Detenido uno de los homicidas del cantante V¨ªctor Jara
El ex soldado Jos¨¦ Paredes particip¨® en la ejecuci¨®n hace 36 a?os en Chile
Despu¨¦s de casi 36 a?os de silencio, Jos¨¦ Paredes, uno de los soldados que ejecut¨® en septiembre de 1973 al cantautor y director teatral V¨ªctor Jara, prisionero de los militares golpistas, confes¨® su participaci¨®n y fue sometido a proceso y detenido como presunto autor del homicidio, por orden del juez Juan Fuentes, quien investiga el caso. Paredes, entonces de 18 a?os y cumpliendo el servicio militar, integr¨® el pelot¨®n que acribill¨® con 44 disparos al autor de El cigarrito y Manifiesto, dos de las canciones de Jara que se han transformado en universales e interpretan artistas de la talla de Serrat, Sabina y Silvio Rodr¨ªguez, entre otros.
Paredes estaba detenido junto con otro ex conscripto desde el viernes y hab¨ªa confesado su participaci¨®n a la polic¨ªa. Al ir a declarar el lunes ante el magistrado quiso retractarse, pero ¨¦ste resolvi¨® procesarlo. Sus declaraciones comenzaron a desenredar una investigaci¨®n que el juez Fuentes quiso cerrar con un ¨²nico procesado -el coronel Mario Manr¨ªquez, director del campo de prisioneros improvisado por los militares en el Estadio Chile- y fue reabierta por presi¨®n de los querellantes, quienes hicieron un llamamiento p¨²blico para que se entregaran m¨¢s antecedentes y pidieron 90 nuevas diligencias.
Un subteniente le peg¨® un tiro en la cabeza y orden¨® que lo remataran
La clave para acercase a los autores directos la ten¨ªan los ex conscriptos que hac¨ªan la mili y los enviaron a custodiar a los m¨¢s de 5.000 partidarios del derrocado Gobierno de Salvador Allende detenidos en las grader¨ªas del Estadio Chile, un recinto cercano al palacio de La Moneda. Paredes cumpl¨ªa el servicio militar en el regimiento Tejas Verdes, cuyo jefe era Manuel Contreras, quien despu¨¦s fue el jefe de la Direcci¨®n de Inteligencia Nacional (DINA), el principal aparato represor de la dictadura de Augusto Pinochet.
El regimiento envi¨® dos secciones desde el puerto de San Antonio para custodiar los prisioneros, que en Santiago los militares dejaron primero en el Estadio Chile y, despu¨¦s, cuando ya no cab¨ªan en este recinto techado, en el Estadio Nacional, el mayor campo de f¨²tbol del pa¨ªs. Jara fue detenido al d¨ªa siguiente del golpe militar, junto con otros 600 estudiantes y acad¨¦micos de la Universidad T¨¦cnica del Estado que quisieron resistir desarmados el golpe militar. Recibi¨® un tratamiento brutal en el estadio. Militante comunista, era uno de los s¨ªmbolos culturales de la experiencia socialista de Allende. Los soldados rompieron a culatazos sus manos, lo golpearon y dejaron sin alimentos ni agua. Otros prisioneros lo ayudaron, pero su suerte estaba echada.
Un subteniente jug¨® a la ruleta rusa con un rev¨®lver en la sien del cantautor y le dio el primer disparo mortal en los subterr¨¢neos del estadio. Despu¨¦s orden¨® a Paredes y otros soldados disparar al cuerpo que convulsionaba ag¨®nico para rematarlo, seg¨²n su relato, transcrito por el Centro de Investigaci¨®n Period¨ªstica. Detr¨¢s presenciaba la escena el oficial Nelson Haase, a cargo de los interrogatorios en ese recinto y que despu¨¦s se incorpor¨® a la DINA.
Catorce prisioneros corrieron la misma suerte de Jara ese d¨ªa. El cuerpo del cantautor fue arrojado despu¨¦s en la calle y su viuda, Joan Jara, lo pudo rescatar de la morgue entre cientos de v¨ªctimas, gracias a la valent¨ªa de un funcionario del servicio de identificaci¨®n que lo reconoci¨® y fue a avisarle a su domicilio.
El nombre de Haase surgi¨® por primera vez relaci¨®n con el caso de Jara. En la DINA tuvo labores operativas y hoy, a sus 62 a?os, es propietario de una empresa de muebles y decoraciones. En declaraciones al diario La Naci¨®n neg¨® haber estado en el Estadio Chile y dijo que en la fecha del crimen se encontraba en el sur del pa¨ªs.
El juez orden¨® a la polic¨ªa determinar la participaci¨®n de Haase y pidi¨® nuevas diligencias. La justicia busca identificar a un oficial conocido como El Pr¨ªncipe y a quien los prisioneros describieron como rubio, alto y de voz en¨¦rgica, y recuerdan porque fue quien m¨¢s se ensa?¨® con Jara.
Joan Jara, la viuda del cantautor, sostuvo que "la justicia se acerca a la verdad" y record¨® que su querella original fue contra Pinochet. "Ac¨¢ hay otros culpables. Son la gente que mand¨® disparar y torturar". Para el abogado querellante Nelson Caucoto, donde "hubo acci¨®n de un conscripto hay la orden de un oficial y deben ser tratados con el m¨¢ximo de rigor de la ley, porque los soldados s¨®lo fueron la carne de ca?¨®n".
Alba?il, jardinero y camarero de un restaurante en San Sebasti¨¢n, un balneario a cien kil¨®metros de la capital, Paredes aleg¨® que "yo s¨®lo era un pelao nom¨¢s" cuando era trasladado a la c¨¢rcel de alta seguridad y pidi¨® "buscar a los altos mandos".
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