Derechos humanos, valores asi¨¢ticos y feminismos

Uno de los debates de mayor inter¨¦s que se han producido en torno a la universalidad de los derechos humanos es el relativo al estatuto de los "valores asi¨¢ticos". Su n¨²cleo fuerte, pese a la gran variedad de religiones e ideolog¨ªas en Asia, se identifica con la tradici¨®n del confucionismo como sabidur¨ªa milenaria. La interpretaci¨®n que de este se ha llevado a cabo en diferentes momentos hist¨®ricos responde a las necesidades que se plantean en cada presente. Son ¨¦stas las que orientan una reconstrucci¨®n selectiva y una enfatizaci¨®n de diferentes aspectos de esta macroideolog¨ªa. Una reconstrucci¨®n de estas caracter¨ªsticas responde a lo que Hobsbawn ha llamado "invenci¨®n de la tradici¨®n", es decir, la refuncionalizaci¨®n de la misma acorde con las exigencias de legitimaci¨®n de una determinada situaci¨®n hist¨®rica. En este sentido, Gladys Nieto (en Mujeres, globalizaci¨®n y derechos humanos) nos informa de que ha tenido lugar una apropiaci¨®n de Max Weber como instancia de justificaci¨®n de las peculiaridades del "modelo asi¨¢tico de desarrollo". En efecto, ¨¦l puso de manifiesto afinidades electivas entre el esp¨ªritu asc¨¦tico de los primeros empresarios calvinistas y la consecuci¨®n de unos logros en las empresas que se interpretaban como signo de estar en gracia con la divinidad. Por su parte, el confucionismo valora enf¨¢ticamente la disciplina en el trabajo. Sin embargo, Weber es un liberal que afirm¨® que el capitalismo no hab¨ªa podido arraigar en China porque determinados procesos de racionalizaci¨®n en la vida social all¨ª no tuvieron lugar. As¨ª, que se lo invoque para justificar lo que de idiosincr¨¢sico tendr¨ªa el "modelo asi¨¢tico de desarrollo" no deja de ser sorprendente y parad¨®jico. Pues el confucionismo, por su parte, es una ideolog¨ªa de impronta comunitarista. Este fen¨®meno pone de manifiesto el n¨²cleo constitutivo de ambig¨¹edad que encontramos en las religiones o cuerpos de doctrina de gran implantaci¨®n en el espacio y en el tiempo, en la medida en que se ven en la necesidad de suscitar amplios consensos entre sectores muy amplios y heterog¨¦neos de poblaci¨®n distribuidos a lo largo del espacio y del tiempo.

El confucionismo hace a las mujeres responsables de la organicidad social, lo que siempre viene a traducirse en abnegaci¨®n y subordinaci¨®n

Si tenemos en cuenta el n¨²cleo de ambig¨¹edad al que nos hemos referido, no nos extra?ar¨¢ demasiado que nuestra especialista en antropolog¨ªa de China y en Derechos Humanos nos presente a un intelectual neoconfuciano de la primera generaci¨®n, Feng Youlan, autor del llamado "m¨¦todo de herencia abstracto". Nuestro pensador redefin¨ªa principios del pensamiento tradicional confuciano en t¨¦rminos tales que pudieran ser pertinentes para la sociedad socialista del mao¨ªsmo: ¨¦nfasis en la importancia de la educaci¨®n, imitaci¨®n de modelos ejemplares... Parece como si el culto a la personalidad del l¨ªder comunista pudiera ser encajado sobre el estrato de la veneraci¨®n a los mayores, caracter¨ªstica de una doctrina que valora el principio jer¨¢rquico. Despu¨¦s, ca¨ªdo el mao¨ªsmo y en el contexto de la lucha por la universalizaci¨®n de los Derechos Humanos, se ha podido contraponer al "chantaje de la Ilustraci¨®n" el pedigr¨ª de la presunta superioridad moral de los valores genuinos e idiosincr¨¢sicos del confucionismo, considerados como los que verdaderamente se adecuan a su medio social e hist¨®rico.

Y bien, ?qu¨¦ sucede con las mujeres en medio de estos avatares sociohist¨®ricos e ideol¨®gicos? La antrop¨®loga Virginia Maquieira, apoy¨¢ndose en los an¨¢lisis de Nieto, se refiere a "los discursos patriarcales... que acent¨²an las cualidades de 'buena madre y esposa virtuosa'... que est¨¢n legitimando la restauraci¨®n de un estatus tradicional para las chinas y su vuelta al hogar por el repliegue de la econom¨ªa planificada en China y las reformas emprendidas por la introducci¨®n del libre mercado". Estos discursos se relacionan "con los llamamientos a la armon¨ªa familiar procedentes de los valores asi¨¢ticos y la revitalizaci¨®n de la tradici¨®n confuciana impulsada por las ¨¦lites pol¨ªticas e intelectuales". Las ideolog¨ªas de impronta comunitarista, como lo es el confucionismo, hacen a las mujeres responsables de la organicidad social, lo que siempre viene a traducirse en abnegaci¨®n y subordinaci¨®n. En lo que concierne al feminismo, no es de extra?ar en este contexto que haya sido "cooptado por el Estado" desde principios del siglo XX, cuando los republicanos derrocaron el r¨¦gimen din¨¢stico. Fue tambi¨¦n -mutatis mutandis- ¨¦sta la estrategia que adopt¨® el comunismo chino cuando, como lo recuerda Nieto, hace sostener a las mujeres "la mitad del cielo". En la actualidad, las f¨¦minas pretenden legitimar su propia "invenci¨®n de la tradici¨®n" como lo hacen algunas musulmanas con la tradici¨®n cor¨¢nica. Por su parte, las intelectuales feministas chinas que proceden de la "di¨¢spora" introducen perspectivas y elementos din¨¢micos que les dan m¨¢s juego para dialogar con la tradici¨®n de las abstracciones ilustradas -individuo, sujeto, ciudadana- que ha sido el caldo de cultivo hist¨®rico de las vindicaciones feministas. Estas militantes se sit¨²an en la l¨ªnea del di¨¢logo que -Gladys Nieto nos informa- mantienen acad¨¦micos e intelectuales entre "los marcos tradicionales filos¨®ficos y/o religiosos asi¨¢ticos" y nuestra tradici¨®n occidental. Esta tarea "conlleva enormes dificultades te¨®ricas y metodol¨®gicas", pero constituye un desaf¨ªo que es preciso afrontar "para que la fundamentaci¨®n del marco internacional de los derechos humanos se realice a trav¨¦s de un proceso democr¨¢tico e igualitario".

Celia Amor¨®s es catedr¨¢tica de la UNED y premio Nacional de Ensayo 2006 por La gran diferencia y sus peque?as consecuencias ... para las luchas de las mujeres (C¨¢tedra)