"Me obsesiona filmar la culpabilidad"
A sus 67 a?os, con su rostro encajado entre barba y cabellos blancos, siempre de negro, Michael Haneke parece uno de los personajes de su ¨²ltima e inquietante pel¨ªcula, Das weisse Band, con la que ayer logr¨® la Palma de Oro de Cannes. Fil¨®sofo y psic¨®logo, de nacionalidad austriaca, pero nacido en M¨²nich (Alemania) en 1942, el cineasta retorna a su pa¨ªs natal para retratar con sobriedad una implacable historia ambientada en una peque?a aldea a inicios del siglo XX, en los a?os previos a la I Guerra Mundial. Anuncia aqu¨ª el germen de una generaci¨®n -los ni?os de entonces, posibles culpables de algunos sucesos misteriosos- que luego abrazar¨¢ el nazismo.
"En mi mente ten¨ªa claro que quer¨ªa hacer una pel¨ªcula sobre c¨®mo todo ideal se pervierte", afirm¨® d¨ªas antes de obtener la Palma de Oro del certamen franc¨¦s, festival que se le da bien: en anteriores ediciones ha logrado premios (aunque nunca el principal) con La pianista, C¨®digo desconocido y Cach¨¦. "El t¨ªtulo", explica el director, "Das weisse Band [La cinta blanca], se refiere al distintivo de pureza que portan ciertos ni?os, y que no es m¨¢s que una ficci¨®n". En Espa?a la pel¨ªcula se estrenar¨¢ a partir de septiembre.
"Siempre enfoco mi cine en la violencia, es imposible evitarlo"
"Mi pel¨ªcula trata sobre las ra¨ªces del mal, sobre la perversi¨®n humana"
Pregunta. Con la aparente frialdad de su cine, relata ahora una creciente explosi¨®n de violencia y rebeld¨ªa; actos que demuestran claramente que alguien est¨¢ castigando al pueblo. ?Qui¨¦nes son los responsables?
Respuesta. Es un filme sobre las ra¨ªces del mal, sobre la perversi¨®n de la naturaleza humana. Mi prop¨®sito era mostrar c¨®mo aquellos que erigen los principios de manera absoluta se convierten en verdaderos monstruos. En aquella ¨¦poca, el protestantismo religioso era muy r¨ªgido y la educaci¨®n muy estricta. Las autoridades eclesi¨¢sticas y los progenitores les inculcaban a los ni?os un rigor moral, que no aplicaban a sus propios actos. Los ni?os se convirtieron en justicieros porque cre¨ªan ser la mano derecha de Dios. Sucedi¨® en Alemania, y esta generaci¨®n 20 a?os despu¨¦s cre¨® el nazismo. Esta pel¨ªcula no es s¨®lo sobre los or¨ªgenes de ese movimiento, sino sobre todos los terrorismos ideol¨®gicos, pol¨ªticos o religiosos. Es un problema que afecta a toda la humanidad, porque esto puede suceder en cualquier lugar del planeta y en cualquier ¨¦poca de la historia.
P. Su cine se nutre siempre de lo peor de la sociedad.
R. Siempre enfoco mi cine en la violencia, porque en la sociedad moderna en que vivimos es imposible evitarlo. Me gustar¨ªa que me consideraran un especialista en la representaci¨®n de la violencia en los medios. Adem¨¢s, nuestra cultura est¨¢ marcada por el juda¨ªsmo y el cristianismo, y eso hace que llevemos en las entra?as el sentimiento de culpabilidad. No soy un adicto a la culpabilidad, pero la idea de filmarla me ha obsesionado. A lo largo de una d¨¦cada llen¨¦ mi biblioteca de manuales de educaci¨®n de los siglos XVIII, XIX y XX, que me han servido de inspiraci¨®n y apoyo para esta historia, sobre todo para los di¨¢logos.
P. De ni?o, usted recibi¨® una educaci¨®n m¨¢s bien liberal. ?C¨®mo influy¨® en su vida y sus creencias?
R. Mis padres no eran protestantes. Eran actores y se divorciaron cuando yo era peque?o. Mi padre fue compositor y concertista, pero nunca he incluido sus piezas en mis pel¨ªculas, porque amo demasiado la m¨²sica como para utilizarla resaltando los defectos de la humanidad.
P. ?Se considera un maestro de la manipulaci¨®n?
R. La manipulaci¨®n es inevitable. Pero la subordino a mi objetivo principal: provocar y remover las conciencias.
P. ?Eso es tambi¨¦n lo que intenta lograr con los largos planos fijos y en blanco y negro de Das weisse Band?
R. Siempre me ha gustado crear en el cine el tipo de libertad que se tiene cuando se lee un libro, donde se dan infinitas posibilidades imaginativas. En los largos planos de mi pel¨ªcula, la mitad de los espectadores ve que sucede algo, la otra mitad no percibe nada. Ambas formas funcionan. Siempre llenamos la pantalla con nuestras propias vivencias. Lo que vemos proviene de nuestro propio interior.
P. Los ni?os tienen aqu¨ª rostros fr¨¢giles y, a la vez, dur¨ªsimos. Son v¨ªctimas y verdugos. ?C¨®mo los escogi¨® y c¨®mo logr¨® su adaptaci¨®n a la mentalidad severa e intransigente de aquella ¨¦poca?
R. Invertimos mucho tiempo y esfuerzo en encontrar los ni?os ideales. Fueron m¨¢s de seis meses de pruebas en las que tomaron parte 7.000 candidatos, y elegimos a los que m¨¢s encajaban con los rostros que aparec¨ªan en las fotos de la ¨¦poca. La parte m¨¢s dif¨ªcil fue la direcci¨®n de los m¨¢s peque?os: exig¨ªa mucha paciencia lidiar con su limitada capacidad de concentraci¨®n. Pero vali¨® la pena.
El balance de Cannes, en BLOG, JAMES BLOG
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