Una alumna con buenos maestros
Era un d¨ªa radiante de la primavera sevillana. Mi¨¦rcoles de la Feria de abril. Bibiana estaba frente a su ordenador. Preparaba el ¨²ltimo tr¨¢mite para doctorarse en Direcci¨®n y Administraci¨®n de Empresas: entregar la tesis. Son¨® el tel¨¦fono.
-El presidente quiere verla ma?ana en La Moncloa -dijo una secretaria.
No le comenta nada a nadie. "Me lo como yo sola". Al d¨ªa siguiente, 10 de abril, se planta en el despacho del presidente Zapatero. Cuando sale, tres horas despu¨¦s, Bibiana A¨ªdo Almagro, con 31 a?os reci¨¦n cumplidos, sabe que pasar¨¢ a la historia como la ministra m¨¢s joven que jam¨¢s haya tenido Espa?a.
?Qui¨¦n era y qu¨¦ hab¨ªa hecho esta joven gaditana para merecer tal honor? Cierto: a¨²n no hab¨ªa terminado el doctorado. Pero ten¨ªa un valioso m¨¢ster en pol¨ªtica aplicada por la universidad de la vida.
"En el instituto aprend¨ª los valores de igualdad, respeto y tolerancia"
"Quien no sienta v¨¦rtigo tras ser nombrada ministra, es una irresponsable"
Nacida en Alcal¨¢ de los Gazules (C¨¢diz) el 2 de febrero de 1977, los padres de Bibiana eran maestros y militantes socialistas. Dos a?os despu¨¦s de su nacimiento, su padre, Francisco, ser¨ªa elegido primer alcalde democr¨¢tico del pueblo. Fue tambi¨¦n su primer mentor en el arduo camino de la pol¨ªtica.
La familia ocupaba una de las viviendas para maestros propiedad del Estado. "Era un piso normalito, de dos habitaciones". All¨ª vivi¨® hasta los 14 a?os.
-Tuve una educaci¨®n muy disciplinada. Con horas dedicadas al estudio. Con poca tele y mucha lectura.
Sus padres le iban proporcionando libros adecuados para su edad. Recuerda Las aventuras de Los Cinco y la colecci¨®n de El Barco de Vapor. "Era una lectora compulsiva; a veces escond¨ªa los cuentos debajo de los apuntes para seguir leyendo".
Esa pasi¨®n por los libros la mantiene hasta hoy. Espera con ansiedad la tercera parte de Milenium, la exitosa saga del sueco Stieg Larsson. Aunque la mayor¨ªa de las cosas que lee ahora est¨¢n relacionadas con su trabajo, como Agrup¨¦monos todas, de Isa¨ªas Lafuente, un excelente ensayo sobre la lucha por la igualdad de la mujer.
Su segundo maestro iba a tener una influencia decisiva en su vida: Manuel Chaves, durante casi dos d¨¦cadas presidente de la Junta de Andaluc¨ªa y hoy vicepresidente del Gobierno de Espa?a.
Hac¨ªa solo un par de meses que Bibiana hab¨ªa llegado al mundo. Su padre era coordinador de la campa?a de los socialistas en las primeras elecciones democr¨¢ticas de junio de 1977. Chaves, entonces un joven abogado laboralista de 31 a?os, era el cabeza de lista del PSOE por C¨¢diz. Su coche se averi¨® cerca de Alcal¨¢ y se aloj¨® en la casa de Paco A¨ªdo. Bibi estaba en su cuna. Chaves la cogi¨® en brazos.
-Hay mucha leyenda sobre esa historia. Se ha dicho que fue mi padrino. No es cierto.
Pero aprendi¨® cosas de ¨¦l. Al igual que de otros vecinos de Alcal¨¢ de los Gazules, cantera de lideres socialistas, como Alfonso Perales o Luis Pizarro. En ese ambiente maduraba Bibiana.
En la clase de Filosof¨ªa del instituto surgen los primeros debates pol¨ªticos. "All¨ª asumo los valores de tolerancia, de respeto, de igualdad". Apenas si tiene 16 a?os y con un grupo de amigos funda la agrupaci¨®n local de las Juventudes Socialistas. Un a?o despu¨¦s, ingresa en la universidad de C¨¢diz y en el PSOE. Estudia Direcci¨®n y Administraci¨®n de Empresas. Una carrera polivalente con muchas salidas laborales.
Estudia, trabaja, se divierte y hace pol¨ªtica. "La vida de estudiante es la mejor; me lo pas¨¦ bomba". Su familia le env¨ªa dinero para "sobrevivir como estudiante". Los caprichos, viajes, ropa, se los paga ella: sirve copas en el Bazar Ingl¨¦s los viernes por la noche a mil pesetas la hora.
Pero sobre todo, act¨²a en pol¨ªtica. Ayuda en las campa?as electorales, pega carteles o distribuye preservativos en la calle el d¨ªa Mundial del SIDA.
-Muchos pon¨ªan cara de circunstancias; otros me dec¨ªan: ?me puedes dar otro? Es que entonces estaban muy caros...
El ¨²ltimo curso lo hace en la universidad brit¨¢nica de Northumbria, en Newcastle. Ya licenciada, trabaja en una empresa de suministros industriales de Sevilla. Pero el d¨ªa que le anuncian que le har¨¢n un contrato indefinido, decide que lo deja. Quiere hacer el doctorado y, sobre todo, dedicarse a la pol¨ªtica. Vuelve a C¨¢diz.
Estudia y trabaja cuando en 2003 le llega su primer cargo pol¨ªtico: delegada de la Consejer¨ªa de Cultura. Tres a?os m¨¢s tarde le encargan montar y dirigir la Agencia Andaluza para el Desarrollo del Flamenco. Y llegan las elecciones de 2008. Bibiana es numero dos, tras Manuel Chaves, al parlamento andaluz. En esa campa?a conocer¨¢ a otro de sus maestros: Alfredo P¨¦rez Rubalcaba, ministro del Interior y cabeza de lista al Congreso por C¨¢diz. Mitinean juntos por varios pueblos de la provincia.
-De Alfredo aprend¨ª que en pol¨ªtica no existe el largo plazo. Los tiempos vuelan y hay que tener rapidez y capacidad de an¨¢lisis. Alfredo es de lo mejor que tenemos en el panorama pol¨ªtico.
Ya diputada, se dispone a dar el empuj¨®n final a su tesis doctoral. En ello est¨¢ la ma?ana de aquel 9 de abril cuando suena el tel¨¦fono. Est¨¢ a punto de formar parte del equipo de quien ser¨¢ otro de sus maestros: Jos¨¦ Luis Rodr¨ªguez Zapatero. De ¨¦l aprender¨¢ el "valor sagrado de la igualdad". ?Sinti¨® v¨¦rtigo cuando le ofreci¨® ser ministra?
-V¨¦rtigo se tiene siempre. Quien no lo tenga en una situaci¨®n as¨ª, es que es un poco irresponsable. Dije que s¨ª al proyecto socialista de crear un Ministerio de Igualdad.
-Ser ministro no es de por vida. ?Qu¨¦ har¨¢ cuando deje de serlo?
-No me lo planteo por ahora. Hay un mundo de posibilidades y tenemos que estar abiertos al sue?o.
A Bibiana le ha gustado a la referencia shakesperiana a la juventud y los sue?os que ha hecho la presidenta del Parlamento, Fuensanta Coves, en el discurso de toma de posesi¨®n de Gri?¨¢n: "Es joven quien se alimenta de sus sue?os".
Y sue?os, esta joven ministra, parece tener muchos.
Una maletita y a Madrid
A las 7 de la tarde del 13 de abril del a?o pasado, Bibiana A¨ªdo firmaba su renuncia como diputada del parlamento andaluz. Al d¨ªa siguiente juraba su cargo de Ministra de Igualdad. "Me dejar¨¦ la piel", dijo en su despedida a los compa?eros del PSOE de C¨¢diz.
-Esa noche me fui sola a Madrid, con una maletita y algo de ropa.
No era mucha cosa para la tarea que le aguardaba. Se instal¨® en una peque?a habitaci¨®n de hotel. Cerca de Alcal¨¢ 37, la antigua sede de la Comisi¨®n Nacional de Telecomunicaciones, un edificio desalojado tres a?os antes. El panorama que se encontr¨® era desolador:
-Hab¨ªa una sola l¨ªnea de tel¨¦fono. Yo hac¨ªa de ministra, de secretaria, de ordenanza. No hab¨ªa sillas, ni mesas. Guardo fotos de mis primeros colaboradores sentados en las escaleras trabajando sobre cajas de cart¨®n...
Ha pasado un a?o. Sobre la cabeza de esta joven menuda, rubia y chispeante han ca¨ªdo rayos y truenos. Desde el primer d¨ªa, la derecha period¨ªstica se ceb¨® en ella.
-Como ya no era pol¨ªticamente correcto atacar el valor de la igualdad, se met¨ªan con la idea de crear este ministerio. Adem¨¢s, yo ten¨ªa otras papeletas: era joven, mujer y andaluza. No me regalaron nada, ni el beneficio de la duda.
Ella recordar¨ªa entonces una de las lecciones que recibi¨® de otro de sus maestros, Felipe Gonz¨¢lez, en la tranquilidad de Castellar de la Frontera: "La libertad de expresi¨®n es inversamente proporcional a la responsabilidad que ostentas".
Call¨® y trabaj¨®. Un a?o despu¨¦s, afirma: "hemos dado pasos de gigante". Temas complejos como el aborto, la trata de personas con fines de explotaci¨®n sexual, la violencia de g¨¦nero o la igualdad efectiva entre hombres y mujeres han recibido un fuerte impulso de esta joven mujer. Aunque se haya dejado algunos trozos de piel en el camino.
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