cualquier intento de remontada.

El Panathinaikos no logr¨® empezar como quer¨ªa, marcando distancias en el interior de la zona. No tard¨® ni cinco minutos en cogerle el tranquillo al juego. Spanoulis tuvo que romper el muro del CSKA a base de penetraciones, dado que se le hac¨ªa imposible meter balones a sus p¨ªvots, Pekovic primero y Batiste despu¨¦s. El CSKA acus¨® pronto el desgaste defensivo y su inferioridad tras una falta y una t¨¦cnica de Khryapa.

La entrada en acci¨®n de Jasikevicius y Diamantidis le dieron el primer aceler¨®n al juego del Panathinaikos. El CSKA intent¨® guarecerse con una zona. Los griegos la descosieron con una salva de triples, 10 en 17 intentos, que llevaron el marcador a unos n¨²meros insospechados: 56-33. A partir de ah¨ª empez¨® otro partido. El CSKA movi¨® mejor el bal¨®n, empez¨® a acertar con los triples y paraliz¨® casi por completo el ataque del Panathinaikos.

Los 23 puntos de diferencia se fueron esfumando con la misma rapidez que hab¨ªan llegado. El final fue dram¨¢tico. Un triple de Siskauskas puso el 70-69 en el marcador a 26 segundos del final. Diamantidis anot¨® un tiro libre. Siskauskas, otro. Jasikevicius, otro. Nadie acert¨® con los dos a los que dieron lugar el carrusel de faltas. Pero el de Jasikevicius elev¨® el 73-71 al marcador a falta de 5,6 segundos. El ¨²ltimo bal¨®n fue a parar a Siskauskas. Fall¨® y se frustr¨® el sue?o del CSKA.

El quinto t¨ªtulo para el equipo de Atenas, el s¨¦ptimo para su entrenador, el serbio Zeljko Obradovic, marca una era. Es la referencia del baloncesto de la primera d¨¦cada del siglo, capaz de dejar a a?os luz a su mayor opositor, el CSKA, al que los griegos ya hab¨ªan vencido en la final de 2007.