?Es saber dar clase, est¨²pido!
Internet ya ofrece gratis materiales universitarios de alto nivel, y es el principio
Cuenta la profesora Beatriz Gallardo que para mantener la tasa de universitarios en 2025 un pa¨ªs como India tendr¨¢ que abrir una universidad a la semana. Y cuenta Gallardo que la Unesco, responsable de la estimaci¨®n anterior, tambi¨¦n prev¨¦ que en alg¨²n momento un profesor dir¨¢: "No me importa atender a estos alumnos aunque no est¨¦n matriculados", y empezar¨¢ a resolver sus dudas por Internet. M¨¢s tarde ser¨¢ una universidad la que liquide esa diferencia. Luego empezar¨¢n a hacerse ex¨¢menes OCW, siglas de Opencourseware, el muy ambicioso plan, aunque no el ¨²nico, para que los profesores universitarios liberen en Internet los contenidos de sus asignaturas de modo que cualquiera con ganas y acceso a la Red pueda aprenderlos sin pagar un euro. Y ese d¨ªa (aunque esto Gallardo no lo dice as¨ª) la revoluci¨®n habr¨¢ triunfado.
"Es posible que la universidad tenga que cambiar su modelo de negocio"
Alicante lidera en Espa?a el consorcio internacional creado por el MIT
Para que vayan a clase habr¨¢ que dar a los alumnos un valor a?adido
La profesora de Logopedia y directora de la oficina OCW de la Universitat de Val¨¨ncia acaba de ser premiada por Universia (la gran red de universidades iberoamericanas patrocinada por el Santander) por su contribuci¨®n personal al consorcio con la asignatura An¨¢lisis Ling¨¹¨ªstico de las alteraciones del lenguaje.
Las primeras noticias de la OCW se remontan a 2001. Al anunciar el proyecto, Charles Vest, por entonces presidente del Instituto Tecnol¨®gico de Massachusetts (el MIT), declar¨®: "Es un golpe audaz que cambiar¨¢ el modo en que la red se usa en la educaci¨®n superior". En 2003, el MIT hizo efectiva la publicaci¨®n de las 500 primeras asignaturas. Dos a?os m¨¢s tarde impuls¨® un consorcio internacional. En 2008 la iniciativa del MIT, subvencionada por dos fundaciones estadounidenses, reun¨ªa cerca de 2.000 cursos mientras desde otros lugares del mundo se lanzaban proyectos paralelos, como el iberoamericano de Universia y el chino Core.
Los campus valencianos se unieron hace un par de a?os al proceso y, con la muy notable excepci¨®n de la Universidad de Alicante (quiz¨¢ el l¨ªder espa?ol en la materia), se encuentran en la fase de primeros brotes. En 2007 el vicerrectorado de Calidad y Convergencia Europea de la Universitat de Val¨¨ncia pregunt¨® a m¨¢s de 3.000 profesores si estar¨ªan dispuesto a poner sus cursos en Internet a disposici¨®n de cualquiera. Respondieron afirmativamente 36. Acabaron participando 10. A lo largo de este a?o el n¨²mero se triplicar¨¢.
Ofrecer en abierto los conocimientos, se?alan Gallardo y Fara¨®n Llorens, vicerrector de Tecnolog¨ªa e Innovaci¨®n Educativa de la Universidad de Alicante, exige superar unas cuantas barreras. Hay que aceptar que la creaci¨®n no va a reportar beneficios econ¨®micos (al contrario que con los libros de textos). Conviene hacerlos bien, porque el potencial grado de exposici¨®n es gigante. Y finalmente: lidiar con los derechos de autor no es f¨¢cil, y da trabajo.
Para confeccionar los materiales que utilizan en clase, muchos profesores emplean im¨¢genes, infograf¨ªas y ejercicios extra¨ªdos de libros y de la Red. Y es poco probable que eso les ocasione problemas. Pero cuando esos materiales se suben a Internet la cosa cambia. La oficina OCW de la Universitat de Val¨¨ncia trabaja en coordinaci¨®n con los servicios jur¨ªdicos y las ¨²nicas im¨¢genes que pueden verse, cuadros por ejemplo, pertenecen a la colecci¨®n de la propia universidad.
Los contenidos OCW est¨¢n sujetos a licencias Creative Commons: permiten utilizarlos libremente siempre que sea sin ¨¢nimo de lucro y se mencione su procedencia, as¨ª como realizar obras derivadas, salvo que se indique lo contrario.
De lo anterior se desprende que no basta con elaborar materiales dignos (y a ser posible en un ordenador: la leyenda cuenta que cuando el MIT puso en marcha el OCW descubri¨® que gran parte de los profesores segu¨ªa fabric¨¢ndolos a mano y en papel). Hay que llevar cuidado con no infringir los derechos de autor (y confiar en que las citas no sienten mal a otros colegas) y a ser posible traducir los materiales al menos al ingl¨¦s (en el sitio del MIT pueden encontrarse traducciones al chino) o, como en el caso de Gallardo, hacerlos traducir.
El esfuerzo tambi¨¦n tiene sus compensaciones. Muchos expertos, al menos de la rama de Humanidades, tienen que pagar para poder exponer sus investigaciones en un congreso, mientras que la Red les ofrece un auditorio mucho mayor gratis, comenta la profesora. Y est¨¢ tambi¨¦n la reflexi¨®n "coherente y ¨¦tica" de que una investigaci¨®n financiada con dinero p¨²blico deber¨ªa estar al alcance del mayor n¨²mero posible de personas.
Volvamos a la revoluci¨®n mencionada al principio. Si en la prehistoria de Internet la Red pone al alcance conocimientos de alta calidad acad¨¦mica en varios idiomas y soportes (grandes universidades como Stanford y Princeton han creado plataformas emparentadas con OCW, algunas de ellas s¨®lo en v¨ªdeo) dentro de un tiempo (digamos en 2025) es probable que en vez de asignaturas dispersas pueda estudiarse por la Red carreras completas impartidas por los mayores expertos en varios formatos. Y no se puede descartar que, como ha predicho la Unesco, profesores y universidades rompan la convenci¨®n actual que impide obtener t¨ªtulos universitarios a trav¨¦s del OCW. ?Para qu¨¦ har¨¢ falta ir a la universidad entonces si el mejor conocimiento est¨¢ disponible gratis?
"Es posible que la universidad, igual que le ha pasado a la industria vinculada a la m¨²sica, tenga que cambiar su modelo de negocio. ?Por qu¨¦ vendr¨¢n a clase? Porque les daremos un valor a?adido", afirma Fara¨®n Llorens. Dentro de 15 y de 25 a?os, dice Gallardo, Harvard seguir¨¢ siendo Harvard porque se mantendr¨¢ a la cabeza en investigaci¨®n y porque valdr¨¢ la pena ir a sus clases. Y esa capacidad de atracci¨®n, a?ade, a otra escala, podr¨¢ trasladarse a las universidades que sean capaces de actualizar su docencia a trav¨¦s de la innovaci¨®n. Que entrar en el aula signifique algo m¨¢s que sentarse a escuchar lo mismo que ya est¨¢ explicando en la pantalla un premio Nobel. La clave, a?ade Gallardo, consistir¨¢ en lograr que el nuevo alumno considere que es mucho m¨¢s valioso asistir a clase que quedarse en el bar.
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.