Adi¨®s, Carreras; hola, Carreras
La noticia de la despedida de Josep Carreras -luego desmentida por la propia fundaci¨®n que lleva su nombre- es una de esas cosas que sorprenden por no haberse le¨ªdo con atenci¨®n. "Carreras se despide de la ¨®pera", rezaban algunos titulares. Luego ven¨ªan los matices: de los papeles, de los montajes, especificaban. Pero ni eso. El propio Carreras dejaba la puerta abierta a papeles futuros: "Si se dan las condiciones", dec¨ªa. Aunque desde 2001 no se ha vuelto a disfrazar en un escenario. Fue de Sans¨®n, y en su casa, el Liceo.
?A qu¨¦ tanta alarma? The Times no contaba la semana pasada nada que no haya ocurrido hace ya varios a?os. Carreras se ha dedicado intensamente a los recitales -no m¨¢s de 60 actuaciones al a?o- y vale. Desde 1998, cuando estren¨® Sly, el tenor no ha vuelto a incorporar grandes papeles a un repertorio que empez¨® a rodar en los setenta, brill¨® como pocos en los ochenta y abarca caracteres verdianos, puccinianos, belcantistas y franceses.
Por otro lado, est¨¢n tambi¨¦n las ganas de jubilar a un icono de su generaci¨®n, el m¨¢s joven de los Tres Tenores. De ellos, sigue sobreviviendo con una energ¨ªa capaz de tumbar a un c¨ªclope, Pl¨¢cido Domingo. Los m¨¢s j¨®venes llegan desde atr¨¢s con fuerza y entre ellos reina la brillantez de la cantera latina, con Juan Diego Fl¨®rez al frente. Una partida de brillantes divos, adaptados al mundo de hoy.
Gracias al cielo y al arte supremo de una voz resistente, que ha superado baches como el de una leucemia, todav¨ªa no ha llegado la hora de su retirada definitiva. No cunda el p¨¢nico. Cuando se vaya, se acercar¨¢ el momento de hacer balances.
Hasta ahora, queda decir que Josep Carreras abri¨® caminos por esos mundos al fen¨®meno de una pujante ¨®pera espa?ola, fue marca de talento, uno de los ¨²ltimos tenores de amplio repertorio. Premio Pr¨ªncipe de Asturias y honoris causa por varias universidades, persona discreta a pesar de las distinciones, hincha del Bar?a y due?o de una bell¨ªsima voz: tersa, flexible, capaz de transmitir emoci¨®n pura, ¨ªntima, profunda, alejada de artificios. Una voz personal y ya de leyenda, pero todav¨ªa activa y audible sobre los escenarios.
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