Retrato de un manipulador desenraizado
Una de las virtudes de las novelas de Ir¨¨ne N¨¦mirovsky es que nunca te dejan indiferente y, cuando las acabas, puedes llegar a sentirte tan atormentado contigo mismo como los personajes cuyas vicisitudes has estado siguiendo, en un estado a medio camino entre el estupor, la admiraci¨®n y la rabia. El maestro de almas, que originariamente se public¨® en forma de follet¨ªn con el t¨ªtulo de Las escalas del Levante, no es una excepci¨®n, y todo lector que se acerque a ella tiene la emoci¨®n asegurada, una emoci¨®n llena de lucidez y de iluminaciones sabias y contradictorias, que duelen en el cerebro y en el coraz¨®n.
Ir¨¨ne N¨¦mirovsky pertenec¨ªa al grupo de jud¨ªos laicos que, antes de que estallase la Segunda Guerra Mundial, abrazaron con detenimiento la cultura europea y decidieron ser parte activa de ella. No eran conversos, eran simplemente europeos que apostaban por Europa y su cultura, como hab¨ªan hecho Husserl, Benjamin y D?blin. Que luego muchos de ellos murieran en los campos de exterminio tras haber sido deportados parece una pesadilla. "?Qu¨¦ me est¨¢ haciendo este pa¨ªs, Dios m¨ªo?", escribi¨® Ir¨¨ne N¨¦mirovsky un a?o antes de morir en Auschwitz.
El maestro de almas
Ir¨¨ne N¨¦mirovsky
Traducci¨®n de Jos¨¦ Antonio Soriano Marco
Salamandra. Barcelona, 2009
224 p¨¢ginas. 15 euros
El deseo que ten¨ªa Ir¨¨ne N¨¦mirovsky de convertirse en una escritora francesa resulta evidente en El maestro de almas, y de hecho parece una novela genuinamente francesa que ha incorporado la mirada que los franceses dirig¨ªan a los extranjeros en la ¨¦poca de entreguerras. Aqu¨ª est¨¢ una de las claves de El maestro de almas: el narrador, que entra y sale de las almas de los personajes como Dar¨ªo Asfar, lleva incorporada la mirada francesa, como la lleva incorporada Dar¨ªo Asfar, del que el narrador es s¨®lo una proyecci¨®n sombr¨ªa y l¨²cida hasta la desesperaci¨®n. Y por eso tambi¨¦n los emigrantes que llegan de la Europa m¨¢s oriental, incluidos los jud¨ªos, son tratados con severidad francesa. Los que no adviertan esta sutileza, muy propia por otra parte de Ir¨¨ne N¨¦mirovsky, pensar¨¢n que esta novela se acerca a ciertas narraciones de C¨¦line cuando en realidad se acerca a ciertas novelas de Zola, pero introduciendo m¨¢s electricidad, m¨¢s pasi¨®n y m¨¢s psicolog¨ªa.
En l¨ªneas generales, El maestro de almas es una novela sobre la emigraci¨®n y la p¨¦rdida de las ra¨ªces, que puede convertirse en la p¨¦rdida del alma a poco que las cosas se pongan mal, y muy especialmente cuando siempre o casi siempre se ponen mal. Es tambi¨¦n una novela sobre las relaciones con el otro y sobre todos los prejuicios que desde el principio alteran esa relaci¨®n, llen¨¢ndola de adherencias racistas e ideol¨®gicas. Y es tambi¨¦n, como piensan Philipponnat y Lienhardt, una versi¨®n de Fausto en la que un m¨¦dico salido del barro asciende a la m¨¢s alta corrupci¨®n a costa de vender su alma al Diablo y de manipular imp¨ªamente a los dem¨¢s. Pero se enga?ar¨¢ el lector si aguarda un final moralista y redentor. Ir¨¨ne N¨¦mirovsky sab¨ªa darle la vuelta a sus historias y el final de la novela es de un realismo demoledor, en las ant¨ªpodas del cinismo y a la vez roz¨¢ndolo con mucha suavidad. Los opuestos se juntan con facilidad en El maestro de almas, una narraci¨®n parcialmente estereotipada, cierto, pero a la vez brillante y radical.
En catal¨¢n: El mestre d'¨¤nimes. Traducci¨®n de Josep Escarr¨¦. La Magrana. Barcelona, 2008. 208 p¨¢ginas. 17 euros.
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.