Holocaustos
Siempre ha llamado mi atenci¨®n respecto al holocausto jud¨ªo la actitud que mantuvo el resto del mundo mientras esta masacre ten¨ªa lugar.
De hecho, una de las quejas hist¨®ricas del pueblo jud¨ªo se refiere a la pasividad con que los dem¨¢s contemplaron su persecuci¨®n e intento de exterminio.
Al interrogarme sobre esta cuesti¨®n del pasado, encuentro la respuesta en el presente. Desde hace d¨¦cadas, millones de africanos mueren de hambre sin que el resto del mundo mueva un dedo.
En un ejercicio clamoroso de insolidaridad, descubrimos que incluso los pa¨ªses m¨¢s ricos del mundo se niegan a dar siquiera el 0,7% de lo que tienen para paliar esta omisi¨®n genocida.
Sus "limosnas" oscilan entre el 0,15 y el 0,4%. ?se es el valor de nuestra solidaridad.
Eso, incluso menos, es lo que estamos dispuestos a pagar por la vida de otra persona.
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