La ruina amenaza al f¨²tbol
La crisis financiera y la ca¨ªda de la construcci¨®n ponen en jaque a la industria del bal¨®n, que acumula una deuda superior a los 3.400 millones de euros
Para comprender las dimensiones del naufragio que amenaza al f¨²tbol espa?ol es preciso ponerse en el papel del administrador t¨ªpico de un club. Hasta 2008 su protocolo de actuaci¨®n fue el siguiente. Para empezar, se lanz¨® al mercado y ofreci¨® contratos millonarios a jugadores bien cotizados. Luego dise?¨® unos presupuestos acordes a una posibilidad incierta: la clasificaci¨®n para la Liga de Campeones, o la permanencia en Primera, dos condiciones que garantizan liquidez. La Primera, por los ingresos de las televisiones, y la Champions porque asegura premios de entre tres y 160 millones de euros. Dando por sentado que ganar¨ªa estos premios, pidi¨® un cr¨¦dito para ir financiando los salarios porque con sus ingresos ordinarios no llegaba. En el camino dej¨® de pagar a Hacienda. Y, como ni el Gobierno ni la Liga de F¨²tbol Profesional le pidieron nunca responsabilidades, sigui¨® reclamando pr¨¦stamos a las Cajas, los Ayuntamientos y las Comunidades, para subvencionar costes con recalificaciones o con infraestructuras a cargo de las Administraciones locales. Hasta el d¨ªa que nada de esto fue suficiente para pagar los gastos salariales. Entonces, acosado por los acreedores, nuestro gestor t¨ªpico acudi¨® a la Ley Concursal para evitar la quiebra. Y la ley se convirti¨® en su refugio. Hasta ahora. Este verano puede suponer el final de una ¨¦poca.
"Si soy riguroso, bajamos a Segunda y me matan", dice el gestor de un club
Movilla: "La Ley Concursal penaliza a los clubes bien gestionados"
Otero Lastres: "Han fallado los dos controles legales: la LFP y el CSD
Lissavetzky: "El f¨²tbol necesita un ¨®rgano regulador, un guardia de tr¨¢fico"
?ste podr¨ªa ser el caso del Levante, que en 2007 destin¨® m¨¢s del 100% de sus ingresos a gastos de personal. De cada 100 euros que cobr¨®, el Levante debi¨® invertir 280 en pagar a la plantilla. La Ley Concursal lo salv¨® de la desaparici¨®n. Pero el Levante no es un caso aislado en una Liga en la que m¨¢s del 70% de los gastos de los clubes se destinan a sueldos y amortizaciones de fichajes.
Jorge P¨¦rez, el director general de la Federaci¨®n Espa?ola, evoca un caso cotidiano: "El dirigente de un club vino y me dijo: 'Si hago las cosas bien econ¨®micamente descendemos a Segunda y me matan. No me queda m¨¢s remedio que entramparme'. Los clubes aumentan su endeudamiento para conseguir objetivos deportivos. Si no alcanzan estas metas no pueden pagar sus deudas ni pueden pagar a sus jugadores. Es un c¨ªrculo vicioso. Y es corriente".
La Liga que est¨¢ a punto de acabar ser¨¢ recordada por la ins¨®lita acumulaci¨®n de puntos que hicieron el Madrid y el Bar?a respecto a los dem¨¢s equipos. Nunca el tercer clasificado estuvo a 18 puntos del segundo y a 25 del primero, como hace dos jornadas. Nunca se rebaj¨® tanto la competencia. Nunca fue m¨¢s profunda la brecha entre ricos y pobres.
El secretario de Estado para el Deporte, Jaime Lissavetzky, parece cruzar los dedos: "No creo que haya un crack del sistema. La situaci¨®n no es todav¨ªa para tirarse de los pelos. Esperemos que el barco aguante".
Todos reman a sabiendas de que la chalupa hace agua. Hace un a?o la deuda global del f¨²tbol ascend¨ªa a 3.450 millones de euros (700.000 corresponden a impagos a Hacienda), un 26% m¨¢s que en 2007. Este a?o adem¨¢s hay media docena de clubes de Primera que se han quedado sin patrocinador, o lucen uno ficticio (que no paga). No se avista ninguna soluci¨®n a corto plazo que ponga el contador a cero, como hizo la ley de Sociedades An¨®nimas Deportivas (SAD) a principios de los noventa. S¨®lo queda la escapatoria de la Ley Concursal. Gracias a esta norma, Sporting, Levante, M¨¢laga, Murcia, Alav¨¦s, Las Palmas, Celta y Real Sociedad negociaron la deuda a la baja con los acreedores y evitaron el descenso de categor¨ªa. A cambio dejaron la gesti¨®n en manos judiciales.
Gerardo Gonz¨¢lez Movilla, el presidente del sindicato de futbolistas (AFE), denuncia lo que considera una trampa: "La Ley Concursal provoca una injusticia. Ayuda a que los clubes mal gestionados se impongan deportivamente a los clubes bien gestionados, y luego, cuando no pueden pagar las deudas, se acojan a la Ley Concursal para no descender. Al final, la ley penaliza doblemente a los clubes econ¨®micamente solventes".
Jos¨¦ Manuel Otero Lastres, catedr¨¢tico de Derecho Mercantil en Alcal¨¢ y directivo del Madrid en la etapa de Florentino P¨¦rez, lleva a?os estudiando el fen¨®meno autodestructivo del f¨²tbol. Dice que lo que fallan son los controles: "Esta gesti¨®n ha supuesto graves incumplimientos de la legislaci¨®n en vigor. No se ha reaccionado porque han fallado los dos controles legales: la Liga de F¨²tbol Profesional (LFP) y el Consejo Superior de Deportes (CSD)".
Jusep Mar¨ªa Gay de Li¨¦bana, profesor de econom¨ªa en la Universidad de Barcelona y consejero de la UEFA, tambi¨¦n lleva a?os estudiando las causas del hundimiento. Coincide con Otero en que la clave de la crisis es la ausencia de regulaci¨®n. "La LFP tendr¨ªa que disciplinar las finanzas", dice Gay. "Deber¨ªa supervisar y encaminar a los clubes de Primera y Segunda. Pero la verdad es que la LFP ha entrado en una dejaci¨®n de funciones absoluta. Cabe preguntarse una cosa: ?Para qu¨¦ existe la Liga? ?Para qu¨¦ si cada club negocia por su cuenta los derechos de televisi¨®n? No es como en Inglaterra donde la Liga negocia un paquete. Aqu¨ª la Liga no coordina su propio negocio".
"Luego nos encontramos con la figura del CSD", insiste Gay. "El CSD pide copia de las cuentas a los clubes pero nadie las controla. As¨ª como la UEFA parece preocupada, el CSD no da esa impresi¨®n. La UEFA dijo: "Nos preocupa el modelo del f¨²tbol espa?ol".
Michel Platini, el presidente del organismo que gobierna el f¨²tbol europeo, ha identificado "media docena de equipos espa?oles en grave peligro". ?C¨®mo lo sabe? Desde hace cuatro temporadas para jugar en Champions o en la Copa de la UEFA hay que pasar un examen financiero para obtener la licencia uefa. Ese control se realiza a trav¨¦s de las federaciones. "La UEFA fija unos ratios", dice Gay; "El que tiene sus cuentas correctas, juega, el que no, se le niega la licencia. No puede ser que un club como el Atl¨¦tico de Madrid en 2007 ingrese 53 millones y gaste 88. A este paso llegar¨¢ un d¨ªa en que la UEFA diga que el Atl¨¦tico no puede jugar en Liga de Campeones porque al final de temporada tendr¨¢ impagos".
El criterio m¨¢s importante de la UEFA, seg¨²n Gay es el de los costes de personal, fichajes y sueldos, sobre los ingresos: "Al f¨²tbol espa?ol no le queda m¨¢s remedio que reducir gastos de personal".
Jaime Lissavetzky, el Secretario de Estado para el Deporte, piensa en incorporar estos ratios en la futura Ley del Deporte: "La propuesta de Platini es que los salarios no supongan m¨¢s del 60% del presupuesto. Es razonable".
Desde el CSD, Lissavetzky mira pasar la tormenta y apunta ideas: "El problema del f¨²tbol tiene una lectura de car¨¢cter pol¨ªtico. La falta de regulaci¨®n del mercado financiero nos ha llevado a esta situaci¨®n de crisis econ¨®mica. En el f¨²tbol, la lecci¨®n es que necesitamos ¨®rganos reguladores. Un guardia de tr¨¢fico".
Cuando le preguntan por su escasa vocaci¨®n intervencionista, a la luz de la ruinosa gesti¨®n de los clubes, Lissavetzky se encoje de hombros: "En el CSD no tenemos competencias coercitivas. Una cosa es tomar la temperatura y otra dar la medicaci¨®n".
Otero Lastres fue quien primero formul¨® una idea que va tomando fuerza: "Crear un ¨®rgano que represente para el f¨²tbol lo que la Comisi¨®n Nacional del Mercado de Valores para la Bolsa". Una instituci¨®n que reemplace a la LFP y al CSD a la hora de fiscalizar a los clubes. Lissavetzky ha cogido el testigo: "Deber¨ªa existir un ¨®rgano regulador con car¨¢cter independiente pero con presencia p¨²blica. Un ¨®rgano que incluya a la AFE, la federaci¨®n, la Liga y el CSD. Con fuerza suficiente para que los clubes con posibilidades de sufrir un crack acepten la intervenci¨®n".
Gay tiene sospechas fundadas para pensar que la nueva Ley del Deporte podr¨ªa llegar demasiado tarde: "A 30 de junio habr¨¢ concursos de acreedores a tutipl¨¦n y muchos m¨¢s clubes se sumar¨¢n a la Ley Concursal".
Los clubes siempre perdieron m¨¢s dinero del que producen. El problema, seg¨²n Gay, es que la crisis ya no permite ciertos vicios. "A excepci¨®n de Madrid, Bar?a, Osasuna y Espanyol, en 2007 todos los clubes perd¨ªan dinero", dice el economista. "En general la situaci¨®n ha empeorado. Y es un aut¨¦ntico desastre a nivel de gesti¨®n. Salvo Madrid, Bar?a, Sevilla y Villarreal, todos los dem¨¢s pueden tener problemas serios porque dependen de los resultados extraordinarios, que por lo general son pelotazos inmobiliarios y venta de jugadores. Este modelo est¨¢ en crisis porque hay una deflaci¨®n. La mayor¨ªa de los clubes percibe menos dinero de las televisiones del que deber¨ªa ya que no ha habido una gesti¨®n sindicada de los derechos. Como cada uno vende sus derechos por su cuenta, salvo el Madrid y el Bar?a, los dem¨¢s van a perder. En lugar de aprovechar las sinergias de la competici¨®n para vender el producto, los clubes se han apu?alado entre ellos".
El m¨¢ximo ejecutivo de uno de los clubes m¨¢s poderosos de Espa?a asegura que los perjudicados no ser¨¢n ni Madrid ni Bar?a: "Los clubes peque?os tienen m¨¢s dificultades porque dependen casi totalmente de los derechos audiovisuales. El Numancia, por ejemplo, si tiene unos ingresos de seis millones, cinco son de televisi¨®n. Ahora todo depende de las televisiones. Si dejaran de pagar habr¨ªa una crisis sist¨¦mica".
El presidente de un club modesto de Primera reflejaba hace unos d¨ªas una preocupaci¨®n compartida: "?Tiene dinero Mediapro para pagar lo que nos ha prometido?". Lo que ha prometido son 650 millones de euros por curso. Un 40% m¨¢s de lo que ofreci¨® Sogecable hasta ahora, y que, sobre todo, ir¨¢ destinado al Madrid y al Bar?a, dejando a los dem¨¢s en precario. "S¨®lo el Bar?a y el Madrid tienen sus contratos televisivos avalados", asegura el presidente de uno de los clubes m¨¢s importantes de Espa?a. "El resto de los clubes est¨¢n en manos de los operadores".
Jorge P¨¦rez se muestra alarmado ante la dependencia de las televisiones en un esquema jur¨ªdico inestable: "Vendemos que somos la mejor Liga del mundo pero aqu¨ª, dos d¨ªas antes del partido no se sabe a qu¨¦ hora se va a jugar. Los incumplimientos de los contratos audiovisuales por parte de algunos clubes han generado una gran inseguridad jur¨ªdica. Con este precedente, ?qui¨¦n va a invertir en el f¨²tbol espa?ol?".
Javier Tebas es el m¨¢ximo responsable de la LFP, ¨®rgano al que la mayor¨ªa acusa de dejaci¨®n de funciones. Para superar la crisis, Tebas propone inyectar m¨¢s dinero. "Hoy en Espa?a hay ocho clubes concursados", dice. "Todos se declararon en concurso en Segunda Divisi¨®n. Absolutamente todos provienen de la Primera. ?Por qu¨¦? Porque el gran problema del f¨²tbol espa?ol por encima de la crisis es que el descenso de categor¨ªa supone reducir los ingresos hasta diez veces. Un club que desciende lo sabe en 20 d¨ªas. Y pasa de ingresar 40 millones a ingresar seis, con unos gastos que siguen siendo acordes a 40".
"Otras Ligas", prosigue Tebas; "han resuelto este problema porque tienen las ventas centralizadas de los derechos de televisi¨®n. En Alemania, Francia, Inglaterra e Italia, cuando un club desciende la Liga les garantiza dos a?os manteni¨¦ndole los ingresos que ten¨ªan en Primera, para que puedan acomodarse".
Tebas habla de centralizar las ventas de su producto como si la descentralizaci¨®n no fuese responsabilidad suya. Mientras tanto, los inversores huyen. Los Ayuntamientos se repliegan. Las Cajas de Ahorro tambi¨¦n. Lo refiere el directivo de una Caja: "Hemos trabajado con un club de Primera, pero como nunca pagaba nos hemos retirado sin cobrar. Las SAD son pozos sin fondo. Nunca devuelven el dinero. Tienen un valor afectivo que utilizan para chantajear. Pidiendo cr¨¦ditos a los bancos y favores a los gobiernos locales. Nadie se atreve a meterles mano porque representan sentimientos sociales muy arraigados. Si los bancos les han prestado dinero es porque los consideraban una inversi¨®n en publicidad m¨¢s que un negocio".
Otero Lastres asegura que la permisividad de los acreedores con el f¨²tbol ha contribuido a inflar la burbuja. "Los clubes", dice el jurista; "est¨¢n sujetos a normas m¨¢s severas que muchas otras empresas y, adem¨¢s, est¨¢n sometidos al control de la LFP y del CSD. El problema es que la legislaci¨®n no se aplica. Sin que exista una justificaci¨®n razonable, est¨¢n recibiendo un trato privilegiado".
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