A 100 kil¨®metros de la bomba
Pakist¨¢n tiene instalaciones nucleares muy cerca del ¨¢rea del conflicto que enfrenta al Ej¨¦rcito y a los integristas
El reciente avance talib¨¢n hacia Islamabad ha reavivado el temor internacional a que los extremistas puedan hacerse con armas nucleares. M¨¢s que la posibilidad de que tomen el poder, preocupa el riesgo de que se infiltren en las instalaciones en las que se fabrican o intercepten un traslado de material que les permita elaborar una bomba sucia. El centro de enriquecimiento de uranio de Gadwal est¨¢ a menos de 100 kil¨®metros del distrito de Buner, donde el Ej¨¦rcito lleva tres semanas tratando de desalojar a los insurgentes. De ah¨ª que Francia haya ofrecido cooperaci¨®n en materia nuclear al presidente, Asif Zardari.
La sola menci¨®n de que sus armas nucleares corran riesgo de caer en manos de los talibanes indigna a los paquistan¨ªes. "Ese debate empez¨® ya en los a?os noventa, mucho antes de que aparecieran los talibanes", recuerda Khalid Rahman, director del Instituto de Estudios Pol¨ªticos, un centro no gubernamental. "Entonces se dec¨ªa que Pakist¨¢n no era capaz de garantizar la seguridad de sus armas nucleares. Despu¨¦s de 25 a?os, ha quedado desmentido". Rahman se muestra convencido de que la inquietud occidental al respecto es "m¨¢s propaganda que realidad".
Un reciente art¨ªculo del diario The New York Times recog¨ªa la preocupaci¨®n de varios altos funcionarios estadounidenses de que los radicales islamistas accedan a las armas. Mencionaban la posibilidad de que los insurgentes provoquen un incidente que lleve a Pakist¨¢n a mover las armas y alguien desde dentro les facilite los datos que les permitan interceptarlas. Otro riesgo es que alg¨²n simpatizante logre colocarse en alguna instalaci¨®n nuclear.
"Es rid¨ªculo", responde el comodoro retirado y analista militar Tariq Majeed. "No existe la m¨¢s m¨ªnima posibilidad de que se acerquen a ellas". En su opini¨®n, la amenaza que presentan los talibanes no llega hasta ese punto. "Pakist¨¢n atraviesa una situaci¨®n muy dif¨ªcil a causa de los extremistas, pero se trata de una fuerza muy peque?a, limitada al norte del pa¨ªs y que terminar¨¢ siendo eliminada", a?ade.
No obstante, los dos reactores de Khushab, unos 200 kil¨®metros al sur de Islamabad, se encuentran muy cerca de la Provincia de la Frontera Noroccidental, por la que la insurgencia talib¨¢n ha logrado extenderse. Algunos observadores tambi¨¦n consideran vulnerable la planta de enriquecimiento de uranio de Gadwal, a 96 kil¨®metros al sur del distrito de Buner.
Pakist¨¢n no ha firmado el Tratado de No Proliferaci¨®n Nuclear y mantiene en secreto tanto el n¨²mero de sus armas at¨®micas como los lugares donde las guarda. A¨²n as¨ª, los expertos calculan que puede contar con entre 60 y 100 cabezas. La responsabilidad formal sobre el arsenal recae en la Autoridad de Mando Nacional, que encabeza Zardari y que incluye tambi¨¦n a los responsables militares y del servicio secreto. Sin embargo, existe la convicci¨®n de que su control real est¨¢ en manos del jefe del Estado Mayor, el general Ashfaq Kayani. Su custodia corresponde al Departamento de Planes Estrat¨¦gicos, que dirige el general Khalid Kidwai.
Los portavoces oficiales siempre han negado que exista ninguna vulnerabilidad. A finales de abril, ante las dudas recogidas en varios medios de comunicaci¨®n internacionales, la Junta de Jefes de Estado Mayor emiti¨® un comunicado tach¨¢ndolas de "infundadas" y de crear una "alarma innecesaria". El m¨¢ximo ¨®rgano militar paquistan¨ª insist¨ªa en "los robustos controles de custodia y diferentes niveles de protecci¨®n que aseguran la infalibilidad de la seguridad" de su arsenal.
Aunque por razones obvias no existe informaci¨®n detallada de en qu¨¦ consisten esos sistemas, a lo largo del tiempo se han ido conociendo algunos datos. El anterior presidente, el general Pervez Musharraf, declar¨® en 2007 que las armas se encontraban "desmontadas", lo que se interpret¨® como que las cabezas nucleares se mantienen separadas de los misiles bal¨ªsticos encargados de llevarlas a sus eventuales objetivos.
El general Kidwai, por su parte, ha dicho que pueden ensamblarse muy r¨¢pidamente en sus sistemas de lanzamiento. Eso exigir¨ªa el traslado de los componentes, un proceso en el que podr¨ªan ser vulnerables. Sin embargo, su acceso est¨¢ protegido por una serie de candados electr¨®nicos que los militares paquistan¨ªes consideran lo suficientemente seguros para que ni extremistas isl¨¢micos ni eventuales saboteadores indios puedan acceder a ellos.
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