Una historia ejemplar
Pep Tosar tiene una trayectoria impecable como actor y director, con espl¨¦ndidas zambullidas en el mundo de S¨¹skind (La historia del se?or Sommer), Tabucchi (Rev¨¦s, R¨¦quiem) y Blai Bonet (La casa en obras), entre otras perlas. En los tres ¨²ltimos a?os pase¨® por los teatros p¨²blicos y privados de Barcelona el ambicioso proyecto de una adaptaci¨®n libre de Ivanov, de Ch¨¦jov, coescrita con el joven dramaturgo Albert Tola, y todas las puertas se le cerraron en las narices. El espect¨¢culo, Molts records per Ivanov (Muchos recuerdos para Ivanov) se estren¨® al fin el pasado septiembre, al parecer en condiciones paup¨¦rrimas y durante diez ¨²nicos d¨ªas, en el Principal de Palma. Para poder exhibir la obra en Barcelona y seguir haciendo teatro, Tosar y su banda optaron por la "soluci¨®n porte?a": alquilar y reabrir el C¨ªrculo Mald¨¢, una sala de 70 butacas, en el coraz¨®n del barrio G¨®tico, donde pude verla la semana pasada. Que santa Luc¨ªa conserve la vista a nuestros benem¨¦ritos programadores, porque Muchos recuerdos para Ivanov es una de las propuestas m¨¢s originales, intensas y cuidadas de la temporada. Se comprende, sin embargo, la reiterada ceguera: no tiene nombres "populares" en su reparto, no es "divertida" -todo lo contrario: exhala la melancol¨ªa asfixiante (y la belleza) del cine de Philippe Garrel- y hace gala de una inusual complejidad formal y tem¨¢tica.
Vayan al Mald¨¢ si quieren ver una interpretaci¨®n plet¨®rica de fuerza y elegancia, emotiva, pero sin apelar jam¨¢s a la sensibler¨ªa
"Ante la crisis, exuberancia" parece haber sido la divisa de Pep Tosar y Albert Tola (atenci¨®n a este autor), que inyectan en su versi¨®n materiales tan diversos como un sulf¨²rico discurso de Bernhart, un relato (Ich Sterbe) de Nathalie Sarraute, la despedida de La gaviota, la requisitoria final de Pasolini en Ostia, y canciones de Pink Floyd y Paul Simon interpretadas en directo. El Ivanov original es aqu¨ª Ivan (Pep Tosar), un escritor y hombre de teatro, que harto de luchar contra todo y contra s¨ª mismo ha perdido el impulso vital. Su esposa, Anna (Lina Lambert), enferma terminal, hace venir de Londres a su eterno amigo, Eugeni (Blai Llopis), para rodar un documental sobre la vida y obra de su marido que les permita salir del agujero. La obra comienza en 2005, con la evocaci¨®n elegiaca de Eugeni y se despliega en un caleidoscopio de tiempos y texturas. El espacio esc¨¦nico duplica el estudio presente de Ivan y el de su pasado, donde "habitan" los dobles juveniles (Xavi Frau, Laura Aubert) de la pareja. Ambos espacios est¨¢n separados por un tul donde se proyectan en s¨²per 8 los recuerdos del romance, ¨¤ la Jules et Jim, de los protagonistas en el Londres de los a?os setenta, y, en v¨ªdeo, los testimonios del documental y las visitas a la cl¨ªnica (excelente trabajo f¨ªlmico de Miguel ?ngel Rai¨®). Tosar carga sobre sus espaldas con un personaje dificil¨ªsimo, rebosante de amargas razones pero narcisista, neur¨®tico y cobarde hasta decir basta, y resuelve con gran sabidur¨ªa el contraste entre la vehemencia de su discurso y su par¨¢lisis emocional. Hay que aplaudirle, igualmente, la generosidad de haber construido con Tola el estupendo personaje de Anna, elevada a centro y eje de la funci¨®n: una mujer libre y valiente, demolida por la enfermedad pero sin perder nunca el humor ni la fuerza. Lina Lambert, nuestra actriz m¨¢s brit¨¢nica, se consagra aqu¨ª en un trabajo que corta el aliento: vayan al Mald¨¢ si quieren ver una interpretaci¨®n plet¨®rica de fuerza y elegancia, emotiva hasta las l¨¢grimas pero sin apelar jam¨¢s a la sensibler¨ªa. Blai Llopis (sobrio, contenido) es un Eugeni obstinado en ser el fiel de la tensa balanza, hasta que se rompe de dolor en la hermosa escena (con ecos del Rock'n'Roll de Stoppard) en la que rememora con Ivan el primer encuentro de los tres y acaba salmodiando Wish You Were Here a modo de responso. Hay otra escena maravillosa en la que Anna, ya deshauciada, interpreta al piano Feeling Groovy, y la m¨²sica y el di¨¢logo, que va de la ¨²ltima copa de champ¨¢n de Ch¨¦jov hasta la memoria de La gaviota que ella protagoniz¨®, unen como nunca hasta entonces a la pareja y abren la puerta al portentoso tercio final, donde se produce un ambiguo y desesperado acto de amor de Ivan hacia su esposa y el juego de espejos roza la alquimia. Tienen que verlo, porque mi resumen no le hace justicia. Los actores que en la primera parte encarnaban a los j¨®venes amantes vuelven como Nico y Sacha, dos adolescentes que son, claro est¨¢, su vivo retrato, fascinados ambos por los relatos de Ivan y las interpretaciones de Anna, y que van a interpretar a Treplev y Nina en el documental, cumpliendo la promesa de la escena inicial: un imposible cruce entre Ivanov y La gaviota.
Es un enorme momento teatral, epif¨¢nico y terrible, en el que laten y se entrecruzan m¨²ltiples sentidos, y que recuerda las estrategias del mejor Benet i Jornet: durante el ensayo, los adultos contemplar¨¢n en sus dobles el pasado irrecuperable y la plena promesa de futuro; el instante fugaz quedar¨¢ fijado para siempre por el arte; Anna encontrar¨¢ en Sasha una heredera, y el suicidio de Treplev anticipar¨¢ el pistoletazo de Ivan. Coda majestuosa, estremecedora: mientras Ivan carga su arma, Sasha al viol¨ªn y el fantasma de Anna al piano interpretan juntas Wish You Were Here al otro lado del espejo. Sacamos la cabeza del agua, respiramos, nos miramos como si hubi¨¦ramos viajado en la m¨¢quina del tiempo de Perdidos, como si Ch¨¦jov hubiera escrito un episodio de A dos metros bajo tierra. ?Todo esto ha sucedido? S¨ª, ha sucedido, est¨¢ sucediendo cada noche en el C¨ªrculo Mald¨¢, y pronto deber¨ªa suceder en otros teatros espa?oles. ?Pegas? Siempre hay alguna. A Xavi Frau y Laura Aubert, impecables como Nico y Sacha, Tosar les ha marcado unos j¨®venes Ivan y Anna fren¨¦ticos y sobrecargados de encanto, que llegan a fatigar, y quiz¨¢s hay tambi¨¦n un cierto chapoteo en el dolor, un exceso de goce, que dir¨ªa monsieur Lacan, durante la primera parte, hasta que la poes¨ªa y la belleza vencen a la desesperanza. Y el coraje, y el amor al teatro de todo el equipo, que han luchado contra viento y marea para hacer esta funci¨®n. Ah¨ª est¨¢ y ah¨ª est¨¢n, invictos: ¨¦sa es la ejemplaridad definitiva de esta historia. -
Molts records per Ivanov. C¨ªrculo Mald¨¢. Barcelona. Hasta el 31 de mayo
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