Un punto negro en el mapa
Ocho homicidios desde 1945 en un solo edificio de la calle de Antonio Grilo
Si existiese un mapa de Madrid con los homicidios del ¨²ltimo siglo, tendr¨ªa un punto negr¨ªsimo a la altura del n¨²mero 3 de la calle de Antonio Grilo. Una fachada anodina en una tranquila traviesa de San Bernardo tras la que se han cometido ocho asesinatos. En 1945 unos ladrones mataron al camisero del primero; en 1964 la vecina del tercero estrangul¨® a su beb¨¦ y la polic¨ªa lo encontr¨® en un caj¨®n del armario. Dos a?os antes, en el mismo piso, un sastre hab¨ªa asesinado a su mujer y a sus cinco hijos antes de pegarse un tiro. Fue el primero de mayo de 1962, y la ciudad en fiesta no pod¨ªa creer la masacre: una familia feliz, cuyo patriarca, agobiado por la construcci¨®n de un chal¨¦ en la sierra, dijo o¨ªr voces que le obligaron a hacerlo. La prensa la llamaba "la casa maldita".
El Ayuntamiento elabora un programa inform¨¢tico que cartograf¨ªa los delitos
La mayor¨ªa de los sucesos se producen en los distritos de la almendra central
Si existiese ese mapa, la calle de Antonio Grilo ser¨ªa una anomal¨ªa, pero ese mapa no existe. Lo m¨¢s parecido a una cartograf¨ªa del crimen en Madrid es el Atlas de la Seguridad de 2007, un libraco lleno de planos de colores que marcan d¨®nde se cometieron robos, asaltos, peleas, violaciones, y del que se extraen cosas tan curiosas como que la gente tiene m¨¢s miedo en los barrios m¨¢s ricos que en los m¨¢s peligrosos. "L¨¢stima que el d¨ªa que terminamos el atlas, dej¨® de ser ¨²til", dice Manuel Correa Gamero, director del Observatorio de Seguridad del Ayuntamiento de Madrid. Un "mapa de riesgo" tiene que estar vivo para servir a sus fines. Por ello, el Observatorio est¨¢ creando, junto a otras ciudades europeas, un "sistema inteligente de gesti¨®n de la ciudad", un software que cartograf¨ªa en tiempo real las incidencias que ocurren y que avisa de las que pueden ocurrir. "Es una estupenda herramienta para tomar decisiones policiales", dice Correa. "?D¨®nde tengo que mandar m¨¢s polic¨ªas el jueves por la tarde? El mapa sabe d¨®nde, qu¨¦ d¨ªas y a qu¨¦ horas se traficar¨¢ con droga, el mapa avisa d¨®nde se van a producir peleas, o si hay un colegio cerca de una incidencia y habr¨¢ que proteger a los ni?os, o por d¨®nde habr¨¢ que desviar un autob¨²s que cruza una escena del crimen". Por ahora, la polic¨ªa usa mapas m¨¢s sencillos que no hace p¨²blicos "por cuestiones operativas", seg¨²n el Ministerio del Interior (traducci¨®n: "para no ayudar a los malos"). Correa da otra raz¨®n: un mapa p¨²blico de barrios chungos afectar¨ªa al mercado inmobiliario y deprimir¨ªa a¨²n m¨¢s las zonas con alta criminalidad. No todo el mundo est¨¢ de acuerdo. "El ciudadano debe tener la informaci¨®n para ejercer su derecho a la seguridad", explica Felipe Hernando, vicedecano de la facultad de Geograf¨ªa e Historia de la Complutense que lleva cartografiando el crimen en Madrid desde 1983. "Adem¨¢s, estos mapas desmontan t¨®picos, como la criminalizaci¨®n del extranjero, ya que los barrios inmigrantes son tambi¨¦n v¨ªctima de muchos m¨¢s cr¨ªmenes, o el miedo de las mujeres a los parques; la mayor¨ªa de las violaciones se cometen en el entorno del hogar", dice.
En Internet hay decenas de mapas del crimen de ciudades estadounidenses. Algunos son ilustrativos -un homicidio, un punto negro; un asalto, un punto rojo-, otros van m¨¢s all¨¢. El proyecto de la Universidad de Columbia Million Dollar Blocks (manzanas de un mill¨®n de d¨®lares) mapea el hogar de los presidiarios. La mayor¨ªa de presos ha nacido en los mismos barrios degradados. Conclusi¨®n: hay manzanas en las que el Estado se gasta m¨¢s de un mill¨®n de d¨®lares en mantener a sus vecinos presos; un dinero que de haber sido invertido en colegios, servicios sociales o centros de formaci¨®n en esas "manzanas podridas" habr¨ªa evitado parte de los delitos. Hasta la ciencia m¨¢s exacta (y el software m¨¢s mol¨®n) tiene sus aberraciones, v¨¦ase, la casa de la calle de Antonio Grilo. El homicidio parece de por s¨ª dif¨ªcil de mapear: su naturaleza, m¨¢s pasional que la de otros delitos, se supone tambi¨¦n m¨¢s aleatoria. Pero, seg¨²n los expertos, el problema es sobre todo que, en t¨¦rminos cartogr¨¢ficos, en Madrid se mata poco. "A menor recurrencia, m¨¢s complicado es extraer un modelo", explica Hernando, "aunque s¨ª hay un patr¨®n: mientras la mayor¨ªa de delitos se cometen en los siete distritos de la almendra central, en los homicidios es a la inversa, se dan m¨¢s en la periferia". Y sin embargo, una casa con mal fario, al ladito de la Gran V¨ªa, se empe?a en llevarle la contraria.
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