'Al vent'
Andreotti, il divo que a¨²n anda por ah¨ª, contempl¨® los navajazos de la pol¨ªtica espa?ola y le dijo a Areilza, su amigo, que a este pa¨ªs le faltaba finura. Se lo dec¨ªa ¨¦l, que se malgast¨® en la suciedad de la diplomacia del chantaje. Pero ten¨ªa raz¨®n, manca finezza. Es un pa¨ªs en el que la groser¨ªa encanta, por eso la audiencia sube cuando se insultan los tertulianos. Si enchufaran poemas, la audiencia se ir¨ªa del todo, o no, vaya usted a saber. A lo mejor la gente ya se cans¨® de la groser¨ªa y si viene otra forma de conversaci¨®n la gente quiz¨¢ se enganche a esa rareza.
Esta iniciativa del lehendakari Patxi L¨®pez de comenzar a cumplir su cargo al frente del Gobierno vasco (anoche le vimos en mangas de camisa en Informe semanal, TVE) leyendo poemas es una novedad importante en la b¨²squeda de la grandeza. La grandeza est¨¢ en los arbustos, no est¨¢ en las solemnidades. Cantaba el argentino Horacio Guaran¨ª: "El d¨ªa en que los hombres sean libres la pol¨ªtica ser¨¢ una canci¨®n". Es posible que Patxi L¨®pez quiera conjurar lo que ha pasado, aunque como material para seguir s¨®lo tiene la esperanza.
CBS tiene 10 pilotos en producci¨®n y ABC prepara 14 comedias
Hace 50 a?os Raimon cantaba una canci¨®n muy simple, casi un rasgueo, Al vent, y el sonido bast¨® para que una sociedad que quer¨ªa aire empezara a sentir que pod¨ªa respirar de otro modo. Oponerse entonces era engrandecerse; no se pueden medir los hombres con la mezquindad, ni con el chantaje, sino con la grandeza. O con la poes¨ªa.
A la televisi¨®n le faltan poemas; hubo una ¨¦poca rara de TVE cuando los telediarios terminaban con versos; recuerdo al poeta Manuel Padorno recitar entre la nieve, y a¨²n estaba Franco. Despu¨¦s Felipe Mellizo, Pedro Altares, Fernando Delgado y Luis Carandell introdujeron la poes¨ªa para despedirse, y hubo una ¨¦poca en la que Alfredo Urdaci coloc¨® los libros como una forma de ilustrar la despedida. Los poemas de Patxi quedan ahora como una met¨¢fora. Podr¨ªan repetirlos en los telediarios, y este pa¨ªs de tanta falta de finura alcanzar¨ªa alg¨²n pico de grandeza.
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.