La ciudad nos ha derechizado
La huida de j¨®venes por el precio de la vivienda, el peso de una inmigraci¨®n que no vota, el miedo y el envejecimiento explican el voto urbano m¨¢s conservador
Hubo un tiempo, gobernando a¨²n Felipe Gonz¨¢lez, en que los socialistas espa?oles s¨®lo lograron ser los m¨¢s votados en cinco de las 52 capitales de provincia. Fue un duro golpe que no se ha repetido, pero lo cierto es que las ciudades espa?olas siguen siendo mayoritariamente de derechas. El voto urbano es conservador y es, seg¨²n los analistas, el que ha devuelto el poder al PP en Galicia. Todo parece indicar que vivir en la gran ciudad nos hace m¨¢s conservadores, aunque es muy probable que el fen¨®meno no sea general, sino exclusivamente espa?ol y especialmente contundente en Madrid. Las razones, al margen de la gesti¨®n de unos partidos y otros, se entroncan con los vertiginosos cambios sociales que ha vivido nuestro pa¨ªs.
La izquierda se enfrenta a un "elector exquisito" m¨¢s exigente
En un colegio del castizo barrio madrile?o de Lavapi¨¦s hay carteles en varios idiomas; incluido el chino. En sus aulas estudian chavales de 32 nacionalidades distintas. De hecho, el 90% de ellos son extranjeros. Es obvio que estos ni?os no votan, pero tambi¨¦n lo es que sus padres y otros familiares adultos tampoco se acercan a las urnas. Por ahora.
Pero los inmigrantes no son los culpables de los descalabros de la izquierda en las ciudades, aunque entre ambos haya un v¨ªnculo evidente que pasa, por cierto, por la carest¨ªa de la vivienda. No es un galimat¨ªas. Carlos Ll¨¦s, profesor de sociolog¨ªa de la Universidad Carlos III de Madrid, lo explica as¨ª: "La poblaci¨®n joven de rentas bajas, cuyo voto es m¨¢s proclive a la izquierda, ha abandonado las grandes ciudades en busca de vivienda asequible en la periferia y la vieja clase obrera, tambi¨¦n votante de izquierdas, ha vendido sus modestos pisos al calor del boom inmobiliario o los han alquilado a poblaci¨®n inmigrante, que no vota".
El voto urbano tiene una enorme trascendencia para los contendientes pol¨ªticos por su valor cualitativo. Act¨²a como bar¨®metro social que mide el grado de aceptaci¨®n o rechazo de una opci¨®n pol¨ªtica y las tendencias globales. Son graneros de votos que, adem¨¢s, seg¨²n los expertos, son m¨¢s vol¨¢tiles y menos consolidados, lo que significa que son m¨¢s susceptibles de cambiar y de desequilibrar la balanza a favor de una u otra opci¨®n pol¨ªtica.
Vol¨¢til o no, lo cierto es que en Espa?a el PP puede presumir de tener un "perfil urbano" frente al PSOE, con especial implantaci¨®n en clases medias profesionales y aut¨®nomos, como se jacta Juan Manuel Moreno, secretario de Pol¨ªtica Municipal y Auton¨®mica del PP. Los datos de las ¨²ltimas elecciones municipales indican que (al margen de los cinturones industriales, tradicionalmente de izquierdas) el PSOE domina en municipios de hasta 20.000 habitantes, pero que el PP dobl¨® en victorias (32) al PSOE en capitales de provincia (16). En Madrid, Valencia y M¨¢laga los conservadores mantienen una hegemon¨ªa aplastante.
Si del voto urbano hubiera dependido, Jos¨¦ Luis Rodr¨ªguez Zapatero habr¨ªa sufrido un severo correctivo el a?o pasado. Fueron su tabla de salvaci¨®n Catalu?a y el Pa¨ªs Vasco, donde se sigue una l¨®gica distinta a la del voto de izquierdas contra el voto conservador.
Los datos, en fin, son inapelables. Las razones que los explicar¨ªan, no tanto. Algunos analistas aluden a la crisis. Sostienen que afecta especialmente a los trabajadores de las capitales, dedicados al sector servicios y susceptibles de castigar al Gobierno de Zapatero. Han calado las ideas liberales y neoconservadoras, especialmente en las nuevas clases medias urbanas "agobiadas", explica Carlos Lles. Son ciudadanos que cuentan a veces con dos sueldos, pero tambi¨¦n que afrontan hipotecas, colegios, transporte... "La solidaridad no es un valor al alza", seg¨²n Lles, "y si se ejerce no es apoyando pol¨ªticas urbanas de expansi¨®n del gasto p¨²blico para favorecer las rentas m¨¢s bajas".
Antonio Hernando, responsable de Ciudades y Pol¨ªtica Municipal del PSOE, rechaza el argumento de la crisis y un patr¨®n ¨²nico de tendencia de voto. Para ¨¦l, es evidente que los ciudadanos responden cada vez m¨¢s a lo que se les pregunta y optan por una elecci¨®n determinada cada vez. Eso explica que los resultados de una elecci¨®n de presidente de la Xunta de Galicia sean diferentes de los obtenidos en las generales de 2008. "En Galicia obtuvimos muy buenos resultados en las elecciones generales en las siete grandes ciudades gallegas y, adem¨¢s, gobernamos en todas ellas, a excepci¨®n de Pontevedra".
Tanto Fernando Vallesp¨ªn, polit¨®logo y anterior director del Centro de Investigaciones Sociol¨®gicas (CIS), como Jos¨¦ Ignacio Wert, soci¨®logo y presidente de Inspira Consultores, coinciden, sin embargo, en se?alar que la tendencia del voto urbano en las ¨²ltimas citas electorales es conservadora, con excepciones como Barcelona. Respecto a Andaluc¨ªa, comunidad tradicionalmente de izquierdas, Vallesp¨ªn asegura que el voto rural es m¨¢s sensible a las pol¨ªticas sociales. Todo lo contrario de lo que sienten esas clases medias "agobiadas" de las ciudades.
En esas urbes, el precio de la vivienda se ha disparado y ni siquiera la crisis ha logrado todav¨ªa que pierda su nivel prohibitivo. Los dos grandes partidos est¨¢n de acuerdo en que el boom inmobiliario ha sido crucial en la huida de las clases profesionales y rentas bajas hacia las periferias, dejando el campo expedito a los inmigrantes que, de momento, se abstienen de votar. Ambos fen¨®menos -boom inmobiliario e inmigraci¨®n- son extraordinario el primero y muy reciente el segundo, lo que nos distingue del resto de los pa¨ªses de nuestro entorno y lo que podr¨ªa explicar por qu¨¦ frente a nuestro voto urbano conservador hay grandes ciudades como Par¨ªs o Berl¨ªn que est¨¢n en manos de la izquierda.
En el a?o 2000 viv¨ªan en Espa?a 924.000 extranjeros de un total de 40,5 millones de habitantes. O sea, el 2,28 de la poblaci¨®n espa?ola era de origen extranjera. Seg¨²n el censo del pasado a?o, esta proporci¨®n se ha disparado hasta el 11,3% (5,2 millones de un total de 46). Es sabido que la mayor¨ªa de los inmigrantes se asientan en las ciudades. Muchas veces, en el centro m¨¢s deteriorado del casco urbano. La proporci¨®n de extranjeros supera con creces a la media en las grandes urbes: casi el 17% en Madrid y Barcelona y el 14% en Valencia.
A favor de la derecha juega una doble abstenci¨®n: la de los extranjeros, que, aunque puedan votar, se sienten todav¨ªa muy poco implicados en la pol¨ªtica, y la de los tradicionales votantes de la izquierda, que en la ciudad suelen ser m¨¢s sensibles al contexto de cada elecci¨®n y cada candidato y se abstienen de forma mucho m¨¢s pronunciada que el votante de derechas. Algunos autores han acu?ado el t¨¦rmino de "votante exquisito". Es un elector de izquierdas que jam¨¢s girar¨¢ a la derecha pero que, afectado por esc¨¢ndalos y por las crisis, opta por otras opciones distintas a la socialista y se decanta, sobre todo, por la abstenci¨®n.
A favor de la derecha juega en Espa?a la gran movilizaci¨®n del votante del PP, especialmente importante ahora que est¨¢ en la oposici¨®n a nivel nacional, y que raramente se abstiene. A ello se le a?ade, seg¨²n el diputado popular por M¨¢laga Juan Manuel Moreno, lo que ¨¦l denomina "acci¨®n-reacci¨®n" motivada por iniciativas "muy de izquierdas" de Zapatero, como el matrimonio homosexual o la reforma de la ley del aborto; decisiones que, seg¨²n Moreno, movilizan especialmente al electorado urbano del PP.
Pero todav¨ªa hay una circunstancia m¨¢s que podr¨ªa explicar el conservadurismo del voto urbano: el miedo. Un estudio realizado por el centro de estudios sociales italiano Censis demostr¨® el pasado a?o que la angustia domina en las poblaciones urbanas. El an¨¢lisis se hizo mediante encuestas hechas en 10 grandes ciudades (Londres, Par¨ªs, Roma, Mosc¨², Bombay, Pek¨ªn, Tokio, Nueva York, S?o Paulo y El Cairo). Aunque la gente no se deja arrastrar por el p¨¢nico, lo cierto es que el 90% de los habitantes metropolitanos declara que sufre al menos alg¨²n tipo de miedo y que ¨¦ste es m¨¢s acusado entre las mujeres y, sobre todo, entre los que tienen menos medios, menos cultura y m¨¢s a?os. Por cierto, el envejecimiento de la poblaci¨®n no es fen¨®meno exclusivamente rural. En las ciudades ya se est¨¢ notando. En Madrid, la edad media se ha elevado en los ¨²ltimos veinte a?os de 37 a 42 a?os.
El tipo de miedos no es similar en todas las ciudades, pero la inseguridad de los ciudadanos viene, en general, dada por la tecnolog¨ªa, el terrorismo, la muerte, la violencia f¨ªsica, la exclusi¨®n, la marginalidad o la p¨¦rdida de la posici¨®n social.
El miedo y la consecuente sensaci¨®n de inseguridad deben ser mayores en las ciudades. Aunque no hay datos sobre la percepci¨®n subjetiva del ciudadano, s¨ª los hay en Espa?a sobre el problema objetivo. Seg¨²n datos del Ministerio del Interior, las tasas de criminalidad (n¨²mero de delitos y faltas por 1.000 habitantes) son m¨¢s elevadas en las comunidades aut¨®nomas eminentemente urbanas. Baleares, Madrid, Ceuta, Melilla y Comunidad Valenciana est¨¢n muy por encima de la media (47,6) espa?ola, mientras que se sit¨²an muy por debajo Extremadura, Galicia, Cantabria y La Rioja. El turismo, y no la dimensi¨®n de sus urbes, es lo que explica que Baleares encabece la lista negra, de la misma manera que Ceuta y Melilla presentan particularidades fronterizas distintas a las que sufre una gran ciudad. "No obstante, la media espa?ola est¨¢ muy por debajo de la media europea, que es del 70,4", advierte una fuente oficial.
Frente a la p¨¦rdida del sentido de la solidaridad y a un discurso de la izquierda que se percibe difuso, la derecha contar¨¢ con mejores bazas si es capaz de ofrecer al ciudadano garant¨ªas de gesti¨®n y de mayor seguridad. Jacques Chirac, que fue alcalde de Par¨ªs, gan¨® las elecciones presidenciales de 2002 con su lema Tolerancia 0 con la delincuencia y Nicolas Sarkozy tuvo el mismo ¨¦xito en 2007 tras su autoritaria gesti¨®n en los suburbios de la capital.
?Pesar¨¢ el voto conservador urbano en la pr¨®xima cita electoral? Los analistas consideran que los electores cr¨ªticos y exquisitos de las ciudades son los que dieron la espalda a los socialistas en las europeas de 1994. Wert considera que tambi¨¦n esta vez ganar¨¢ claramente el PP porque los votantes de izquierdas no van a encontrar razones para ir a las urnas, salvo que percibieran que una derrota pondr¨ªa en peligro al Gobierno de Zapatero.
![Colegio electoral en la sede del Ministerio de Educaci¨®n, en Madrid, en las elecciones generales de 2008.](https://imagenes.elpais.com/resizer/v2/RAISQ6RHJFGA3VYK2ZDTVU5IIU.jpg?auth=3a3248d70cdd88260afacb686c2d68b58bb6b5baf2018f792bd9444b9787de03&width=414)
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