El integrismo avanza en Pakist¨¢n
La violencia sectaria contra las minor¨ªas religiosas se recrudece ante la pasividad oficial - Los radicales imponen su ideolog¨ªa en las escuelas cor¨¢nicas
Los problemas para ejercer la libertad religiosa han convertido a Pakist¨¢n en un "pa¨ªs de especial preocupaci¨®n" para Estados Unidos. As¨ª lo recoge el ¨²ltimo informe de la Comisi¨®n sobre Libertad Religiosa Internacional, una agencia financiada por el Gobierno norteamericano para vigilar la libertad de conciencia, pensamiento y religi¨®n. Aunque el Departamento de Estado todav¨ªa no ha hecho suya esa recomendaci¨®n, el texto hecho p¨²blico el pasado viernes constata el aumento del peso y el alcance de los grupos extremistas religiosos en lo que va de a?o.
La citada comisi¨®n expresa su preocupaci¨®n porque el Gobierno de Islamabad no act¨²a con la suficiente contundencia para frenar la violencia sectaria contra las minor¨ªas religiosas. Pakist¨¢n se suma as¨ª a un club en el que tambi¨¦n est¨¢n Ir¨¢n, Irak, China, Corea del Norte, Arabia Saud¨ª, Sud¨¢n o Vietnam, entre otros. Lo que es m¨¢s grave, su informe recoge testimonios de observadores paquistan¨ªes y extranjeros que vinculan a los servicios secretos tanto con los talibanes como con otros grupos violentos, tal que Lashkar-e-Tayba.
Los musulmanes chi¨ªes tambi¨¦n son v¨ªctimas de ataques de fan¨¢ticos sun¨ªes
El texto denuncia que la ideolog¨ªa sectaria de que hacen gala esas organizaciones sigue ense?¨¢ndose en muchas escuelas cor¨¢nicas del pa¨ªs. Aunque, a mediados de 2005, las autoridades procedieron a registrar esas madrazas, apenas han tomado medidas para controlar sus curr¨ªculos o sus fuentes de financiaci¨®n.
Al final, esas ense?anzas son el fermento que est¨¢ detr¨¢s de la mayor¨ªa de los incidentes violentos que sufren las minor¨ªas. Tanto chi¨ªes (que suponen cerca de un 20% de la poblaci¨®n), como cristianos, hind¨²es y ahmadis (que juntos apenas suman un 5%) siguen siendo objeto de amenazas y ataques por parte de fan¨¢ticos sun¨ªes que no aceptan credos distintos al suyo.
El ¨²ltimo incidente afecta a 35 familias sijs de Orakzai, una de las siete agencias tribales federalmente administradas (FATA, en sus siglas inglesas). Seg¨²n revel¨® la cadena privada GEO TV la semana pasada, los talibanes detuvieron a dos l¨ªderes de esa comunidad, Klank Singh y Sewa Singh, y les han exigido que paguen un impuesto llamado yaziya, que en los tiempos del califato los musulmanes impon¨ªan a quienes no profesaban el islam.
La extorsi¨®n no es despreciable. Inicialmente les ped¨ªan 50 millones de rupias (medio mill¨®n de euros), que luego rebajaron a 15 millones. A¨²n as¨ª, como la comunidad no ha podido reunir esa cantidad, los extremistas se han apropiado de sus casas y sus peque?os negocios, y al parecer los han subastado. Las familias afectadas se han visto obligadas a abandonar la zona, donde viv¨ªan desde hace generaciones.
Si el control del Gobierno central sobre esas regiones tribales es como m¨¢ximo tenue, no puede decirse lo mismo de Shahiwal. En ese distrito del Punjab situado entre Lahore y Multan, una docena de familias cristianas se han visto obligadas a huir de sus hogares tras ser tachadas de blasfemas. El confuso incidente, del que la propia polic¨ªa sospecha que se trata de un montaje, vuelve a poner sobre la mesa la pol¨¦mica ley aprobada en tiempos de Zia ul Haq por la que cualquiera acusado de insultar al islam, su profeta o su libro sagrado puede ser condenado a muerte con el simple testimonio de un musulm¨¢n. Desde entonces, se han sucedido los abusos.
El nuevo ministro para las minor¨ªas, Shahbaz Bhatti, ha prometido revisar las leyes sobre la blasfemia. En su informe, la Comisi¨®n sobre Libertad Religiosa Internacional expresa su satisfacci¨®n por el nombramiento de Bhatti que es un conocido defensor de los derechos de las minor¨ªas. Tambi¨¦n menciona como un paso positivo del Gobierno de Asif Ali Zardari la designaci¨®n el pasado marzo de un jurista cristiano como magistrado del Tribunal Supremo de Lahore.
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