Wanted

Si en la acci¨®n de gobierno se pudiesen pedir tiempos muertos, como en algunos deportes competitivos, el presidente Francisco Camps ya deber¨ªa haberlo solicitado a la instancia pertinente, que para este supuesto ser¨ªa probablemente la presidenta de las Cortes Valencianas, tan d¨®cil y parcial siempre con su propio equipo. Esta imaginaria pausa, prolongada a discreci¨®n, hubiera permitido paliar el agobio que est¨¢ padeciendo el jefe del Consell, abrumado por las corrupciones y corruptelas decantadas del caso G¨¹rtel, y al mismo tiempo, le dar¨ªa el sosiego necesario para tapar toda posible fisura en las respuestas que uno de estos d¨ªas habr¨¢ de darle al juez que entiende en el presunto cohecho y trapicheo en que anda enredado.

M¨¢s a¨²n, esta pausa propiciar¨ªa que se encalmase el actual clima pol¨ªtico, tan inh¨®spito para el Gobierno auton¨®mico, poco menos que noqueado por los simult¨¢neos embates de distintos colectivos sociales, justamente encabritados por los incumplimientos y abandonos que padecen por parte del Ejecutivo. Tales son -y no est¨¢n todos- las plataformas de damnificados por la penosa aplicaci¨®n de la ley de Dependencia, o la defensora de la ense?anza p¨²blica, o la que engloba a enfermos mentales y familiares, o la de quienes cuidan de los discapacitados, y hasta las mismas peque?as y medianas empresas ahogadas por los impagos y escandalosas demoras de la Administraci¨®n. Dicho as¨ª da la impresi¨®n de que nuestros gestores p¨²blicos no han hecho a lo largo de la legislatura otra cosa que cultivar sus ocios, ya sea porque as¨ª lo han querido o por la ruina econ¨®mica en que ha venido a parar la Generalitat.

En tales circunstancias, repetimos, un receso pol¨ªtico vendr¨ªa a ser como agua de mayo -y valga la oportunidad-, por cuanto relajar¨ªa las tensiones parlamentarias y judiciales, facilitando la reordenaci¨®n de los problemas y, sobre todo, la recuperaci¨®n f¨ªsica del muy desmejorado presidente, pues resultan alarmantes a ojos vista los estragos de esta crisis en el discurso, rostro y sonrisa -?o ser¨¢ una mueca?- de nuestro primer mandatario. A este paso no necesitar¨¢ renunciar a la pr¨®xima candidatura, pues simplemente no tendr¨¢ fuelle para llegar a ella, lo que coincide con el pron¨®stico que formulan muchos de sus correligionarios, que tan atentos a los intereses superiores del partido y los suyos propios ya olisquean el tufo del perdedor.

Pero este g¨¦nero de treguas no est¨¢n previstas en los usos pol¨ªticos y entendemos que el presidente haya decidido tom¨¢rselas a su aire, desapareciendo con cualquier nimio pretexto y poni¨¦ndose as¨ª a resguardo de los chuzos parlamentarios. La verdad es que con tama?a descortes¨ªa deja con el culo -perd¨®n- al aire a las Cortes, pero hemos de comprender que lo hace por estricta necesidad vital, ya que pol¨ªticamente es tan solo un ilustre sujeto de obituario. En justa correlaci¨®n, sus huestes habr¨ªan de comprender tambi¨¦n que la oposici¨®n, y la portavoz de Comprom¨ªs, M¨°nica Oltra, por la aparatosidad y eficacia medi¨¢tica de su requisitoria, todo hay que decirlo, postule la b¨²squeda del molt honorable, tan propenso a la ausencia, la fuga o declinaci¨®n de sus obligaciones. Confiemos en que regrese tonificado para responder a tant¨ªsimas preguntas como tiene pendientes y que la C¨¢mara recobre la funci¨®n fiscalizadora que se le otorga, junto a su lesionado cr¨¦dito.