El mercado de San Miguel reabre con dos puestos vac¨ªos
El centenario edificio se moderniza convertido en destino 'gourmet'
A algunos se les hac¨ªa la boca agua. Dentro, Esperanza Aguirre paladeaba una tarta sacher en la pasteler¨ªa austriaca V, sorb¨ªa un zumo de naranja natural y se dejaba tentar por el jam¨®n de Guijuelo. Fuera, los vecinos y alg¨²n turista descolocado se asomaban a los escaparates y preguntaban si pod¨ªan entrar. "A partir de las dos, se?ora". Por fin se inauguraba ayer el nuevo mercado de San Miguel, tras casi dos a?os de obras y seis de preparativos. De plaza de barrio a espacio gourmet al estilo del barcelon¨¦s mercado de la Boqueria. Ostras de Normand¨ªa, delicatessen de Lhardy, frutos secos de Can Gispert...
En muchos puestos -son 34 en total- no hab¨ªa dado tiempo ni a poner los carteles con el precio. Isabel, de 63 a?os, los buscaba desde el exterior. "No s¨¦ yo... Me parece que esto va a ser caro, caro". Su vecina Encarnaci¨®n asent¨ªa. "Seguramente, pero f¨ªjate qu¨¦ manzanas m¨¢s hermosas". Y segu¨ªan el tour de la cristalera, un escaparate gigante que permite ver toda la actividad del interior, remodelado respetando la estructura original de hierro, de 1916. La reforma del mercado -declarado Bien de Inter¨¦s Cultural- ha costado casi 20 millones de euros (incluida la compra del inmueble), con una subvenci¨®n de 600.000 euros de la Comunidad de Madrid.
Los ¨²nicos tenderos de la antigua plaza no estaban en la fiesta
Sorprend¨ªa ver dos puestos, el 47 y el 63, vac¨ªos. Sus inquilinos, el frutero Joaqu¨ªn Nieves y el pescadero Jos¨¦ Bonales, estaban en la calle. Con la vestimenta de trabajo y dos carteles al cuello en los que se le¨ªa: "Esperamos al notario para que nos den nuestros puestos". No les hab¨ªan invitado a la fiesta. "Ni nos han dejado entrar a preparar los negocios para abrir", se quejaba Nieves. Fueron los ¨²ltimos de San Miguel, los ¨²nicos comerciantes del antiguo mercado que se negaron a renunciar a sus contratos indefinidos de alquiler a cambio de una indemnizaci¨®n. "No hemos podido quedar antes con ellos para que montaran sus puestos", explic¨® un responsable. "Pero nuestra voluntad es que entren", a?adi¨®.
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