Contra un mito de 200 a?os
La desigualdad en el continente no se remonta a la colonia sino a principios del siglo XX - La regi¨®n creci¨® al nivel de los pa¨ªses m¨¢s ricos entre 1860 y 1938
El rey Juan Carlos dio ayer el pistoletazo de salida de las conmemoraciones de los 200 a?os de las independencias latinoamericanas. Entre lo que queda de este a?o y el pr¨®ximo, el grueso de los pa¨ªses de la regi¨®n celebrar¨¢ el primer grito de libertad de la corona espa?ola. Habr¨¢ discursos revisionistas cr¨ªticos, los m¨¢s, y alguno que otro que intente mirar hacia adelante. En cualquier caso, ser¨¢ dif¨ªcil soslayar los puntos m¨¢s negros de la historia latinoamericana: la desigualdad y la exclusi¨®n social, y las crisis econ¨®micas cr¨®nicas.
Pero ni la desigualdad se remonta a la colonia -m¨¢s bien arranca en los albores del siglo XX- ni las crisis que han diezmado la regi¨®n son a?ejas, pues Latinoam¨¦rica perdi¨® el tren del desarrollo hace apenas 30 a?os.
La creaci¨®n de riqueza en la zona est¨¢ estancada desde hace 50 a?os
"En comparaci¨®n con el resto del mundo, la desigualdad no era alta en la Am¨¦rica precolombina ni lo fue durante la conquista y la colonizaci¨®n. Ni tan siquiera lo fue durante gran parte del siglo XIX. La desigualdad cr¨®nica de Am¨¦rica Latina es un mito", afirm¨® Jeffrey Williamson, profesor em¨¦rito y ex director del Departamento de Econom¨ªa de la Universidad de Harvard, en la conferencia sobre desigualdad en la historia econ¨®mica que organizaron el Instituto Figuerola de la Universidad Carlos III y la Fundaci¨®n Ram¨®n Areces la semana pasada en Madrid.
Jan Luiten van Zanden, vicepresidente de la Asociaci¨®n Internacional de Historia Econ¨®mica, y Peter Lindert, profesor de la Universidad de California-Davis, respaldaron la tesis de Williamson. "Es importante entender que hasta la industrializaci¨®n, Am¨¦rica Latina no era m¨¢s desigual que el norte de Europa. En una econom¨ªa agraria, de trabajadores poco cualificados, los desequilibrios son menores. Es en el siglo XX, cien a?os despu¨¦s de las independencias, cuando surge la desigualdad urbana. Es cuando los mayores salarios por el trabajo cualificado y la educaci¨®n disparan la brecha", concluyen Lindert y Van Zanden.
"Cuando a mediados del siglo pasado Juan Domingo Per¨®n, por ejemplo, hace su revoluci¨®n, quienes m¨¢s se benefician son los trabajadores de los sindicatos que apoyan al Gobierno. Pasa lo mismo en Chile durante el tiempo que Salvador Allende pudo gobernar: los estibadores y mineros fueron los m¨¢s beneficiados de sus pol¨ªticas. As¨ª que entre ¨¦stos y los dem¨¢s trabajadores, especialmente los del sector informal, se acentu¨® la desigualdad", explica Williamson.
Ninguno de los tres historiadores econ¨®micos cree que la desigualdad y la exclusi¨®n puedan reducirse de un zarpazo. Hoy, a las puertas del bicentenario, la mayor¨ªa de los Gobiernos de Am¨¦rica Latina se identifica con la izquierda, desde la m¨¢s moderada a la m¨¢s radical. ?Cu¨¢l es el mejor modelo para estrechar la brecha de la desigualdad? "Tomemos el ejemplo de Cuba, es la revoluci¨®n m¨¢s longeva. Redujo la desigualdad, pero tambi¨¦n se empobreci¨® la isla, y entre pobres las diferencias son menores. Es m¨¢s, puede que ahora aparezcan los desequilibrios entre quienes reciben dinero de sus familiares en Estados Unidos y los que no", cuenta Williamson. "La revoluci¨®n de Ch¨¢vez, en Venezuela, no s¨®lo no ha reducido la desigualdad, sino que la ha acentuado", explica Lindert. "Es un r¨¦gimen que s¨®lo se ha ocupado de crear clientelismo pol¨ªtico", a?ade.
En la historia econ¨®mica de Am¨¦rica Latina siempre ha habido dos jinetes del apocalipsis: la oligarqu¨ªa y el imperialismo. Ning¨²n historiador cuestiona las maniobras de los terratenientes primero, y las de los industriales despu¨¦s, para mantener sus privilegios en todos los pa¨ªses y con todos los reg¨ªmenes. Tampoco que Estados Unidos ha intervenido en la regi¨®n en defensa de sus intereses por encima de todo.
Pero, a pesar de todo esto, el historiador brit¨¢nico Victor Bulmer-Thomas, ex director del Instituto de Estudios Latinoamericanos de Londres -hoy Instituto de las Am¨¦ricas-, concluye en su libro La historia econ¨®mica de Am¨¦rica Latina desde la independencia que "las limitaciones externas, aunque formidables, nunca fueron abrumadoras (...) Las principales razones del relativo atraso de Am¨¦rica Latina se encuentran dentro de la propia regi¨®n (...) Nunca ha tenido el don de la oportunidad. El modelo de crecimiento guiado por las exportaciones cobr¨® impulso casi en proporci¨®n inversa a las ventajas comerciales de que disfrutaron las materias primas. Luego la regi¨®n se cerr¨® en pleno auge del comercio internacional y, por ¨²ltimo, lleg¨® la crisis de la deuda de los ochenta...".
En la conferencia en Madrid se sostuvo que Am¨¦rica Latina qued¨® rezagada en los ¨²ltimos decenios del siglo pasado. Refuta, entre otras ideas, la teor¨ªa de la dependencia, es decir, que sostiene que el fracaso de las econom¨ªas latinoamericanas se debe fundamentalmente a la herencia colonial -La herencia colonial de Am¨¦rica Latina, de Stanley J. y Barbara H. Stein es capital en esta tesis-. Si se compara el desarrollo econ¨®mico latinoamericano desde la independencia con el club de los pa¨ªses ricos de la Organizaci¨®n para la Cooperaci¨®n y el Desarrollo Econ¨®mico (OCDE), se observa que la regi¨®n mantuvo el paso de los pa¨ªses m¨¢s avanzados desde 1860 hasta 1938, y que en la segunda mitad del siglo XX cambia esta tendencia hasta que el declive se acent¨²a entre 1980 y 2000.
"La regi¨®n se cierra al mundo con su pol¨ªtica de sustituci¨®n de las importaciones en los ochenta, y cuando se abre en los noventa el proceso es nefasto. La liberalizaci¨®n se hace a medias, porque en muchas ocasiones lo que se denomin¨® privatizaciones s¨®lo supuso un traspado de los monopolios p¨²blicos a los privados", explica Leandro Prados de la Escosura, catedr¨¢tico de Historia Econ¨®mica de la Universidad Carlos III de Madrid. "La mayor¨ªa de los pa¨ªses de Am¨¦rica Latina alcanzaron su techo de riqueza entre finales de la II Guerra Mundial y 1960", sostiene Branko Milanovic, un economista del Banco Mundial experto en desigualdad global. "A partir de entonces, hubo picos y descensos pero, b¨¢sicamente, la creaci¨®n de riqueza est¨¢ estancada desde entonces. La ¨²nica excepci¨®n es Brasil, que desde hace unos a?os mantiene una l¨ªnea ascendente", a?ade.
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