Carcajadas del absurdo

Este montaje de La lecci¨®n, la segunda obra de teatro escrita por Eug¨¨ne Ionesco (Slatina, Rumania, 1909-Par¨ªs, 1994), invita a la carcajada constante, a una sonrisa helada. Ahora bien, se trata de una carcajada cruel e inc¨®moda que deja como huella un cierto desasosiego. En el fondo, los espectadores se r¨ªen de las situaciones absurdas que provoca siempre el ejercicio del poder. En este caso, el de un profesor con su alumna. De un modo magistral, Ionesco retrata en La lecci¨®n la utilizaci¨®n del conocimiento como poder en un juego donde se pone de relieve hasta qu¨¦ punto el lenguaje o la aritm¨¦tica se construyen para defender un castillo de privilegios.

Concebida en un escenario donde contrasta el mobiliario de los a?os cincuenta -¨¦poca en que fue escrita la pieza- con una plataforma de sal¨®n de videojuegos, que incluye una pantalla con comecocos, esta versi¨®n dirigida por Joan Maria Gual subraya la faceta de humor negro, siempre en el delicado equilibrio entre patetismo y tragedia. Tri¨¢ngulo de relaciones de poder entre los tres personajes (profesor, alumna y sirvienta), esta obra cl¨¢sica del teatro del absurdo requiere de unos actores que sepan matizar al mil¨ªmetro cada frase y, sobre todo, cada gesto. En este sentido, el trabajo del catal¨¢n Manel Barcel¨® resulta portentoso y ofrece un recital de una dificil¨ªsima contenci¨®n para que su papel no caiga en la caricatura. Bien acompa?ada por Itziar Miranda y Maica Barroso, la interpretaci¨®n de Barcel¨® redondea un texto muy inteligente al que la direcci¨®n de Gual ha dado unas gotas de fr¨ªo humor.