El ej¨¦rcito de un hombre en la sombra
Carlos Sastre, que no da la carrera por perdida, prepara su asalto a la 'maglia rosa'
Ivan Basso se acerca a la mesa y susurra con su voz dulce. "No, no estoy descontento de mi contrarreloj", dice. "Han sido dos a?os de ausencia y he terminado en el tiempo de Carlitos, no est¨¢ nada mal". Y Menchov, cuando la prensa italiana le exige que elija a su peor rival para la victoria final entre Di Luca y Leipheimer, aclara que Di Luca, que es italiano, "pero sin olvidar a Sastre, claro". Tienen raz¨®n Menchov y Basso en utilizar la referencia Sastre a la hora de calibrar lo que puede dar de s¨ª este Tour. Hacen bien en desconfiar de un hombre que, cuenta uno de sus mejores amigos, uno de los miembros del ej¨¦rcito en la sombra que le aconseja, es como uno de los curas de anta?o, con su crucifijo y su sotana por fuera, ocultando su enhiesto miembro viril preparado para el ataque. "No vale la imagen de que est¨¢ siempre con el cuchillo entre los dientes, porque es un arma que se ve", a?ade su an¨®nimo amigo consejero, "tiene una cara de osito de peluche que enga?a".
Al espa?ol le gusta pasar tan inadvertido que, cuando golpea, siempre sorprende
"La experiencia me ayuda a preparar las cosas como quiero y creo", explica
"Ya de joven quer¨ªa ser diferente. Ten¨ªa personalidad propia", recuerda ??igo Cuesta
"Es el hombre de la tercera semana. Nunca se pasar¨¢", avisa otro ciclista
"A Sastre nunca le da el aire, siempre va en el pelot¨®n protegido y oculto", dice otro ciclista, un rival, admirativo. Sastre es, en efecto, un ciclista al que le gusta estar a la sombra, pasar tan inadvertido que cuando golpea, y golpea de verdad, siempre sorprende. Como sorprendi¨® a todos, a sus compa?eros, los hermanos Schleck, sobre todo, cuando atac¨® y gan¨® el Tour en Alpe d'Huez. Como sorprender¨¢, seguramente, cualquier d¨ªa de la ¨²ltima semana del Giro, cualquier d¨ªa de monta?a, en Monte Petrano, en el Blockhaus, en el Vesubio. "Es el hombre de la tercera semana. Cuando los dem¨¢s empiezan a cansarse, ¨¦l empieza a carburar. Nunca revienta. Se conoce tan bien, la gasolina de que dispone, la que consume, que nunca se pasar¨¢", dice otro de sus amigos, otro del equipo en la sombra, el grupo de personas que, ausentes del Tour, le ofrec¨ªan todas las noches su visi¨®n de la jugada, su interpretaci¨®n de lo ocurrido, su pensamiento sobre lo que pod¨ªa ocurrir. "Es un castellano de ?vila que ve el horizonte, prudente y previsor como la gente del campo, que depende de las nubes para sobrevivir. Lo tiene todo calculado, el plan principal y planes alternativos".
"La experiencia me ayuda a preparar las cosas como quiero y como creo", cuenta Sastre, de 34 a?os, para explicar la oscuridad voluntaria, tan oscuros como su maillot Cerv¨¦lo negro, de sus resultados en las carreras que no son importantes, todas salvo las grandes vueltas, lo que le convierte en el reverso de la moneda de Contador, tan brillante siempre. "A m¨ª los resultados que me valen no son las clasificaciones de las carreras, sino los que me ofrece el ordenador de la bicicleta. Adem¨¢s, me acuerdo de los tiempos en los que ten¨ªa que currar para otros desde el comienzo hasta el final de la temporada. Entonces mis ocasiones de brillar eran m¨ªnimas y no quiero que a mis compa?eros les ocurra lo mismo".
A Sastre le gusta la gente que construye historias con los materiales que le llegan, como ¨¦l, que ha inventado su propia narraci¨®n. Su ej¨¦rcito en la sombra le ha ayudado a ello. A todos sus componentes, media docena de personas, m¨¢s o menos, les regal¨® terminado un Tour en el que los principales rivales los ten¨ªa en su propio equipo, el CSC, un maillot amarillo dedicado. "Me gusta o¨ªr a los que ven la carrera desde fuera, que ven cosas que a m¨ª se me pueden pasar", dice Sastre. "Me gusta, sobre todo, hablar con ??igo Cuesta".
??igo Cuesta es el decano del pelot¨®n mundial. Cumplir¨¢ 40 a?os en junio. Los ¨²ltimos 11 de su carrera los ha compartido con Sastre, a quien conoci¨® cuando ¨¦ste lleg¨® de novato al ONCE. "Desde el 98 con Carlos. Siempre me he llevado bastante bien con los j¨®venes, me ha gustado estar pendiente de ellos, de los que tienen que hacerse un hueco en el equipo. En particular, Carlos me llam¨® la atenci¨®n desde el principio por su car¨¢cter, porque se ve¨ªa desde el principio que quer¨ªa ser algo en el ciclismo", dice Cuesta, quien est¨¢ disputando la Volta a Catalunya. "Me fij¨¦ en su forma de comportarse, ve¨ªa que quer¨ªa ser diferente, que ten¨ªa personalidad propia, que pensaba por s¨ª mismo. Lo hac¨ªa de joven y lo sigue haciendo, claro. En 2001, nos separamos. Yo march¨¦ al Cofidis y ¨¦l sigui¨® un a?o m¨¢s en el ONCE antes de irse al CSC, y en 2005, cuando yo estaba en el Saunier Duval, me llam¨® para que fuera con ¨¦l. Aunque me quedaba un a?o m¨¢s de contrato, no lo dud¨¦, negoci¨¦ con Josean Matxin y con Sastre me fui".
Con Sastre comparte habitaci¨®n cuando corren la misma carrera, avatar que no se produjo en el Tour, lo que no impidi¨® que el ciclista de Villarcayo se convirtiera en su mejor gregario, en el corredor n¨²mero 10 del equipo. "En el equipo, en el Tour, era todos contra Carlos. Eso es lo que vimos todos", dice. "Todas las tardes hablaba con Carlos por tel¨¦fono, tambi¨¦n la v¨ªspera de Alpe d'Huez. Los d¨ªas clave los viv¨ªa con una tensi¨®n especial, le pasaba de todo por la cabeza, pero s¨®lo le preocupaba que saliera todo perfecto. Y m¨¢s que darle consejos, hablaba de todo con ¨¦l. Yo le daba mi punto de vista de las cosas y ¨¦l, al que le gusta mucho escuchar a todos, tiene esa inteligencia, tomaba lo que le parec¨ªa bien. Yo simplemente le ayudaba a pensar. Y ¨¦l me lo dec¨ªa, que le ayudaba mucho cuando hablaba con ¨¦l, que le daba otra visi¨®n de la jugada. M¨¢s que la fidelidad de un compa?ero de equipo le debo la fidelidad de un amigo".
A la ¨²ltima Vuelta a Castilla y Le¨®n, ??igo Cuesta llev¨® el maillot amarillo del Tour que le hab¨ªa regalado Sastre para que ¨¦ste se lo dedicara. Se lo puso a escondidas y se present¨® de repente en la habitaci¨®n donde a su amigo le daban un masaje. Sastre no dej¨® pasar la oportunidad. Agarr¨® la Leica de Timm K?lln e inmortaliz¨® a Cuesta como ganador del Tour. "Fue el recuerdo bonito de un lujo del que disfruto, de tener un ganador del Tour contigo", dice Cuesta. "Me lo puse s¨®lo ese d¨ªa. Ahora, que lo vuelva a vestir ¨¦l este a?o. Pero antes, el rosa".
15? etapa. 1. L. Bertagnolli (Ita/Diquigiovanni), 4h 18m 34s. 13. D. Arroyo (Caise d'?pargne), a 1m 56s. 16. D. Menchov (Rus/Rabobank) m.t. 22. C. Sastre (C¨¦rvelo), m.t.. 26. L. Armstrong (EE UU/Astana), a 2m 56s. General: 1. D. Menchov, 58h 33m 53s. 2. Di Luca (Ita/LPR) a 34s. 5. C. Sastre, a 2m 52s. 6. I. Basso (Ita/Liquigas), a 3m 3s. 13. L. Armstrong, a 8m 28s.
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