India vota por la estabilidad
La coalici¨®n gubernamental, que lidera el Partido del Congreso, roza la mayor¨ªa absoluta
Los 714 millones de electores de India, una de las potencias emergentes del siglo XXI, votaron por la estabilidad y apoyaron masivamente a la gobernante Alianza Progresista Unida (UPA, en sus siglas en ingl¨¦s) que lidera el Partido del Congreso. En contra de todos los pron¨®sticos que vaticinaban un Parlamento atomizado, los votantes que en las elecciones de sus respectivos Estados hab¨ªan elegido partidos regionales, se han decantado a nivel nacional por la formaci¨®n pol¨ªtica que ha gobernado el pa¨ªs durante 50 de sus 62 a?os de historia independiente.
"Al final, las gentes de India saben lo que es bueno para ellas y siempre eligen lo mejor", declar¨® la presidenta del Congreso, Sonia Gandhi, en una conferencia de prensa con el primer ministro, Manmohan Singh.
La izquierda ha sufrido, y los partidos comunistas se han desplomado
Despu¨¦s de un largo mes de elecciones, en que los ¨²ltimos Estados votaron el mi¨¦rcoles pasado, la Comisi¨®n Electoral comenz¨® ayer a las ocho de la ma?ana (tres horas y media menos en la Espa?a peninsular) el recuento de las m¨¢s de 100.000 urnas electr¨®nicas. Los resultados sorprendieron no s¨®lo a la poblaci¨®n sino tambi¨¦n a la inmensa mayor¨ªa de los pol¨ªticos.
Los indios, con el poder del voto en su mano, siguen siendo impredecibles tanto para sus gobernantes como para sus intelectuales. En 2004, el Congreso se alz¨® con una victoria que todos daban al entonces gobernante Partido Bharatiya Janata (BJP).
Aunque los resultados definitivos no se tendr¨¢n hasta hoy o ma?ana, anoche la comisi¨®n otorgaba al Partido del Congreso 204 esca?os, frente a los 145 que obtuvo en las anteriores elecciones. La UPA, con 260 diputados, estaba tan s¨®lo a 12 esca?os de la mayor¨ªa absoluta. La Lok Sabha (C¨¢mara del Pueblo o Parlamento) tiene 545 asientos, pero dos son para anglo-parlantes elegidos por el jefe del Estado.
"El lunes ser¨¢ un buen d¨ªa para la Bolsa", comentaba el representante de un banco europeo. "India necesita estabilidad para atraer inversi¨®n extranjera e impulsar su desarrollo", a?adi¨®.
Manmohan Singh, de 76 a?os, considerado el arquitecto de la reforma econ¨®mica india iniciada en 1991 cuando ¨¦l era ministro de Finanzas, se mostr¨® claramente satisfecho de la "fe que el pueblo ha vuelto a depositar en el Congreso". No hay duda de que buena parte de la victoria se debe a este magn¨ªfico negociador, de una honorabilidad muy dif¨ªcil de encontrar en la corrupta clase pol¨ªtica india.
La econom¨ªa ha sido un importante factor en las elecciones, mucho m¨¢s que el terrorismo pese a que, seg¨²n Singh, la guerrilla naxalita, de ideolog¨ªa mao¨ªsta, "es el mayor problema que India enfrenta en la actualidad". Con cientos de millones de personas que no se han beneficiado del crecimiento econ¨®mico que ha convertido a India en una potencia emergente, la promesa de llevarles desarrollo ha jugado un importante papel.
Empe?ado en que el futuro de este pa¨ªs, que posee armas at¨®micas, pasaba por el acuerdo nuclear con EE UU, que permitir¨¢ a India acceso a la tecnolog¨ªa nuclear occidental para uso civil, Singh dej¨® que los comunistas salieran de la coalici¨®n gubernamental y convenci¨® a otras formaciones pol¨ªticas de la conveniencia de apoyar a la UPA hasta el final de la legislatura.
Los resultados electorales fueron un duro rev¨¦s para el BJP, integrista hind¨² y principal partido de la oposici¨®n, que confiaba en poder desbancar, junto con sus aliados, a la coalici¨®n gobernante. Con respecto a 2004, el BJP ha perdido cuatro diputados y se ha quedado en 118. Analistas como Smita Gupta, de la revista Outlook, ven como un "lastre" el liderazgo de L.K. Advani, de 81 a?os y responsable de los disturbios que llevaron en 1992 a la destrucci¨®n de la mezquita de Ayodhya y a la matanza que se desat¨® despu¨¦s. Tampoco le ha ayudado el discurso feroz antimusulm¨¢n (en India viven 160 millones de musulmanes) de Varun Gandhi, primo hermano de Rahul, aunque sus familias est¨¢n enfrentadas desde los tiempos de Indira, asesinada en 1984.
Pero ha sido la izquierda la que m¨¢s ha sufrido en estas elecciones, incluso en sus bastiones tradicionales de Bengala Occidental y Kerala, donde los partidos comunistas se han desplomado. El llamado Tercer Frente, que ofrec¨ªa una alternativa izquierdista y al que se adscrib¨ªan varios partidos regionales, ha obtenido 67 esca?os.
Mayawati, la primera miembro de la casta dalit (los antiguos intocables) en llegar a gobernar un Estado, ha visto quebrada su carrera hacia la pol¨ªtica nacional. Jefa del Gobierno de Uttar Pradesh (175 millones de habitantes, el Estado m¨¢s poblado de India) su partido, que pretend¨ªa extenderse por los Estados vecinos, ha quedado confinado a ¨¦ste con una veintena de esca?os, casi los mismos que ten¨ªa.
Rahul Gandhi, a quien todo el abanico pol¨ªtico indio ve ya como primer ministro en un plazo de uno o dos a?os, se ha felicitado de que las votaciones se hayan realizado dejando a un lado "la religi¨®n y la casta". "?ste es el mandato de la juventud", dijo anoche en presencia de su hermana Priyanka, quien a pesar de su participaci¨®n en las campa?as electorales todav¨ªa no se ha lanzado al ruedo pol¨ªtico.
"Los resultados dan al Gobierno mucha m¨¢s libertad de acci¨®n de la que tiene ahora y de la que esperaba tener, porque ya no necesita el apoyo de los comunistas", declar¨® el presidente del Centro de Investigaci¨®n Pol¨ªtica, Pratap Bahnu. Ni Singh, ni Sonia Gandhi, que son los que en estos cuatro a?os pasados han batallado con los aliados para mantener a flote el Gobierno, quer¨ªan volver a depender de los comunistas. Las diferencias en pol¨ªtica exterior y relaciones internacionales son casi insalvables, como demostr¨® la ruptura de la coalici¨®n.
Los cielos de Nueva Delhi al igual que los de otras ciudades indias se iluminaron anoche con los colores de los fuegos artificiales de miles de simpatizantes que cantaban y bailaban por las calles el triunfo de su partido. Muchos agitaban la bandera de India y banderines con una mano extendida, el s¨ªmbolo del Congreso.
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