Palabra, femenina y singular

"Es importante que los alumnos tengan en cuenta que se requiere que los cantantes se muevan, que los m¨²sicos act¨²en, que los bailarines utilicen sus voces y que los compositores hagan todas estas actividades". ?stas son las premisas iniciales para los asistentes al taller de la artista sonora Joan la Barbara en La Casa Encendida dentro de la s¨¦ptima edici¨®n del festival de poes¨ªa y polipoes¨ªa Yuxtaposiciones. Las exigencias para alumnos tienen mucho que ver con el esp¨ªritu de un g¨¦nero en el que la palabra -como elemento que contiene, significado, sonido y emoci¨®n- es la protagonista y est¨¢ acompa?ada todo el tiempo por la m¨²sica, la tecnolog¨ªa y la interpretaci¨®n. Lo que se viene diciendo en los talleres y recitales del festival desde el pasado lunes y hasta el pr¨®ximo mi¨¦rcoles recorre vericuetos verbales desde la protesta pol¨ªtica a las palabras en libertad. La manera en la que se dice es acompa?¨¢ndolo de im¨¢genes, improvisando y explotando todas las posibilidades de la voz humana como instrumento musical. Quienes lo dicen, en esta edici¨®n, son mujeres, entre ellas la veterana Joan La Barbara que ha estado impartiendo talleres durante esta semana y ofrecer¨¢ un recital el viernes. Colaboradora de la leyenda de la m¨²sica experimental John Cage, del core¨®grafo Merce Cunningham o del artista visual Bruce Nauman.

La poetisa Pamela Z invita a dejarse llevar por la fuerza emocional de la voz

La Barbara ense?a a sus alumnos gorjeos, sonidos ¨¢speros y guturales y todo tipo de ruidos inaceptables en cualquier lecci¨®n tradicional de m¨²sica con los que compone sus paisajes sonoros. Carolina es una de las asistentes. Es compositora y quiere aprender c¨®mo incorporar la voz a sus piezas como un instrumento m¨¢s. "El primer d¨ªa nos ense?¨® a emitir sonidos inspirando y expirando y t¨¦cnicas de calentamiento vocal bastante complejas", explica sobre el taller.

Joan habla de otra de las poetisas del cartel como una sucesora a la que le abri¨® el camino, se trata de la estadounidense Pamela Z, cuyo recital esta noche en La Casa Encendida se compondr¨¢ de una serie de piezas cortas. Ella invoca un ¨²nico reclamo para atraer a aquellos que no est¨¦n familiarizados con la poes¨ªa experimental: la fuerza emocional de la voz. "Escuchar una composici¨®n cantada o hablada es como mirarse a un espejo. La diferencia entre ponerse ante cualquier imagen y ponerse ante una imagen humana viva provoca una reacci¨®n emocional inmediata". Pamela Z trabaja con sonidos verbales y no verbales, algunos instrumentos de percusi¨®n y un procesador electr¨®nico que la graba a tiempo real y superpone capas sonoras a lo que ella dice y canta. "Entre amigos que se dedican a la m¨²sica experimental decimos que nuestro trabajo es muy impopular", bromea, aunque su nombre es un habitual de los festivales de electr¨®nica.

A la poetisa gallega Miriam Reyes le encanta el trabajo de sus compa?eras de cartel -menciona a las anteriores, a la suiza Heike Fiedler y a la francesa Nathalie Quintane con entusiasmo- aunque tiene sus dudas sobre el t¨ªtulo: "me gustar¨ªa que pasara desapercibido el hecho de que somos todas mujeres". Reyes es una de las artistas que maneja la tecnolog¨ªa, casi omnipresente en el festival, a trav¨¦s de grabaciones montadas por ella misma que proyecta durante los recitales. Apunta que en Espa?a los festivales de este tipo ya se han abierto un hueco y se est¨¢n consolidando, y se?ala dos responsables del fen¨®meno: Eduard Escoffet en Barcelona y la micropoetisa Ajo en Madrid. La aludida, que adem¨¢s ha sido la directora de Yuxtaposiciones, en todas sus ediciones est¨¢ de acuerdo.

"Empez¨® como un programa de recitales de dos d¨ªas dentro del Experimenta Club. ?ste es el primer a?o que me he puesto a echar cuentas y he ca¨ªdo en que Yuxtaposiciones ya es un se?or festival", dice Ajo que en estos d¨ªas est¨¢ bastante solicitada y sobreestimulada por las actividades que lleva adelante y casi m¨¢s por lo que "ocurre en la rebotica". Decidi¨® reunir mujeres para poner foco en figuras ignoradas. "Traemos a Anne Waldman que es una superpoetisa de la generaci¨®n beat. Todo el mundo conoce a Allen Ginsberg o William S. Burroughs y nadie la conoce a ella". La otra motivaci¨®n de Ajo es la com¨²n a todos sus trabajos: el instinto. "Todos los proyectos que hago los hago por motivos personales", sentencia. No es de extra?ar que haya querido rodearse de otras que, como ella, viven de, para y dentro de todas las posibilidades de la palabra.