Toreros

El arte consiste en representar pl¨¢sticamente en un cuadro, como lo hizo Goya, ese momento en que el toro entra al caballo y el picador escarba con la puya en el morrillo para inferirle una herida cuya sangre le llegar¨¢ a la pezu?a. El arte consiste en pintar esa brutalidad, pero no en realizarla. Para ejecutar ese acto en vivo s¨®lo hay que tener fuerza y destreza. El arte consiste en llevar al lienzo de forma magistral ese momento en que un paisano le mete la faca en la tripa al caballo de un mameluco un 2 de mayo o captar al d¨ªa siguiente esa fracci¨®n de segundo en que un rebelde abre los brazos ante la descarga de plomo en los desmontes de la Moncloa al ser fusilado por los franceses. Aunque ese paisano, llevado por la c¨®lera, clavara con habilidad la faca hasta el pu?o y el pelot¨®n abriera fuego a su cabeza con absoluta exactitud, no por eso los llamaremos artistas. Hay mucha gente que hace las cosas bien. Fre¨ªr bu?uelos ?es un arte o un oficio? Llamar arte a la destreza de pasarse a un toro por la tripa manipulando una tela es un desprop¨®sito, por mucho que los aficionados valoren esos lances, y al desprop¨®sito se a?ade la degradaci¨®n e incluso la ignominia si el ministerio de Cultura equipara ese oficio a la labor de los poetas, pintores, m¨²sicos, bailarines o actores insignes, premiando cada a?o con una medalla similar al torero de turno. Recientemente ha habido un pique entre matadores. Dos de ellos, que se creen ese cuento, han devuelto la medalla al ministro de Cultura, al sentirse agraviados en su arte porque tambi¨¦n le ha sido concedido a un colega mediocre cuya fama se debe s¨®lo a la prensa del coraz¨®n. A lo largo de la historia la cultura en Espa?a ha sufrido una continua humillaci¨®n a trav¨¦s de la incuria popular, la falta de medios y el desinter¨¦s de los pol¨ªticos, pero ninguna ca¨ªda es comparable al hecho de que el ministerio haya elevado oficialmente a la categor¨ªa de arte la tortura de un animal, que se ofrece al p¨²blico como espect¨¢culo. No son estos toreros celosos, sino los pintores, m¨²sicos, actores y poetas premiados quienes deber¨ªan remitir a la ministra de Cultura la medalla ahora degradada al tener que compartirla con el oficio de sacrificar toros diestramente a navajazos.