Papi, en la encrucijada
Se llama Ver¨®nica. Lo que no ha podido un centro-izquierda dividido y llor¨®n, lo est¨¢ pudiendo Ver¨®nica Lario, la mujer de Berlusconi durante los ¨²ltimos 30 a?os. Ella, m¨¢s que nadie, ha logrado poner contra las cuerdas el poder cada vez m¨¢s absoluto de Il Cavaliere. Su carta a la agencia Ansa acusando a su marido de ser un emperador, de frecuentar a menores, de no estar bien de la azotea y de promover un sistema pol¨ªtico y social que se basa en la belleza femenina y olvida lo ¨¦tico es un rej¨®n dif¨ªcil de asumir. Incluso por Berlusconi, probablemente el ¨²nico primer ministro del mundo capaz de recibir semejante rapapolvo y mantenerse arriba en las encuestas. Genio de la manipulaci¨®n populista y medi¨¢tica y plusmarquista mundial de procesos y absoluciones, se siente impune. Y con raz¨®n. Es el secreto de su ¨¦xito, el centro de gravedad de la sociedad del espect¨¢culo. Como muchos otros: Bush, Cheney o Trillo. Berlusconi lo era hasta que sali¨® Lario.
Su pu?etazo al ment¨®n ha revelado al mundo el peor tufo dictatorial de Il Cavaliere. Sigue siendo el editor del mayor grupo medi¨¢tico del pa¨ªs y a la vez es jefe de Gobierno, de modo que su control de la informaci¨®n televisiva es casi total. La autocensura y la censura, los chistes c¨ªnicos y machistas, y los movimientos m¨¢s o menos subterr¨¢neos para intentar adocenar a la informaci¨®n escrita conforman una estrategia descarada de acometida a la libertad de prensa que los periodistas italianos sufren de forma cada vez m¨¢s intensa. Lario, rebel¨¢ndose contra la diab¨®lica ret¨®rica entre lo p¨²blico y lo privado, lo falso y lo verdadero, que marca el sello Berlusconi, se ha convertido en un modelo. Claro y al grano.
La Repubblica ha resumido en 10 preguntas las numerosas dudas que engendran las aventuras pol¨ªticas, prost¨¢ticas y narcisistas de Berlusconi. Le ha mandado el cuestionario, y ha sucedido lo ¨²nico posible. Ira y silencio. Clinton tambi¨¦n tard¨® lo suyo en contar la verdad sobre Lewinsky. En Italia no hay impeachment. Pero ser¨ªa muy saludable para
la democracia italiana que Mr. Impune tomara l¨¢piz y papel, y contara al mundo por qu¨¦ le llaman Papi.
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