El c¨®mic revive lo ocurrido el 11-M
Los autores se pegan a los hechos probados para evitar pol¨¦micas
Cuando Pilar Manj¨®n cerr¨® el c¨®mic que recrea lo ocurrido con su hijo Daniel y otras 190 personas el 11 de marzo de 2004, pens¨® que era como un abrazo al recuerdo. Doloroso, pero abrazo. Lo dice en el pr¨®logo de 11-M: la novela gr¨¢fica (Panini) y se lo dijo a sus autores, los guionistas Pepe G¨¢lvez y Antonio Guiral y los ilustradores Joan Mundet y Francis Gonz¨¢lez. Manj¨®n, una no lectora de c¨®mic, fue la primera y, tal vez, la m¨¢s trascendental lectora de la obra.
El visto bueno de la presidenta de la Asociaci¨®n 11-M de Afectados por el Terrorismo tranquiliz¨® a los creadores y al promotor de la idea, el director editorial de c¨®mic de Panini, Alejandro Mart¨ªnez Viturtia. "Soy un defensor del c¨®mic como arte mayor, puede explicar cualquier historia, desde la m¨¢s banal a la m¨¢s profunda", sostiene el editor. La madura acogida del c¨®mic sobre el 11-M en Estados Unidos, donde se vendi¨® un mill¨®n de ejemplares, le impresion¨®. Crey¨® que Espa?a, a pesar de la controversia pol¨ªtica que contamin¨® la investigaci¨®n del atentado, podr¨ªa reaccionar con similar madurez. Sabiendo que era un terreno minado, sin embargo, tantearon el terreno con una encuesta en Internet entre lectores de c¨®mic, que acogieron de forma positiva la idea siempre que se huyese de la ficci¨®n. El editor reh¨²sa concretar la tirada, aunque supera con creces lo habitual en el sector (menos de 2.000 ejemplares).
Y a eso se han ajustado. Se han pegado a los hechos probados en la sentencia le¨ªda el 31 de octubre de 2007 por el presidente del tribunal, Javier G¨®mez Berm¨²dez, uno de los personajes del c¨®mic, al igual que Pilar Manj¨®n, el entonces ministro del Interior ?ngel Acebes, o el presidente del Gobierno Jos¨¦ Mar¨ªa Aznar. Los autores leyeron la sentencia, peri¨®dicos, libros y entrevistaron a una veintena de personas para reconstruir los hechos sin atentar contra ellos. Cuando Joan Mundet dibujaba a Acebes en un contexto concreto se preocupaba de ser fiel incluso a la ropa que vest¨ªa. "Parecer¨¢ una tonter¨ªa, pero me trajo dolor de cabeza saber c¨®mo eran los coches que usaron los terroristas", revive. "No puedes inventarse la casa donde montaron las bombas o c¨®mo se visten los Tedax", abunda Antoni Guiral. Para romper la frialdad judicial, los autores se apoyan en tres personajes ficticios (un periodista, un polic¨ªa y un familiar de v¨ªctima) que les permite la dramatizaci¨®n.Pilar Manj¨®n fue la primera lectora. Le pareci¨® doloroso, pero "un abrazo"
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