El Nuevo Occidente
Espa?a se sumar¨¢ a Iberoam¨¦rica para celebrar el bicentenario de las independencias
En 2010 y 2011, la pr¨¢ctica totalidad de la Iberoam¨¦rica de lengua espa?ola celebrar¨¢ el bicentenario de las guerras de independencia de Espa?a. Las fechas son inevitablemente arbitrarias, porque aparte de que no coinciden en cada pa¨ªs, en 1810 nadie proclam¨® independencia alguna, sino que la ciudadan¨ªa criolla asumi¨® los destinos nacionales ante la dimisi¨®n de la Corona espa?ola, secuestrada por Napole¨®n. Y esa lucha por la libertad, paralela a los enfrentamientos en la pen¨ªnsula por la Constituci¨®n de 1812, fue una guerra civil entre espa?oles de dos mundos, en la que no todos los peninsulares pelearon por el trono y s¨ª muchos de los americanos lo hicieron por la Corona.
Esta semana el Rey, el presidente del Gobierno, Jos¨¦ Luis Rodr¨ªguez Zapatero, y el embajador espa?ol extraordinario ante los bicentenarios, el socialista Felipe Gonz¨¢lez, han solemnizado en un acto institucional la incorporaci¨®n de Espa?a a las celebraciones. Como ya hab¨ªa dicho el ministro de Asuntos Exteriores, Miguel ?ngel Moratinos, se tratar¨¢ de una participaci¨®n entusiasta pero prudente; Espa?a acompa?ar¨¢ gustosa a los pa¨ªses iberoamericanos en los fastos, pero sin reclamar por ello protagonismo alguno.
Nuestro pa¨ªs tiene que estar en el recordatorio de ese tiempo com¨²n con Iberoam¨¦rica, pero con el fin de ayudar, colaborar, integrar. En ese mismo sentido, Moratinos propuso en el acto una Am¨¦rica Latina que, junto con Europa y Estados Unidos, constituyera un nuevo Occidente, la tercera pata, pero no por ello supeditada a las otras dos, en una gran construcci¨®n de progreso y libertad.
Pero el empe?o no es precisamente balad¨ª, a causa de la complejidad que siempre han revestido las relaciones entre Espa?a y las Indias, en las que no mucho ha sido alabanza del pasado. Y ello es a¨²n m¨¢s as¨ª en este inicio de siglo, en el que el leg¨ªtimo auge del indigenismo en Bolivia y la b¨²squeda de un cierto socialismo del siglo XXI en Venezuela, arrojan una sombra sobre ese apellido de todos que podr¨ªa ser lo occidental. Ante esa realidad, no hay m¨¢s receta para la diplomacia espa?ola que el respeto a la idea de sociedad que cada pa¨ªs desarrolle en democracia, junto a la cooperaci¨®n econ¨®mica con todos. Como dijo Felipe Gonz¨¢lez, "una carretera une m¨¢s que cien discursos", y Espa?a ha de saber hablar con los hechos, lo que incluye tambi¨¦n la cartera; a¨²n en tiempo de crisis.
Espa?a ha sido partera de Iberoam¨¦rica, y no solo por razones hist¨®ricas, y hoy econ¨®micas -un 10% del PIB espa?ol se ha generado estos ¨²ltimos a?os en la regi¨®n- ha de estar presente de forma especial en esa parte del mundo. Por ello, lo que Espa?a represente para los iberoamericanos ser¨¢ en gran medida lo que cuente en Europa y el mundo. Esa es la raz¨®n por la que deber¨ªa interesar a todos la construcci¨®n de un camino com¨²n con Iberoam¨¦rica, bien que siempre en el respeto a la diferencia. Esa y no otra es la democracia de Occidente.
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
?Tienes una suscripci¨®n de empresa? Accede aqu¨ª para contratar m¨¢s cuentas.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.