Muletas orensanas hacia Senegal
Kilos de material sanitario esperan en Dakar a ser llevados al hospital de Louga
Ourense transporta 862 kilos de material solidario a Louga, la segunda ciudad de Senegal, despu¨¦s de Dakar. Los mil escasos kilos de ligero pero valioso instrumental sanitario (bistur¨ªes, c¨¢nulas, muletas, camillas...) llevan ya un tiempo en el puerto de Dakar, en espera de ser transportados a su destino final.
Casi mil kilos de material hospitalario, procedente de la buena disposici¨®n de un par de orensanos espoleados para la causa por los integrantes de una asociaci¨®n de prevenci¨®n de accidentes de tr¨¢fico. Sin ONG, sin instituciones de por medio. Sin conocer el sector. A la brava.
Todo empez¨® por amistad. El polic¨ªa local orensano Maxi Cid y el lougan¨¦s afincado en Ourense Omar Diallo urdieron el a?o pasado una trama de las buenas pr¨¢cticas para dotar al hospital de Louga -una ciudad de 80.000 habitantes, a 270 kil¨®metros de Dakar- del material que no ten¨ªa.
Un inmigrante y un polic¨ªa local crean un grupo humanitario sin intermediaros
"Yo soy musulm¨¢n y no puedo presumir de hacer donaciones", cuenta Diallo
Diallo sonr¨ªe satisfecho. "Fui de vacaciones y me encontr¨¦ a un amigo m¨ªo del colegio al que le faltan las piernas muy impedido: no tienen sillas de ruedas, ni muletas", explica Diallo el origen de esta improvisada ONG. Y en cuanto conoci¨® la historia, Cid, uno de los 16 voluntarios de la asociaci¨®n PAT (Prevenci¨®n de Accidentes de Tr¨¢fico), se implic¨® tambi¨¦n en el proyecto.
"Pedimos al hospital de Louga una relaci¨®n de sus necesidades; no quer¨ªamos caer en el error de esas ayudas humanitarias que suelen enviar justamente, aunque de buena fe, toneladas de lo que no se necesita", comenta el polic¨ªa local. El director del centro hospitalario de Louga les envi¨® una lista de dos folios con las necesidades de cada departamento: camillas, autoclaves, microscopios, cistoscopios, ventosas obst¨¦tricas, bistur¨ªes el¨¦ctricos y un sinf¨ªn de otros aparatos quir¨²rgicos. La relaci¨®n lleg¨® por fax a Ourense el 23 de mayo del a?o pasado. A partir de ah¨ª, el PAT ("un bombero, un par de polis locales, psic¨®logo y dos enfermeras", resume Cid) empez¨® la colecta.
El Complejo Hospitalario de Ourense acababa de estrenar las urgencias y una planta con nuevas dotaciones. El material antiguo se almacenaba en un bajo, listo para el olvido. El gerente no tuvo reparo en donarlo. La direcci¨®n provincial del Sergas les entreg¨® sillas de ruedas y andadores. "Fue todo sin publicidad, casi impulsivamente, nadie quer¨ªa figurar", comenta Cid.
La guinda a la colaboraci¨®n desinteresada la puso el gerente orensano de una empresa de transportes. Ten¨ªan el material, pero no el dinero para enviarlo a Senegal, as¨ª que abrieron tambi¨¦n esta puerta. La empresa respondi¨®: flet¨® la mercanc¨ªa por carretera hasta Barcelona y de ah¨ª a Valencia, en donde contrat¨® un barco hasta Dakar. All¨ª est¨¢ desde el mes pasado, a la espera de que un transportista la cargue y la lleve por fin a Louga. Casi un a?o despu¨¦s de iniciar la experiencia, los retales sanitarios orensanos est¨¢n a 270 kil¨®metros de su destino.
Tras nueve a?os en Cabo Verde, dos en Lisboa y siete en Ourense, Cid logr¨® en Galicia la visibilidad. "Es que era un invisible", define Maxi Cid. Un sin papeles, hasta que conoci¨® el PAT que en 2004, cuando Espa?a abri¨® la posibilidad de legalizaci¨®n a los inmigrantes, le consigui¨® un contrato de seis meses en una empresa orensana dedicada al ensamblaje de molduras de piezas para aviones, para que pudiera "hacerse visible".
Diallo deja contar a Cid y sonr¨ªe. Est¨¢ en plantilla. Se ha tra¨ªdo a su mujer y a sus hijos. Siete a?os en la misma empresa acreditan su responsabilidad. Y est¨¢ empadronado en Ourense, aunque a¨²n no tiene la nacionalidad espa?ola. Ahora se deja fotografiar con Cid para contar la historia de la colaboraci¨®n de su tierra de acogida con su pa¨ªs, pero no quiere que sus vecinos louganeses sepan de d¨®nde procede la ayuda. "No, no. Yo soy musulm¨¢n y no puedo presumir de eso", contesta cuando se le sugiere que ser¨¢ bien recibido en su tierra despu¨¦s de esto.
Diallo suele comprar alfombras para las mezquitas. Las entrega, junto con ropa de ni?o, a sus familiares para que las repartan, pero con la consigna de que no digan qui¨¦n las don¨®. "Le pido a mi sobrino que les diga que es cosa de un musulm¨¢n". "Es que ellos no tienen y yo s¨ª; no hago m¨¢s que lo que debo hacer", zanja.
La improvisada asociaci¨®n humanitaria no ha conseguido recopilar todos los aparatos que figuran en la lista que les envi¨® el director del hospital lougan¨¦s. Pero no han enviado nada que no vayan a usar. "Nos aseguramos de que si envi¨¢bamos una bombona de ox¨ªgeno se incluyesen tambi¨¦n mascarillas para usarla; ha estado todo muy calculado".
Un a?o de tr¨¢mites despu¨¦s, sin intermediarios, apenas con la buena voluntad de un pu?ado de orensanos, el centro hospitalario regional Amadou Sakhir Mbaye puede ir tirando.
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