Incompetencias b¨¢sicas

Muchas de mis dudas sobre hacia d¨®nde camina la educaci¨®n en Espa?a y en concreto en la comunidad en la que soy docente, Extremadura, quedaron resueltas el 14 de mayo.

Se celebr¨® ese d¨ªa en los centros de secundaria la evaluaci¨®n de diagn¨®stico auton¨®mica, mediante unas pruebas que pretenden, seg¨²n la junta, valorar la capacidad de los alumnos ("y alumnas", dir¨ªan ellos y ellas) para aplicar los conocimientos adquiridos en situaciones de la vida ordinaria.

El diagn¨®stico ser¨¢, sin duda, una salud de hierro y un futuro prometedor, a tenor del p¨¦simo nivel de las propias pruebas y en consonancia con la obsesi¨®n pol¨ªtica por una educaci¨®n no de calidad, sino de cantidad (los tantos por ciento que pregonan el ¨¦xito acad¨¦mico, falseando la realidad).

Mis alumnos y yo asistimos at¨®nitos al desarrollo de la prueba de comprensi¨®n oral.

Una comisi¨®n t¨¦cnica integrada por profesionales que la direcci¨®n general de turno design¨® ha elaborado un CD en el que dos personas leen -sin el m¨ªnimo exigible de entonaci¨®n y flui-dez- una entrevista cuyas preguntas y respuestas reflejan el ideario tecnologizador que invade febrilmente la pol¨ªtica educativa auton¨®mica y nacional.

Y esto s¨ª que es una pandemia, y nadie parece alertarse. Har¨¦ llegar esta carta si el software libre, la bandera que enarbola la Consejer¨ªa de Educaci¨®n extreme?a, permite que desarrolle, yo tambi¨¦n, mi competencia en comunicaci¨®n ling¨¹¨ªstica.